Expresión mutante

Los alumnos de aquél curso ya conocían todas las leyes estadísticas y estaban familiarizados con conceptos como probabilidad, nivel de confianza, varianza, desviación o error muestral.

Semanas atrás habían profundizado en la materia de estudios de campo y en técnicas para la preparación y realización de encuestas. Hicieron pequeños ejercicios prácticos tomando como población a los alumnos del centro o a los propios familiares. Así, llegaron a determinar los gustos mayoritarios de estos pequeños colectivos sobre productos de consumo o las preferencias en alternativas de ocio.

Después, sobre resultados de encuestas que se publicaban en revistas y periódicos, trataban de determinar y concretar los criterios que habían servido de base para el estudio: universo, tamaño de la muestra, sistema de selección de la población, distribución geográfica de la muestra, cuestionario de preguntas, etc.

De especial utilidad resultaron, para este trabajo, las encuestas publicadas por distintas agencias de sondeos de opinión, sobre las intenciones de voto de los ciudadanos o sobre el nivel de popularidad de los principales líderes políticos.

Sin embargo, en la búsqueda por los medios de comunicación de referencias estadísticas sobre las que poder realizar sus tareas, los alumnos tropezaron con algunas para las que no podían deducir cuáles habían podido ser las premisas del estudio para llegar a las conclusiones que se publicaban. Valga de ejemplo cuando aquél Ministro de Trabajo dijo que el 72% de los desempleados no querían trabajar y, por tanto, no aceptarían ningún trabajo que se les ofreciera; o cuando el de Hacienda manifestó que con aquella amnistía fiscal aumentaría la recaudación en 2.500 millones de euros.

Los alumnos se devanaban los sesos tratando de entender bajo qué circunstancias una persona en paro iba a confesar ante un encuestador desconocido sus intenciones de no trabajar. Pero todavía alucinaban más cuando intentaban colegir de qué base de datos se podía obtener una muestra de defraudadores y cómo se les podía sonsacar su intención de aflorar lo distraído, … ¡y la cuantía!.

En su legítimo afán de aprender lo más posible, los estudiantes expusieron al Catedrático sus dudas y solicitaron sus sabias enseñanzas que les permitieran salir del atolladero en que se encontraban.

El Catedrático, ante la atención expectante de toda la clase, meditó durante unos segundos su respuesta con los ojos cerrados y afirmó muy despacio y enfatizando cada palabra:

– El 96,35% de las citas estadísticas que se utilizan para reforzar una idea o una actuación son falsas y, por tanto, indemostrables, …

Al tiempo que los alumnos tomaban nota del dato, esbozaban una mueca de satisfacción del tipo “me lo suponía”. La mueca mutó a confusión cuando el profesor terminó la frase:

… incluida esta misma, naturalmente.

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Acerca de Fele

Ni corre rápido ni megadistancias, y la verdad es que debe dar pena verlo trotar, pero ¡mira!, parece que es el único que corrió las 25 ediciones de la Marathon de Benidorm, además de otras 32 más por diversos lugares. Aunque no presume de ello, simplemente permite que los amigos, de vez en cuando, lo recuerden. Seguirá en A to Trapo mientras nadie se dé cuenta de que lo desprestigia.

3 pensamientos en “Expresión mutante

  1. Rafa te estás convirtiendo en un especialista de relatos cortos. Original, actual pero atemporal y con un puntito de ironía.
    Yo diría que hay una probabilidad del 99,9% de que podamos acertar el nombre de esos ministros 😉

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