La Basque Ultra Trail Series es una especie de oda a Shebe Peña, montañero de Tolosa que a mediados del S.XX (en plena post guerra) decidió unir a pie las catedrales de cada una de las capitales vascas y navarra. Con este propósito, se crea un circuito compuesto por las siguientes 4 etapas de larga distancia: Bilbao – Vitoria Gasteiz, Vitoria Gasteiz – Pamplona Iruñea, Pamplona Iruñea – San Sebastian Donosti, San Sebastian Donosti – Bilbao.
Y como no podía ser de otra forma, mi afán y sentimiento por la cultura vasca ha hecho que este peculiar esquema me llamara la atención. Esto y la necesidad de embarcarme en un reto deportivo que marcara el cambio de ciclo vital en el que estoy sumido supuso el impulso a inscribirme en la Pamplona Iruñea – San Sebastián Donosti, un ultra de 120 km y más de 7000 metros de desnivel positivo que recorre las citadas capitales.
Y ahí estaba yo, otra vez, acompañado en un principio del por siempre mentor deportivo, Papá, y en medio del camino de mi apéndice mental, Ignacio, junto con la inseparable Dama y el chofer de la expedición, Jacobo.
Viernes 4 de agosto, 23:59, empieza la cuenta atrás. Nunca me había sentido tan sólo y a la vez tan acompañado en un arco de salida, suena la música, los pelos de punta por lo que estoy viviendo; (casi) sin avergonzarme reconozco que la emoción y el estado meditativo hace que me salten unas cuantas lágrimas, 3, 2, 1 y zorionak por estar donde estamos, vamos a vivir un día épico!
La noche es impresionante, salimos cerca de 150 personas y en los primeros km confirmo que este regalo me va a tocar disfrutarlo en soledad. Me siento libre, empezamos a comer km y a cruzar pueblos, Oteiza es una maravilla, en Larunbe empiezan las cuestas, de camino a Irurtzun, por el km 30 aprox, entra la primera crisis de la jornada: como me toque afrontar desniveles de este calibre la cosa va a estar jodida, pero llegamos arriba y el espesor de la niebla junto con la luna rebosante disipan todos los pájaros de mi cabeza.
El camino a Lekunberri trascurre sobre un escenario de película, Guipuzkoa ya se siente y mi estado de felicidad empieza a ser poco manejable, ¡qué experiencia! Según planeado, desayuno con mi nuevo mejor amigo por unos momentos que conocí en medio del monte, Iñaki, km 50, caldito, pan con tomate y unos frutos secos. Todo va sobre piernas, son las 8 de la mañana y ya llevamos 50 km, mi cuerpo me pide correr, correr, correr y sobre todo, disfrutar. Subo con Iñaki al punto más alto de la carrera, Ireber, ¡impresionante! Desde aquí nos despediremos hasta el día siguiente no sin antes recordar el mejor consejo del día: vive, porque vida, sólo hay una, gracias amigo!
Pasan las horas y los metros y sigo encantado de conocerme en este estado. Ya queda poco para llegar a la base de vida donde mi familia me espera pero, como todo ultra, sufro una crisis de sueño y falta de glucosa alrededor del km 70. Tranquilo Borja, ya sabes cómo funciona esto. Me siento, como algo, disfruto del paisaje y hecho, mal trago pasado, vamos coño!
En Berástegui estaba todo mi equipo presencial esperándome, que alegría! Comemos juntos, intento jugar con Jako, relleno el depósito de conversaciones y momentos y seguimos para adelante, km 80, sólo quedan 40, 4 etapas y estaré de pintxos por Donosti.
A partir de aquí, vuelo. Salgo como un tiro, estamos el monte y yo, lleno de paz y de alegría subo cuestas y me doy cuenta de que este es mi lugar, hemos venido para disfrutar y es lo que estoy haciendo, ¿qué más puedo pedir? Tras unos 20 km muy duros, llegamos al Monte Adarra, la leche! Ya se ve Donosti desde arriba, la ciudad que considero más bonita de España está ahí bajo mis pies, AUPA!
