II Medio Maratón Dama Guardamar del Segura (18-Marzo-2018)

Buscando opciones para correr una carrera cercana para ponerme un objetivo y así seguir mis entrenamientos con más motivación, la media maratón de Guardamar del Segura apareció en el mapa. ¿Y por qué no una carrera en honor a una Dama milenaria? Además, según se comentaba, la organización se volcaba en mimar a los corredores. Así que preparados y listos para salir un domingo soleado, aunque con algo de viento. Mis expectativas: correr a gusto y disfrutar, nada más.

El ambiente muy alegre, y el recorrido nos lleva por el centro del pueblo, nos acerca a la playa y luego por los pinares de las dunas. El circuito no es llano, más bien sorprende con unas cuestecitas interesantes. Ante todo, se agradece que la gente nos va animando durante toda la carrera. Dos vueltas hay que dar – la primera de descubrimiento, y en la segunda ya podemos reconocer los diferentes tramos e ir tachando los kilómetros para la meta.

Disfruto en todo el recorrido. Los kilómetros van cayendo y a mi gran sorpresa, llego a esa última recta final – después de la última cuestecita – en un tiempo que no me había esperado. Hay pódium para Pili, Naiara y para mí – y como no puede ser de otra manera: el trofeo 🏆 representa la Dama de Guardamar. Y efectivamente, excelente organización de la carrera, antes (una bolsa de corredor bien repleta), durante (buena organización, gente animando) y después de la carrera (un arroz estupendo para reponer fuerzas).

Un test y buena dosis de motivación cara a la preparación de la maratón de Edimburgo que nos espera a finales de mayo. – Aun me quedan unas 9 semanas de preparación “Plan Pili” (muchas 🙏 gracias) hasta salir a por un nuevo reto de 42km

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Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Julián VETERANOS C 1:31:33 138 17
Pili VETERANAS C 1:31:42 142 1
Jorge Juan VETERANOS C 1:35:15 198 29
Juan P. VETERANOS B 1:35:41 205 56
Naiara VETERANAS B 1:35:41 206 3
Ernesto VETERANOS C 1:47:22 454 79
Martina VETERANAS E 1:53:34 581 2

34 Vienna City Marathon (23-Abril-2017)

Buscando siempre combinar un maratón con un viaje apetecible, este año mi elección fue Viena: entre las muchas opciones de carreras que estuve barajando, esta ciudad además brindaba la posibilidad de ver a unos queridos amigos que viven en Austria. Además, para este destino también podía contar con un coach personal, ya que Uwe me acompañaría en este viaje.

Así que preparación obligatoria, siguiendo el “plan Pili” ya testado con éxito en 7 ediciones anteriores. Esta vez mi talón de Aquiles nos exigió ajustar el entrenamiento a sus capacidades y seguramente me faltaron algunos kilómetros de rodaje…

Excelente organización en todo, y hasta nos abrieron el salón de actos del ayuntamiento para la Carbo Party con pasta o Kaiserschmarrn (deliciosa especialidad dulce vienesa tipo pancakes) la tarde del sábado.

Había para todos los gustos: el sábado carreras de 10 km, distancias más cortas para niños y adolescentes; luego el domingo medio maratón, relevos maratón (muchísima gente, por cierto!) y maratón. Sólo el pronóstico del tiempo me hizo temblar: frío, algunas lluvias y rachas de viento hasta 70km!

Amaneció el domingo con mejor tiempo del anunciado, y al final disfrutamos hasta de cielos azules, llegamos secos a meta y sólo tocó viento. El recorrido es muy bonito: sale en la ciudad de la ONU, cruza el Danubio, sigue el canal del Danubio, pasa por el centro y el parque del Prater para terminar en pleno centro histórico al lado del ayuntamiento. Había música en muchos puntos, y a lo largo del recorrido había gente animando y avituallamientos abundantes.

Eso sí: los últimos km por el parque se hicieron eternos, ya que nos tocó no sólo luchar contra el cansancio sino también contra el viento contrario. Pero con cada paso nos acercamos a la meta y al final la crucé después de 4:11. No mi mejor tiempo, cierto, pero contenta por el tendón que me había aguantado y por la octava maratón cumplida.

