El Cainejo es sencillamente extremo: 3 subidas + 3 bajadas con un desnivel positivo de 5.200 (y otros tantos de negativo) y vuelta a casa.

Cainejo es dureza extrema, compañerismo, sufrimiento, amor por la montaña y una experiencia vital. Es de estas carreras que tienes que hacer una vez en la vida y si tienes fuerza y la mollera tocada, repetir (grande Josemi!).

Si a esto le sumas viaje en furgo en autosuficiencia total + vida en el pueblo sin prácticamente cobertura, el plan es redondo.

Caín de Valdeón, lugar de salida y meta, es encantador y sus 30 habitantes se vuelcan con la carrera. Esta vez hago vida en solitario con el apoyo de Helena desde la distancia, Josemi como gran guía espiritual y Rosa acompañante y follower nº1. A la aventura se unen Serafín y su mujer, ¡equipazo!.

La noche en furgo es fantástica, despertar con el sonido de los gallos y en 2 minutos llegamos al también sencillísimo arco de salida.

Con tremenda emoción y un lloriqueo constante por el simple hecho de estar presente y la fuerza del speaker, ¡Salimos! A 50 metros ya tenemos que sacar los palos para encarar los primeros D+ 1.600 hacia Vega de Ario. Agradezco a Josemi el estar aquí, aunque me dice que ya hablaremos después (cómo lo sabías). Subida muy dura con refugio en cima, queso azul de Valdeón y membrillo de avituallamiento. ¡La primera hecha! Bajada aún más dura y paseíto de transición por la preciosa orilla del Cares.

Vemos a Rosa al terminar el primer bucle (4h de carrera – 18km), más queso y membrillo de avituallamiento y a por la siguiente tremenda subida a Cerra Carbanal. Sin descanso (porque aquí, no lo hay) veo alejarse a Josemi y empiezo a hacer mi propia carrera. 3 horas aprox con pendiente interminable y volvemos a tocar uno de los techos de Picos de Europa con paz y caras de agotamiento. Bajada durísima, bocata que recompone los cuerpos en el mirador del Tombo y segundo bucle hecho.

Queda lo más duro: última subida de D+2.000 por Moeño hasta Cabeza Alta para bajar por Dobresengos. Este doble km vertical, con el sol abrasador a las 3 de la tarde, casi puede conmigo. El mazo me persigue hasta que me da bien fuerte, con una sensación de angustia indescriptible y sin fuerzas siquiera para caminar. Paro el cuerpo, calmo la mente, cierro los ojos, veo un avituallamiento, pienso sólo en mí: Borja, no te queda otra. ¡El avituallamiento me salva! 2 pinchos de tortilla (los mejores de mi vida), algún trozo de chorizo picante, sosiego mental y ¡vuelta a la vida!

Empiezo a reencontrarme conmigo mismo, vuelvo a escuchar las piedras y mi cuerpo está en sintonía con Picos. ¡Cima! La bajada de Dobresengos es, también, extremadamente dura, con un primer tramo de cuerdas salvado gracias al apoyo de los voluntarios y bajada de 1.400 de desnivel negativo en menos de 4km. Me encuentro fenomenal, corro -cuando puedo- con fuerza, ligereza y pensamientos muy positivos.

Ya veo Caín, el apoyo de Helena me acompañará hasta la meta, ya escucho a Josemi decirle al speaker que anuncie mi llegada, ya saboreo la salida del infierno, ya somos finishers del Cainejo 😊

Abrazo a Josemi y a Rosa sintiendo que son parte de mi familia y, nuevamente, agradezco a mis padres por ofrecerme una educación y determinación que me ha permitido llegar hasta aquí.

Cervezas varias con ambientazo final para esperar a Serafín y todos en meta. Cainejo, ¡eres nuestro!

Gracias Josemi (ahora sí), por llevarme hasta allí (¡estás muy fuerte!). Gracias Rosa por tu apoyo incondicional. Gracias Helena por entender, apoyar e impulsar mis inquietudes a veces algo extremas. Gracias papá y mamá por traerme. Gracias vida por darme estos regalos.

Seguimos viéndonos en los caminos de este ultra que es la vida 😉

Resultados:
Josemi. 11horas 57 mins. Posición 33 de 143 (105 finishers). 51º Veterano de 21
Borja. 13 horas. Posición 49 de 143 (105 finishers). 22º Senior de 61.
Serafín. 14 horas 8 mins. Posición 85 de 143 (105 finishers).