Avituallamiento en el km 100, toca bocata de jamón con tomate de mamá regado con una buena cerveza Keler. La gente se sorprende, al fin y al cabo, la Keler es más sana que la coca cola, ¿no? (Ingredientes Keler: malta, agua y lúpulo – Ingredientes coca cola: agua carbonatada, azúcar, colorante caramelo sulfito de amoniaco, acidulante ácido fosfórico, aromas naturales (incluyendo cafeína) y el famoso “ingrediente secreto”).
La bajada se hace tediosa por la cantidad de barro ya que no ha parado de llover desde el km 50 (más o menos 12 horas sintiendo cómo el xirimiri cala mi cuerpo y la tierra), pero no impide que siga disfrutando de este día. Voy muy bien, necesitaba este día, confirmo lo mundanos que nos hace la montaña, todos somos iguales, unos más fuertes que otros pero los lazos familiares que se crean entre personas que no tienen nada que ver son un ejemplo de (lo que debería ser) la realidad humana.
Y pasamos el último avituallamiento, y llegamos a Donosti, he disfrutado más que un niño, sin miedo a equivocarme puedo decir que es la mejor experiencia que he vivido nunca, me he sentido libre, en sintonía con la montaña, en paz con el mundo, en paz conmigo. Y con este sentimiento (después de perderme unos 10 minutos por despiste a 100 metros de meta), cruzo la avenida que llega a la Catedral del Buen Pastor de San Sebastián llena de gente volcada. Ambiente impresionante y agradecido por todo cruzo la meta con un tiempo de 21 horas 31 minutos, ¡impresionante!
Ha sido una carrera de 10 con una organización perfecta y unos voluntarios que lo daban todo (¡gracias al voluntario anónimo que me invitó a la cerveza!). Por poner alguna pega, quizás algún punto podría estar más marcado ya que me perdí 3 o 4 veces (algunas reconozco que por despiste) pero esto es montaña y hay que saber que en la montaña debemos ser nosotros, los corredores, los responsables de nuestros caminos.
A nivel personal, sinceramente reconozco mi asombro por cómo fue la carrera. Funcionó todo y la mente, el mayor fuelle para estos retos, me pedía disfrutar tal y como lo hice. La alimentación perfecta a base de frutos secos, pan hecho por mí, arándanos y galletas de avena. Alejándome de aditivos alimentarios que hace mucho que los dejé atrás (sin perjuicio de que tuve que tirar de algo de coca cola y chucherías por necesidad) y acercándome cada vez más al vegetarianismo (huelga decir que el bocata de jamón me sentó como Dios).
Papá y mamá, gracias, gracias y gracias por la educación que he recibido, vuestra sensatez hace que hoy pueda escribir estas palabras. Gracias a toda mi familia, sabéis que sin vosotros esto no sería capaz de hacerlo.
Eternamente agradecido a todos los firmantes de la pinza, pinza que llevé en la cabeza para recordarme de dónde vengo y lo mucho que disfruto y he disfrutado con vosotros.
Gracias a todo A To Trapo, también estabais conmigo en la pinza, los 150 mensajes que tenía en el km 80 me dieron fuerza y constancia de saber dónde estaba.
Especial dedicatoria a Vera, Jako y Hugo, habéis traído la alegría a la casa: y a Marta, un placer haber disfrutado tanto de tu tierra, sé que me guiaste en cada paso, estés donde estés gracias.
Y ahora a descansar sin, por supuesto, parar de moverme. Necesito conocer mundo y atravesar nuevos caminos así que eso es lo que tengo pensado hacer. Espero que sigamos coincidiendo en muchos de ellos.
Carpe Diem
Borja
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Enlaces sobre esta prueba
Nombre | Categoría | Tiempo | Puesto General | Puesto Categoría |
Borja | Veterano M | 21:31:59 | 51 | 48 |
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