También en la meta todo perfectamente organizado: entrega de medalla, cortavientos para no enfriarse (muy necesario!), y un recorrido corto para la salida y guardarropa. El domingo terminamos en total 32.533 corredores, 6.319 de ellos el maratón completo.

A partir de allí disfrutamos de la parte de turismo, de gastronomía y por supuesto de amigos. Gracias a Pili por prepararme y animarme, y a todos los atotraperos que me estáis acompañado en entrenamientos, carreras y viajes.

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Martina W-55 4:11:46 4135 30

38º Chicago Marathon (11-Octubre-2015)

Chi town – CHICAGO – The Windy City

2015-10-09 11.13.45Chicago siempre había estado en la lista de las ciudades que quería conocer. Así que cuando Pili me preguntó si quería acompañarla a Chicago, la tentación simplemente fue demasiado grande y dije que sí. Así que nos inscribimos y ¡qué alegría cuando nos dijo Juanma que le había tocado la lotería y que también correría la maratón de Chicago de 2015! Después de los 4 meses de entrenamiento de rigor (y durante el verano), el 8 de octubre nos pusimos en marcha Juanma, Julia, Pili y yo para coger el tren a Madrid y luego continuar en vuelo directo a Chicago. Ya en el viaje Pili se iba encontrando con toda una pandilla de amigos corredores, todos con el mismo destino y objetivo que nosotros.

2015-10-09 11.42.07La ciudad del Viento, o Chi Town como también llaman esta ciudad, está ubicada en el centro/norte de EE.UU., a orillas del lago inmenso de Michigan. Según las estadísticas, para octubre ya nos esperaría bastante fresquito y viento, así que llené la maleta de jerséis y abrigo, paraguas que no falte tampoco. ¡Pero cuál fue nuestra sorpresa cuando nos llegó de parte de la organización el aviso de la bandera amarilla anunciando condiciones moderadas debido a las temperaturas altas previstas!

En autobús escolar nos llevan a la feria, para recoger nuestros dorsales e ir respirando el ambientazo de este evento. Excelente organización, recogida eficaz y simpática.

Chicago es una ciudad de belleza arquitectónica donde los grandes maestros de los siglos XIX, XX y XI han dejado su impronta: los edificios emblemáticos de estos famosos arquitectos (Louis Sullivan, Frank Lloyd Wright, Mies van der Rohe, Frank Gehry, Renzo Piano, para mencionar sólo los más renombrados) están allí, uno al lado del otro, dejando constancia de toda una evolución urbanística fabulosa que ha resultado en la famosa Skyline de rascacielos. Así conocemos esta ciudad desde una excursión en barco por el río Chicago, bien explicado por una guía experta en la materia.

2015-10-11 08.22.432015-10-11 12.10.06-3Al día siguiente ya toca la maratón: madrugón y desayuno en el Hostal, donde nos encontramos con un ambiente de corredores de todas las culturas y edades tomando el desayuno, y se respira un aire de excitación y bullicio, aunque algunos están muy ensimismados ante el reto que nos espera a todos. El hostal está justo al lado de la salida y meta de la maratón, lo cual es una ventaja estupenda. Así que nos ponemos en marcha y al salir a la calle, nos enfilamos en la corriente de corredores para pasar el control de acceso. Hace un día espléndido, con un sol que a lo largo de la mañana cogería cada vez más fuerza, y nos dirigimos directamente a los corrales de salida. Hay un ambiente espectacular y enseguida sale el primer grupo. Poco a poco avanzamos hasta que nos toca a nosotros también.

782179_1123_0009 2015-10-11 12.36.46 12120145_1031979793500253_6491885562111149361_o

2015-10-12 18.35.45Cada un@ vivimos nuestra propia carrera. Pero puedo decir que el recorrido nos lleva por una única vuelta en la que varias veces pasamos por el centro de la ciudad. Primero vamos hacia el norte, luego hacia el oeste, para finalmente alejarnos hacia el sur y Chinatown. Acabamos la carrera una vez pasado el Mount Roosevelt, una cuesta corta justo antes de la meta. Qué alegría, qué emociones, y qué satisfacción al encontrarme entre los centenares de corredores que al igual que yo estamos recibiendo la medalla de finisher.

