UTMB 2018 (31-Agosto-2018)

De la cuneta al Ultra Trail del Mont Blanc

El 7 de enero 2015, y después de tocar fondo varias veces y poner en serio riesgo mi vida, decido entrar en Proyecto Hombre. Es aquí donde me dicen que debo focalizar mi ansiedad en algo que me llene, y empiezo a hacer algo de deporte (siempre me gustó correr detrás de mis palomos). Por fin, como si hubiera vuelto a nacer, después de nueve meses, salgo de proyecto con la firme intención de no volver a caer.

Mi hermano y mi padre me cuentan lo que, por aquellos entonces, está haciendo mi amigo Gosa. Dicen que corre por la montaña. Correr y montaña, correr y montaña… resuena en mi mente como un mantra, y uno de los días que salgo con mi padre por el Cabeçó d’Or encontramos un grupo que iba corriendo por las sendas. No me lo pensé dos veces y cuando bajé a Mutxamel llamé a Gosa y le dije que quería salir a correr con él. Me dijo que claro y me presentó, junto con el Muffy, al mejor grupo de gente que en esos momentos podía conocer, la gente de A To Trapo.

Pronto empecé a participar en carreras y sin darme cuenta ya estaba corriendo la Perimetral de Benissa. Empecé a conocer a todos los corredores del grupo Ñ y casi todos tenían un sueño común: Ultra Trail del Mont Blanc. Y como los sueños son contagiosos…

El proceso para llegar a UTMB es largo y tan duro como la carrera, pero ahí han estado siempre Sergio, Ángel, David Gil, Josemi, Esteban, Elías, Pablo, Jaime, Roberto, Carlos, Jesús Jurado, Jesús Jr, Jota, Lisardo, David García, Ramonet, Antoñito, Juanma … en definitiva todo el grupo Ñ, que con su experiencia y buenos consejos han conseguido que llegara a cumplir este sueño. Pero… ya está bien de introducciones y vayamos a lo importante, vayamos a la Ultra Trail del Mont Blanc.

El día 28 de septiembre me presento, con toda la ilusión, en Chamomix. Me acompaña mi más fiel seguidor, mi padre. También nos acompañará nuestro amigo Oyvin Feenyerodd (el noruego). Tengo muchas dudas porque 15 días antes de la prueba me salió una lesión en el tendón rotuliano.

En la recogida de dorsales el ambiente es increíble, las miradas de los corredores lo dicen todo. Se respira Trail Runinng por todos los rincones de la ciudad. Todos con un mismo deseo, empezar a correr y hacer realidad sus sueños. En estos momentos mi mayor preocupación es el frío. Todos con los que contacto me dicen que las previsiones no son malas, pero yo no me fío.

Con una hora de antelación me presento en la línea de salida. Con los nervios a flor de piel espero que den el pistoletazo de inicio. La música, los gritos, los aplausos de la gente. Es una de las cosas más emocionantes que he vivido en mi vida, y por mi cabeza pasan todos esos malos momentos vividos y, con cada zancada que yo avanzo, ellos van quedando atrás, y cada vez más atrás.

No voy a contaros como es el recorrido de la carrera, crónicas hay muchas que lo hacen. Os contaré la gente que conocí. Los primeros 50 Kilómetros los pasé junto a Sergio, un catalán con el que estuve hablando hasta que decidió retirarse. También coincidí algunos kilómetros con Toni, al que conocí en Rialp Matxicots, y con el que quedé para vernos en la Ronda dels Cims del año 2019. Un grupo de sevillanos estuvieron entreteniéndome también durante muchos kilómetros, una pena no recordar sus nombres. Así iban pasando los kilómetros, entre risas e historias de Trail.

Compartí kilómetros, y poca conversación, cosas del idioma, con un japonés. El en inglés y yo en valencià. A estas alturas de carrera y ya de cara a la segunda noche la cosa empieza a ponerse fea. Los dolores de rodilla comienzan a ser serios y paso gran parte de la noche solo. A veces también es necesaria la soledad y quedarse uno con sus pensamientos.

