Una jornada en Salzburgo (11-Octubre-2016)

Los miembros de la expedición de A To Trapo, que aún quedamos por estas tierras Germánicas, decidimos separarnos después de haber compartido unos días en los que hemos sido una piña a la hora de visitar lugares, comer, cervezear, etc.

Unos deciden quedarse en Munich y seguir visitando los lugares que esta ciudad alberga. Otros encaminan sus pasos hacia Dachau, para visitar el campo de concentración. ¡Suerte compañeros! Puede ser una visita dura, de las que, como poco, impactan.

El resto, un grupo bastante numeroso, decidimos dirigirnos a la ciudad de Salzburgo muy próxima, a una hora y medio en tren, 116k, como quien dice, a distancia de ultra trail. A las 9´55 partimos desde la estación central de tren-metro, que ya controlamos bastante bien, sobretodo porque la noche anterior, varios compañeros hicieron una visita de reconocimiento para localizar el tipo de billete que más económico nos permitía viajar así como los horarios de salida.

El trayecto se hace corto entre chascarrillos y batallitas que nos va contando nuestro “jefe” de grupo, Jesús, interesantes todas, por supuesto.

img_2126Llegamos a la estación de Salzburgo y sin darnos cuenta hemos pasado a Austria. Estamos en la cuarta ciudad más poblada de este país y una de las ciudades más bonitas de Europa. Su nombre significa en alemán Castillo o ciudad de la Sal, debido a las barcas que transportaban la Sal por el río Salzach y que pagaban aquí un impuesto. Pero también es la ciudad donde nació un genio de la música como fue Mozart y ello se notará más adelante en la cantidad de tiendas que venden todo tipo de artículos relacionados con el compositor y en la cantidad de carteles que anuncian conciertos en la ciudad.

Caminamos siguiendo las indicaciones que el día anterior nos dio Carmen, la guía en la visita al Castillo de Neuschwanstein, hacia el centro de la ciudad. Poco a poco vamos metiéndonos en su corazón. Llegamos al famoso Palacio de Mirabell donde en sus jardines se rodaron escenas de la película Sonrisas y Lágrimas que todos tenemos en nuestro imaginario. Entramos en esos jardines atravesándolos camino del casco antiguo y disfrutando de su perfecta disposición, de la fuente central, todo ello después de que el compañero Julián nos leyera la información que se había preparado sobre la misma ciudad. ¡Julian, eres un máquina! Muchas gracias.

Continuamos caminando y llegamos al río Salzach donde ya podemos contemplar la ciudad histórica flanqueada por el monte Mönchsberg en la ribera derecha del río, donde se encuentra presidiendo majestuosamente la ciudad, la fortaleza de Hohensalzburg, de la que se dice nunca fue conquistada del todo a lo largo de su historia. Se trata de un complejo de murallas y baluartes defensivos a la que se accede por un funicular. A la izquierda la otra elevación que rodea la ciudad por la parte izquierda del río, el monte Kapuzinerberg.

Cruzamos el río por el puente de los candados que en realidad se llama Puente Makartsteg y es uno de los cinco puentes con más candados del mundo. Estos candados los colocan los enamorados para simbolizar su amor y según he leído esta costumbre, que ya es mundial, viene desde que Federico Moccia escribió el libro que luego dio origen a la película “Tengo ganas de Ti” en la que dos enamorados colocaban un candado en un puente sellando así su amor.

Encaminamos nuestros pasos por la arteria principal de la ciudad, repleta de tiendas de todo tipo en la que predominan, como he comentado anteriormente, las dedicadas a Mozart. Al principio de la calle nos encontramos con la casa museo del compositor. Alcanzamos pronto la el barrio de la catedral y en la Residenzbrunnen o Fuente de la residencia, nos dividimos en pequeños grupos para visitar la ciudad antigua.

image2En este espacio de la ciudad tenemos La catedral de Salzburgo, edificio del S. XVII que inicialmente empezó a construirse en el año 744 y que sufrió desde incendios a derribos, por lo que tuvo que ser reconstruida a lo largo de los siglos. Enfrente de la catedral, el Palacio de la Residencia, un complejo cultural en el que se puede visitar las salas del propio palacio y donde actualmente se dan conciertos y hay exposiciones. En su sala de conciertos fue donde Mozart dio su primer concierto en 1762 a la edad, nada menos, que de 6 años.

Seguimos callejeando, visitamos un pequeño mercadillo y nos dejamos llevar por un agradable olor a dulce y a pan que proviene de un pequeño horno en una plaza chiquita, con un molino de agua antiguo. A la derecha la entrada a las catacumbas y cementerio de San Pedro, un lugar realmente bonito, quizás el cementerio con más encanto que he visitado, un espacio repleto de panteones y tumbas con una pequeña iglesia y con buena parte de esos panteones encastados en la roca del monte que por ese lado llega hasta el propio cementerio. A su espalda el monasterio de San Pedro.

Llega la hora de la comida y tras reponer fuerzas, decidimos subir a la fortaleza, pero no por el funicular no, sino a pie, que las piernas ya se van recuperando tras la maratón del domingo, pero al llegar a su entrada nos damos cuenta que no nos va a dar tiempo de visitarla por completo y decidimos seguir caminando atravesando el pulmón verde donde está la fortaleza. Nos conformaremos con lo que nos cuenten otros compañeros que sí han subido a ella.

Llegan las 5 de la tarde, la hora acordada para reunirnos y volver a Munich. De nuevo nos dirigimos a la Residenzbrunnen donde compartimos las experiencias con los compañeros que van llegando, con un denominador común, lo agradable que ha resultado ser Salzburgo para pasear, una ciudad con mucho encanto.

La lluvia hace acto de presencia en nuestra vuelta a la estación para coger de nuevo el tren que sobre las 8 de la tarde nos deja en Munich. Ha sido un día completo y muy agradable. Toca cenar y comenzar a hacer la maleta. Mañana regresamos a casa.

4 pensamientos en “Una jornada en Salzburgo (11-Octubre-2016)

  1. ¡Qué ratico más apañao que pasamos!..la ciudad de la sal es muy chula. Gracias Jota por recordarnos la jornada.

  2. Excelente y pormenorizado relato José Luis.
    Hace muchos años ( 14 ) estuve unos pocos días en Austria ( Viena y un pueblecito que no recuerdo ) y me gustó mucho. En Alemania todavía no he estado. Quizá algún día me anime a visitar el museo de la Mercedes-Benz y de paso Sttutgard, su ciudad.
    Para viajar necesito motivación, tiempo libre y dinero, y no ando ahora muy sobrado de esos tres ingredientes. Mientras llegue ese momento ( si es que llega ), me conformo con leer el relato tan pormenorizado que haces.
    Gracias por compatir con tus lectores tu tiempo, vivencias y reflexiones.

  3. Perdón Jota creía que el artículo lo había escrito José Luis. De todas maneras enhorabuena por tu artículo.

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