IMG_2656Por la tarde ya toca retomar energías y celebrar: nos tomamos una mega-hamburguesa muy americana con una cerveza que entra de maravilla!!! Por la ciudad se ve tanta gente con la medalla y la camiseta puestas y esa cara de contentos. Chicago también es la ciudad del Blues y de Jazz, y por la noche cenamos en un bar con actuación en directo.

A partir de allí, ya toca explorar más a fondo esta ciudad del Loop (barrio del centro de Chicago). Para empezar, tomamos un desayuno muy, pero muy americano en el Lou Mitchell’s (la camarera no salió de su asombro ante las cantidades de comida que pedimos – ¡y comimos!). Luego ya pateamos las calles de Chicago, para descubrir nuevas perspectivas y monumentos. La línea azul con la que habían marcado el recorrido de la maratón, nos hace recordar los diferentes momentos de la carrera cada vez que nos la topamos nuevamente. Vemos la ciudad desde altura de la torres Willis y Hancock; nos encontramos con el “haba” de Anish Kapoor que hace que Chicago parece tener dos cielos y no sólo uno; con las caras de Jaume Plensa, artista español, escupiendo un chorro de agua en el mismo epicentro del Milennium Park;IMG_7488y ¡vaya sorpresa cuando vimos el desfile del 12 de Octubre todo bañado en verde-blanco-rojo, colores de Italia! No hay que perderse tampoco el Instituto de Arte de Chicago, con su asombrosa colección de arte presentada en unos edificios bellísimos. ¡Ah, y también fuimos a ver a los Chicago Bulls de Gasol!.

Los días pasan volando, y pronto nos toca volver. Con unas maletas más pesadas (¡cómo no!) que a la ida; con mi ropa de invierno sin ponerme (¡qué tiempo más fantástico de otoño); y un baúl de recuerdos de una carrera y un viaje entrañables.

Gracias a Pili por la preparación que me ha permitido llegar bien a la meta y a los compañeros de viaje, ¡que me lo he pasado estupendamente!

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Pili W45-49 3:24:58 3364 22
Juanma M55-59 3:47:14 7656 183
Martina W50-54 4:10:06 13492 207

Army 10 miler – Washington D.C. (12-Octubre-2014)

Como he llegado a conocer la expresion “Llegar y besar el santo” en Washington D.C.

photoMe iba de viaje por trabajo a Washington y a Nueva York. Como es tan buena costumbre, en la maleta estaban las zapatillas de correr junto con mi camiseta de la maratón de Nueva York para poder lucirla en alguna trotada matutina, antes de meterme en reuniones. Llegamos el sábado por la noche a la capital de EE.UU., para ir directamente a dormir, en el intento de amoldarse al horario americano.

Como era de esperar, me desperté muy pronto, y viendo que hacía buen día, nada mejor que buscar una ruta donde estirar las piernas. En el ascensor, una pareja me mira arriba y abajo, y en la bajada de la décima planta al lobby tenemos la siguiente conversación:

Ella: ¡Estará nerviosa! (you must be excited!)
Yo: ¿Por qué?
Ella: Por la carrera
Yo: ¿Qué carrera?
Ella : La de las diez millas
Yo : ¿Dónde es?
Ella : En el Pentagon

photo 3Y ya habíamos llegado abajo, pero evidentemente habían despertado mi curiosidad, así que fui al mostrador, donde me dijeron que empezaría a las 8:00 (eran las 7:25) y que el Pentágono estaba a unos 15 minutos andando. Asi que allí me voy corriendo, para ver el ambientillo. Al llegar veo que la carrera se llama Army 10 Miler (16 km), y que va pasando por los monumentos emblemáticos de Arlington (donde está el Pentágono) y Washington D.C. No podía resistir, y tenía que conseguir meterme, ¡ya que uno se arrepiente de lo que no ha hecho! Así que puse mi cara de guiri y me acerco a uno de los chavales jóvenes del control de entrada. Le explico que necesito meterme, y a ver ¿si me deja pasar PLEASE?? Y me contesta ¿esto es una pregunta? !Pues si! Y dice que en tal caso, podía pasar.