Y es aquí, en la soledad de la noche, donde uno valora lo que está haciendo y todo el camino recorrido para llegar hasta aquí. Estoy convencido que voy a llegar y mientras lo pienso surge la mejor anécdota de la carrera. Delante de mí oigo a tres corredores que van hablando en valencià. Me voy acercando a ellos y empiezo a escuchar la conversación. Están burlándose de uno de ellos: ¡¡¡Xe tu de Mutxamel i no has eixit en el periòdic!!! ¡¡¡Mare meua que mutxameler!!! seguían burlándose de él. Yo que llego por detrás saludo con un ¡¡¡Bona nit!!! que no deja lugar a dudas que hablo la misma lengua que ellos. Me saludan, preguntan cómo voy, y cuando me preguntan de donde soy contesto: ¡¡¡Jo de Mutxamel i si que e eixit al periòdic!!! La expresión de su rostro no la olvidaré nunca…. ¡¡¡Collons!!! ¡¡¡Pos si que es!!! ¡¡¡Jajajaja!!! Al final ellos no consiguieron llegar a meta.

Amanece y ya voy de cara a meta. He pasado mucho frío, cansancio, sueño (para mí lo peor), dolores varios (sobre todo el de la rodilla), pero como siempre todo se olvida cuando cruzas la linea de meta.

Allí está mi padre y el noruego. He coincidido con ellos en algún avituallamiento, pero donde verdaderamente quería verlos era aquí, en meta. Ver la cara de orgullo de mi padre vale todos los sufrimientos vividos. La emoción aflora por todos lados. En meta también está esperándome Pablo que había finalizado antes la CCC.

De la carrera sería difícil elegir con que me quedo, paisajes, ambiente, recorrido, voluntarios… pero si tuviera que quedarme con algo me quedaría con el calor de la gente al paso por los pueblos y el compañerismo en carrera.

¡¡¡Sueño cumplido!!! Nadie, antes de ese 7 de enero de 2015 que cambió mi vida, hubiese apostado que llegaría a conseguir algo como esto. ¡¡¡Ahora soy feliz!!! ¡¡¡He ido de la cuneta a rozar el cielo!!! ¡¡¡El cielo azul del Mont Blanc!!!

Cristian Aracil

Otro clásico que vuelve por Navidad

Igual que no hay Año Nuevo sin el concierto de Viena, tampoco se puede considerar que haya empezado un nuevo año sin la tradicional Bañá de A To Trapo. Fieles a la cita, en horario dominguero se van congregando en el Punto de Encuentro oficial de Sant Joan d’Alacant una docena de corredores dispuestos a mantener la tradición. Emprenden el trote hacia la playa en la que se van incorporando nuevas unidades hasta aproximarse a la veintena. Cuando el sol despunta en el horizonte le dedican el cortés saludo -que no se diga que hay mala educación- y vuelven a retomar el trote hasta destino: la sede marítima oficial del Club. No hay que contar hasta diez para que sus cuerpos se sumerjan en las frescas aguas mediterráneas que les purifican y les garantizan protección por un año. El curioso sol les besa la piel y evapora las gotas. Completa la ceremonia el tradicional brindis con cava, acompañado de rollitos de almendra de Fuente la Higuera, gentileza de Vicente, por un año pleno de carreras, salud y amistad.

La subida de fin de año al Cabeçó (30-Diciembre-2018)

Ya veis, en este singular y peculiar grupo de A TO TRAPO tenemos la costumbre de rendir tributo tanto a las montañas en el último domingo del año como a nuestro querido Mediterráneo en el primer día del año; pues bien, este domingo 30 de diciembre con un inicio algo anárquico en el tema horario arrancamos pasadas las 8:00 horas la trotada hacia la cumbre del Cabeçó con algo de fresco y como no podía faltar, alineados todos en la línea de salida de este espectacular y luminoso día

Arrancada de caballo de las primeras a la cual nos fuimos sumando el resto, en esta ocasión nos juntamos unos 40 corredores, en trote alegre al principio para girar a la derecha en el raco de Seva y serpenteando por la parte de la umbría alcanzar el Collado Polset donde nos reagrupamos y contemplamos la cara Sur.

Seguimos por la senda para la parte final, cada uno a su marcheta, una vez en el último collado pudimos contemplar Campello, Benidorm, Puig Campana y demás. Algunas compañeras subían por primera vez así que se vieron gratamente sorprendidas por las vistas así como por el ventilador de la caseta que hay en el tramo final (y no es para menos, la Naturaleza no para de sorprendernos).

Una vez en la cumbre y siguiendo el ritual preparamos el banquete, sidra, cava y el pequeño de los García pa Rato “Borja”, subió al estrado para dedicarnos unas palabras que en esta ocasión fueron breves ya que había preparado para la ocasión un folio y un rotu rojo para que cada uno escribiese su nombre y dejar constancia de los que subimos este año para emplazarnos y subir el próximo (ya veis, siempre es diferente).

