VIII Transilicitana (11-Marzo-2017)

… y la madre que la parió

Esta carrera de 104 km discurre por el termino municipal de Elx. Una gran organización, a mi entender, con muy buenos avituallamientos y unos voluntarios preparados y dispuestos a ayudarte en todo lo que necesitaras.

La idea de participar en esta prueba partió de mi cuñado Jesús, yo no quería hacer este año la Perimetral de Benissa (no quiero obsesionarme con esta prueba que ya ha podido dos años seguidos conmigo), y un compañero de trabajo de él, Pepe, que es de Elche, se la planteó. Tuve mis dudas, 104 Km y solo 1420 metros de desnivel positivo, significa que la prueba es prácticamente llana, con lo que esto supone: correr, correr y correr, cosa que a mi no me va mucho, pero bueno, pensé que sería un buen regalo de cumple y que nos serviría para coger fondo. ¡¡Si yo hubiera sabido que en vez de ganar fondo perdería otra cosa….!!, pero, vayamos por partes.

El día 11 de marzo nos presentamos en la linea de salida Jesús S., Pepe y yo. Sabía que también participaba en la carrera Tomás Méndez, mutxamelero, hermano de mi amigo y compañero de batallas en la S.M l’Aliança José Antonio Méndez. Unas fotos rápidas en la salida (llegamos con el tiempo un poco justo), y a correr. Para variar salimos de los últimos. Normalmente no representa un problema, porque suele ser mi ritmo, pero la Transilicitana nació como una prueba senderista y sigue manteniendo esa esencia, con lo que hay mucha gente dispuesta a hacerla caminando. Somos unos 750 los participantes que nos hemos dado cita en la linea de salida. Jesús y Pepe empiezan a correr y a adelantar a todos esos participantes que van a hacer la prueba caminando. Adelanto a Tomás, nos saludamos y sigo para no perder a Jesús y a Pepe. Tomás sigue caminando. Su primera maratón ha sido en Sevilla y quiere tomarse esto con calma. Lo entiendo perfectamente.

Poco describiré el recorrido de la carrera. Sabía a lo que venía, mucho camino, mucho asfalto y poca montaña. La idea era correr el mayor tiempo posible y así va transcurriendo la carrera. Jesús y Pepe tirando y yo, “xino, xano”, todo el tiempo a mi ritmo.

Tomás se ha decidido a correr, nos alcanza y llegamos todos juntos al avituallamiento número 3, kilómetro 28 de carrera, donde está marcada la comida. Allí, como si de una comida campestre se tratara, nos sentamos sobre la hierba a la sombra de una olivera y a comer y beber. Nuestros/as “supporters” (Conchi, Eva, Josep y los peques de Jesús, Carlos y Jesús S. Jr) están todo el rato pendientes de nosotros y nos van trayendo lo que vamos necesitando. Después de unos 35 minutos (mas que un avituallamiento ha sido un comilona) salimos. Cuesta un poco arrancar, pero poco a poco cogemos el ritmo.

Jesús y Pepe siguen tirando, Tomás y yo a la nuestra, un kilómetro corriendo, otro andando. Un par de kilómetros antes del avituallamiento del polideportivo del Altet (Km 39) empiezo a notar molestias en el estómago. Le digo a Tomás que siga y bajo el ritmo. Los dolores aumentan y no veo el momento de llegar al avituallamiento. Podría parar detrás de cualquier matorral, pero me cuesta y prefiero esperar. Llego al avituallamiento y directo al baño, pero me quedo con la sensación de que esto no ha terminado, como que ha sido una “faena” a medias. Les pido a todos que salgan y me quedo comiendo algo. Barajo la posibilidad de retirarme. La molestia en el estómago sigue ahí. Treinta minutos después de entrar en este avituallamiento decido salir, el próximo está a 10 Km.

Me pongo a caminar. Sigo con la sensación de querer ir al baño y sigo con los dolores. Dejo de tomar pastillas de sales y geles. Paso toda la zona de arenales y sigo “penando”. Las estoy pasando putas, pero ya queda poco para el avituallamiento del cementerio del Altet, Km 49, donde tengo previsto cambiarme de ropa. Por si fuera poco, paso por una nube de mosquitos que me están acribillando. Cuando llego al avituallamiento veo la cara de alivio de Conchi. Jesús ha decidido esperarme, pero después de amenazarlo con los bastones sale en busca de Pepe, que también esta teniendo problemas en el estómago, pero justo al contrario que yo. Yo no puedo y él no para. Me cambio de ropa. Sigo con la molestia y sopeso la posibilidad de ir a los baños portátiles, pero no puedo. Salgo y a por el próximo avituallamiento.

Sigo caminando, me va adelantando gente, pero ya no tanta como antes, es más, empiezo a alcanzar a algunos que ya no pueden correr. El ritmo que llevo caminando no es el que suelo llevar cuando estoy bien, pero alcanzar a gente me anima un poco. Sigo sin tomar sales ni geles, pero no olvido tomar agua.