Así que estoy dentro, junto con unos 35.000 corredores, casi todos americanos por lo que oigo a mi alrededor, y muchos de ellos, soldados, veteranos, o familiares que corren en honor de un soldado caído en alguna de las acciones militares americanas.

Es muy emocionante, me cuelo al cajón de los dorsales rojos, sin tener idea a qué tiempo correspondería, hasta que nos dan la salida.

photo 4Y el recorrido no podía ser más precioso: pasamos por el cementerio nacional de Arlington (donde están las tumbas de los hermanos Kennedy entre otras miles de tumbas), luego pasamos por el puente cruzando el río Potomac, y nos acercamos al Lincoln Memorial para adentrarnos en el National Mall donde están las vistas más espectaculares de los momumentos que tanto se conocen de las películas americanas. Nos llevan por un recorrido precioso por la capital, hasta que volvemos por otro puente, pasando por el Jefferson Memorial para volver al Pentagón. Por el camino, cada 2 millas hay agua, ofrecido por filas de jóvenes soldados.

Había quedado con mis compañeros de viaje a las 10:00 en el hotel para luego descubrir la ciudad. Cuando nos encontramos en el hall, yo ya había tenido mi primera visita turística, pasando por calles cortadas para que 35.000 corredores registrados y yo pudiéramos disfrutar de una mañana soleada y unos cielos azules haciendo un contraste perfecto a los monumentos blancos de la capital. Lo que es: LLEGAR Y BESAR EL SANTO.

43th New York City Marathon (3-Noviembre-2013)

En Santa Pola 2012 conseguí, lo que nunca me hubiera esperado, una marca que me permitiría tener acceso a una entrada “garantizada” para el maratón de Nueva York. Tuve muchísima suerte, ya que sería el último año que el baremo que me correspondía sería alcanzable para el ser humano normal que soy.

Así que tanta suerte no se puede desperdiciar, y menos cuando se trata de correr Nueva York. Pero pasaría otro año hasta que vendría a la Gran Manzana, ya que en 2012 el huracán Sandy obligó a la cancelación de la carrera. Gracias a Pili ya con anterioridad había decidido posponer mi estreno neoyorquino hasta el 2013 y así no me encontré entre los miles de corredores que se presentaron en 2012 sin poder correr al final.

Me fui sola en esta ocasión, aunque bien acompañada de los buenos deseos y consejos de A To Trapo. Como en otras ocasiones había seguido el plan de entrenamiento de Pili, con lo cual sabía que había hecho mis deberes. Por gran suerte mía, cuento con unos amigos fabulosos en Nueva York, así que no necesitaba hotel y podía alojarme en sus casas y disfrutar de su compañía.

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La feria del corredor es espectacular, grande y bien organizada, y como todo el evento, contando con un despliegue de seguridad impresionante. Recojo mi dorsal, pero cuán grande es mi sorpresa cuando además me entregan la medalla del 2012 en reconocimiento de la doble inscripción.

El sábado queda el último flequillo de preparación: trotar unos 30 minutos. ¿Dónde mejor que en Central Park? Así que cojo el subway y para arriba voy, donde me encuentro con otros tantos centenares de corredores que han tenido la misma idea. Me pongo en la meta para sacarme la foto y aquí es donde unos minutos más tarde entrarían los corredores apuntados en una carrera de calentamiento de 5km (dash to the finish line). El parque brinda los colores del otoño y un cielo azul y limpio que se refleja en el lago.

Con esto ya está todo y no queda nada más que acostarse pronto y asegurar que toda la indumentaria (que es mucha) está lista para salir de casa a las 5h00 (esto sí que duele) de la mañana. Esta noche cambian la hora, así que al menos nos regalan una hora. Dicho y hecho, salgo de noche de casa con mi ropa traída de España para dejarla después en la salida. Me había inscrito para ir en Ferry desde la punta de Manhattan, así que voy en busca de un taxi, que finalmente comparto con dos chicos ingleses (su primer maratón).

