El título lo podríamos poner como muy bien me dijo mi amigo Edu, BAILANDO SARDANAS POR LAS CALLES DE BARCELONA.

Llegamos a Barcelona el jueves por la tarde el ambiente de la maratón ya se vive en la ciudad condal. Al día siguiente quedo para recoger a un amigo en el aeropuerto y las llegadas de gente a la terminal es un ir y venir de maratonianos, los cuales se les reconoce por sus zapatillas. Cris, mi mujer, dice que estoy loco perdido …

El sábado vamos a la feria del corredor a recoger nuestras pertenencias es decir, dorsal, camiseta y demás cosas.

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El domingo quedamos con Xavi y Edu a las 8:00 en una de las torres de la Plaza España, más de 19.000 inscritos a la maratón, todo un récord para Barcelona que se coloca en la cuarta maratón de Europa por detrás de Londres, Berlín y París.

Nos vamos a los cajones de salida, la táctica que tengo pensada es pasar la ½ por debajo de 1 h 55 lo cual me sale bastante bien, 1 h 51 y la cosa pinta bien.

Mi amigo Fran del club atletismo La Nucía se marcha en el km 22 ya que se encuentra muy fuerte y para ser su primera maratón quiere bajar de 3 h 45.

Van pasando los km y el calor se empieza a notar, no es excusa ya que sabíamos a lo que nos enfrentábamos, todo parece ir bien hasta el km 30 en donde EL MURO empieza pasar factura. Los últimos 12 km los hago sufriendo pero los hago como un ESPARTANO (fuerza y honor).

Llego al km 36 a la altura del arco del triunfo y me pasa mi compañero Xavi  (impresionante como ha acabado) el cual me motiva y me dice que vaya con él, le aguanto unos metros pero veo que la gasolina está en reserva y sufro para acabar, sufro pero disfruto los últimos km de esta impresionante maratón la cual cada día se supera.

Los 2 últimos km es en la avenida del Paral.lel es una avenida cuesta arriba pero sabía que el final estaba ahí.

Llego a la meta disfrutando los últimos 400 metros y sabiendo que tengo otra MARATHON más en la butxaca …

Mención especial para mi mujer Cris, Mª José y nuestra gran Reme a la cual le deseo una pronta recuperación,  por alentarnos en cada paso que nos han visto y todas las fotos que nos han podido hacer.

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