En el avituallamiento del Km 58 ya no está Jesús S. esperándome. Ha hecho bien y ha seguido. Conchi me cuenta que ha hablado con el Presi Jesús Jurado y que estará en el próximo avituallamiento. Ha hablado con un médico y le ha dado algo para mi estomago. Me tomo un par de caldos calentitos, unas gominolas y salgo con el ánimo renovado. Paso de los 10:40 min/km a los 9:30 min/km que ya se acerca más a mis ritmos de caminar. No nos adelanta nadie, y hablo en plural porque detrás de mi hay una luz que ha cogido mi estela y vamos los dos al mismo ritmo. En estos momentos pienso que en ningún momento me he sentido solo. Siempre he visto a alguien delante o detrás (y así fue durante toda la carrera).

A falta de dos kilómetros para el avituallamiento del Km 66 parece que la molestia ha remitido bastante, pero ya no me preocupa. El “Presi” estará en este avituallamiento con su remedio mágico. Entro en el avituallamiento y ahí lo veo, con su sonrisa y saludando a todo el mundo. También están, ademas de nuestro club de fans, Jesus S. su hermano Antonio y María José. Pepe no ha podido resistir, es lo que tiene pasar al lado de casa y estar hecho polvo. El estómago ha podido con él. A la próxima seguro que lo consigue. Me acerco y saludo al Presi y me dice que Conchi tiene lo que le ha dado el médico para mi. Veo que me lo dice con una sonrisita que….Conchi me lo enseña y me dice que es un enema. ¿Enema? ¡¡La madre que me parió!!, ¡¡Que Cojones!! Una LAVATIVA de toda la vida. Buff, no lo veo yo, no lo veo. Al final me convencen y… allí, detrás de un gran matorral, junto al muro de una fábrica en Elx, perdí parte de mi virginidad. Menos mal que fue Conchi la que me ayudó a perderla que si no….”bien corramos un tupido velo y no seamos mas explícitos, pero vamos, allí quedo todo”.

Una vez terminada la operación “Evacuación” salimos de nuevo. Esta vez se que no voy a convencer a Jesús S. para que se adelante. Se quedará conmigo le diga lo que le diga. Esta parte del recorrido ya la conocemos porque la semana anterior estuvimos entrenando por aquí. Cada vez me voy encontrando mejor. Como hace tiempo que no tomo ninguna pastilla de sales, tomo una y enseguida vuelven las molestias. Empiezo a pensar que algo ha cambiado en la composición de las sales que me ha afectado al estómago. Decido que ya no tomaré más en el resto de carrera y poco a poco la molestia se va.

A estas alturas de carrera ya tengo alguna llaga en las plantas de los pies y en algún dedo que otro. Molestan, pero las llagas en los pies es algo que suelo soportar bastante bien. Estamos en el avituallamiento del Km 78. Un par de caldos calentitos, que se convierten otra vez en el mejor gel, cargamos agua y yo algo de isotónica para suplir las sales, nos despedimos de las chicas a las que ya no volveremos a ver hasta la meta y a seguir.

A partir de aquí se concentra gran parte del desnivel de esta prueba. Caminamos a buen ritmo, a muy buen ritmo diría yo. Vamos cogiendo a gente y sólo nos adelantan algunos que corren, pero como las fuerzas están al límite, cuando paran a caminar los volvemos a alcanzar y así van transcurriendo los kilómetros. El objetivo es llegar a una antena donde está la altura máxima de la prueba. Cuanto más hacia arriba tira la carretera, mas gente cogemos. Los que corrían ya no pueden y nosotros no bajamos el ritmo con lo que los dejamos bastante atrás. Es nuestro terreno y cuando llegamos arriba….. ¡¡¡Por fin comienza la montaña!!! Es el único pedacito “técnico”, de bajada y como si de un milagro se tratara puedo correr. Estamos en el Km 90 ¡¡¡y puedo correr!!!. Ahora si es la nuestra. Seguimos adelantando a gente sin parar. En el avituallamiento del Km 92 casi no paramos, reponemos agua y salimos pitando.

El reloj me avisa. Km 100. Quedan cuatro y mi cabeza empieza a hacer cálculos. Cuatro kilómetros a 8 min/km más o menos… media hora… y entonces es cuando no puedo mas y grito “Me cage’n la….tinc els peus fotuts….m’han picat els mosquits…estic fins els “ous” de correr i caminar per l’asfalt….. he tengut mal de panxa…i per si tot això fora poc, m’han clavat gairebé mig litre d’aigua per el cul!!!…. Transilicitana, la mare que ta parit!!

Cuando cruzo la meta con Jesús, siento la satisfacción de cuando se consiguen los grandes retos. Justo delante de nosotros ha entrado un chico de amarillo y cuando nos damos cuenta resulta que es Tomás. Al final hemos entrado casi juntos.

Bien pues ya sabéis, si queréis una carrera para coger fondo y no os importa pasar horas y horas corriendo por asfalto y caminos, esta es vuestra carrera. Ahh!! eso sí, si en algún momento os duele el estomago, no llaméis al Presi, que aparecerá con una sonrisita picarona a solucionar el problema 🙂 🙂

El dolor es pasajero, la gloria es eterna

Old Runner Never Die

Nos vemos en las montañas.

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Tomás Méndez Masc. 17:25:20 180 166
Jesús S. Masc. 17:25:32 181 167
Gosa Masc. 17:25:32 182 168

3 pensamientos en “VIII Transilicitana (11-Marzo-2017)

  1. Me encanta Gosa!!. Una gran crónica, como no podía ser de otra manera. Enhorabuena, compañero!!

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