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La travesía a Staten Island es preciosa. Salimos aun de noche, pero se ve perfectamente la Estatua de la Libertad y la silueta de Downtown. En la llegada nos esperan los autobuses que nos llevan a los Villages de la salida. Son las 6 y media cuando llego allí, así que quedan 3 horas y media de espera. Hace un frío que pela y hay gente tiritando durante un par de horas. Por fin nos llaman para meternos en los cajones (corrals), y tengo que quitarme mis capas adicionales y esperar la última media hora con un frío del demonio en el cuerpo. Así es como he conocido a Monica, una chica americana con la que finalmente compartiría la carrera.

Para la salida nos ponen a Frank Sinatra, y por fin salimos por el Puente de Verazzano, y con el cuerpo aún tan frío, y el viento que pela. Salimos con un ritmo bastante rápido para entrar en calor, sabiendo que vamos por encima del ritmo que nos habíamos propuesto. Pero cuesta frenar en el grupo en el que vamos, así que nos dejamos llevar. Monica y yo nos acoplamos muy bien, y así puedo disfrutar de su compañía súper simpática: Siempre con una sonrisa, y como había tenido la genial idea de ponerse el nombre delante en su camiseta, la gente va animándola por todo el recorrido y es fácil no perderla: siempre está por donde la aclaman con “Monica you are great, Monica go, Monica you can do it…..Monica, Monica…”

Los barrios de Brooklyn son una auténtica fiesta, y hay gente que nos anima en todas partes. Subimos toda la Cuarta Avenida de Brooklyn que parece eterna hasta arriba donde finalmente entramos en Queens. Sólo hay tramos tranquilos en los puentes donde no hay gente. En uno de ellos pierdo a Mónica, (ya que falta la gente para animar), y la echo de menos.

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De Queens a Manhattan entramos por el puente de Queensboro. Subimos la Primera Avenida hasta arriba para llegar al quinto barrio, que es el Bronx, donde pasamos una milla y pico para luego dar la vuelta y volver a entrar en Manhattan. Hace viento, y Manhattan se me hace bastante cuesta arriba, como luego se puede apreciar en los ritmos de cada milla. Pero ya no importa porque nos estamos acercando por la Quinta Avenida al Central Park con todo el mundo aplaudiendo. ¡Qué baño de aplausos y gente saludando a amigos, familiares y desconocidos por igual! Y así nos llevan en volandas hasta la meta, que está dentro del parque mismo.

Cuando llegas a la meta la emoción es total, es alegría, exaltación, relax y triunfo. Enseguida nos ponen la medalla y una manta de calentamiento, que aún así nuevamente hace frío. Los que hemos optado por no “facturar” equipaje también recibimos un poncho precioso naranja. Y es así como Monica y yo nos volvemos a encontrar y pedimos una foto juntas para guardar el recuerdo de nuestro NYC Marathon.

Como premio adicional, me invito por la tarde a un masaje chino (de los que trabajan 7 días a la semana) que me relaja el cuerpo entero, seguida por una cena en Chinatown. Gracias a la buena preparación y el masaje, al día siguiente estoy como nueva.

Después me lanzo a la segunda parte de este viaje: me quedan 5 días para descubrir rincones de la ciudad aún desconocidos o reencontrarme con lugares del pasado. Aprovecho cada momento en esta maravillosa ciudad y me empapo de la energía positiva disfrutando de la compañía de unos maravillosos amigos, y pateando las calles de Brooklyn y Manhattan.

Gracias a todos que me habéis animado a mantener mi plan de ir a Nueva York, y ante todo a Pili por haberme preparado tan bien para esta carrera dura, emocionante y preciosa. Desde luego, un fuerte abrazo a Daniela, Pietro, Pat y su familia por brindarme el calor de vuestra amistad y permitirme vivir esta aventura desde vuestros hogares.

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Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
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