Hay dos formas de ver la recuperación cuando uno pasa por el taller: con negatividad y preocupación, o con positividad y constancia. La vida ya trae bastantes problemas y desgracias como para que las cosas que dependen de uno mismo sean un problema. Siempre hacia adelante.
Que te dicen 3-4 meses para volver a hacer ejercicio muy suave, pues desde el primer día con estiramientos y trabajo en el fisio bajo sus órdenes con carga, movilidad, etc.
Que hasta el mes 4-5 no podrás trotar, pues bici, natación y todo lo que se pueda. Al final, las sensaciones mandan, vosotros ya sabéis de qué hablo.
Y esta carrera era una excusa para volver a sentir el ambientillo de una prueba oficial. Aunque sean 5k llanos con un par de amigos que no son corredores, pero te piden que los acompañes para hacer deporte y pasarlo bien. En plan ir por debajo de 5’30” ya es un reto para mí como te dicen y uno va un minuto y medio más lento por kilómetro de lo que puede. Es sólo una excusa.
Encima, una excusa para despedirme de una tierra que me ha acogido de maravilla y en la que me llevo gente y experiencias en la mochila que no olvidaré jamás. Un adiós a Catalunya como lugar de trabajo al 99% y a amigos/as que ya no veré casi todos los días.
La carrera en sí me sorprendió gratamente. Una nocturna con mucho calor, totalmente llana con vistas al Delta del Ebro, ambientazo y hasta vecinos con la manguera refrescando al personal con avituallamiento de 10 tanto al final como agua en medio de un 5k. Alucinante.
En resumen, la vuelta al ruedo que siempre es el punto de partida para los nuevos retos que vendrán.
Un placer.
Jose Antonio Torregrosa