Brindamos, nos recreamos y al final foto grupal para luego bajar, unos por la solana y otros por el mismo recorrido de ida, una vez en el parking de las cuevas sorteamos un jamón de bellota (por algo somos ATT), gentileza de TTT, siendo el afortunado Cristian Aracil (buen presagio de lo que le espera), nos deseamos parabienes y en el Poli tomamos un refrigerio para recuperar y recordar (Gracias MANOLO, por invitarnos un año más ).

Afortunados por tenernos, encontrarnos y disfrutar de tan bello día en tan grande compañía, que el Cabeço nos siga uniendo por muchos años más.

Nos vemos en la BAÑÁ.

Costablanca Trails (17-Noviembre-2018)

Faltan 10 minutos para la media noche y sin querer (evitarlo), el destino nos junta de nuevo en la línea de salida. Vuelven los momentos meditativos, compleja tarea es explicar esta extraña sensación de ganas, sueño, pereza, motivación y nervios. Se hace el silencio en mi mente pese a que suena thunderstruck de AC DC a millones de decibelios, como si el speaker quisiera despertar al Benidorm que nunca duerme.

Y ahí estamos: Gosa y “el cuñao” que harán su propia carrera (¡sois un ejemplo!) y Elías y yo, tándem que compartirá una larga y bonita velada de más de 100 km. 3, 2, 1 y salimos, atrás quedan los miedos que seguramente nos volverán a perseguir y por delante están los míticos de nuestra provincia, qué gusto da correr en casa!

La Costablanca Trail es una carrera bonita y recomendable de 102 km y + D 6500 que busca superar el mito del turismo alicantino: la terreta no sólo es sol y mar. Subida cómoda al Puig Campana entre silencios sospechosos y bajada muy disfrutada hasta Polop; ¡qué bien se está cuando se está bien!

La noche transcurre entre risas, silencios y conversaciones profundas que crean un vínculo de hermandad entre en Elías y yo: curioso que alguien conocido pero ajeno a tu vida se convierta en tu media chancla que te ayudará a llegar a meta y a abrir la mente en los momentos complicados. Gracias amigo!

Todo en orden hasta que a partir de las 4 de la mañana caen las primeras gotas preludio del chaparrón que nos espera. Llegamos a Benimantell mirando al cielo cual Noé en su arca: ¡está cayendo la de Dios! Desayuno con una tostada de mi pan favorito y a seguir, que en Confrides nos están esperando.

El amanecer se deja entrever y podemos disfrutar de una insólita subida a la Serrella por el Barranco de les Mates. Las piedras vislumbran a estos locos subiendo en un sinsentido de zig zags y celosas de que alguien más que ellas conozcan este rincón de nuestra provincia. La Mallada del Llop se torna en el último escollo antes de llegar a la nueva casa que nos han preparado: Avituallamiento de Confrides, km 60, 11 horas de carrera.

Probablemente el mejor aid station de todos los visitados. Carlos y Teo hacen de sustitutos de mi padre y Josemi, Rosa y compañía nos agasajan con viandas propias de una comida de navidad con cerveza incluida. Nos acordamos de lo que gozarán Gosa y Jesús y los amigos Ángel y David que estarán disfrutando de la versión de 65 km.

Pero hay que tirar p’alante que tenemos que tocar el techo de la provincia. Aitana nos espera y no exento de sufrimiento, cruzamos la Font del Partagas para hacer cima paso a paso rodeados del característico olor a romero de nuestra sierra. Jessy nos confirma que tenemos a tiro de piedra a Ángel y David: dejémosles, suficiente tenemos con lo nuestro.

Y así, entre miradas al cielo y a la tierra, llegamos a Sella donde además de los omnipresentes Carlos y Teo, me esperan Vicent y Abi, ¡qué ilusión verles! Última cerve de la mano de su compañía y hacemos un duro camino hacia el Puig atravesando el Goleró y el Coll de Sacarest para, en casi 20 horas, cruzar la meta yo de la mano de Vera y Elías de su orgulloso vástago.

Allí nos encontramos a Ángel y David más felices que nunca por haber conseguido recorrer una carrera juntos después de tanto tiempo (Enhorbuena!); a Ruth como perfecta valedora y esta sí media naranja de Elías y a (casi) toda mi familia esperando ver mi cara llena de tanto barro como felicidad.

Mención especial a Enri por el carrerón que le situó en tercera posición de su categoría. Cuando te dé por superar la distancia de la maratón ¡nos vas a jubilar a todos!

Mucha lluvia, otros tantos kilómetros y más barro nos hace darnos cuenta de la suerte que tenemos. Agradecimientos, a la familia, a los firmantes de la pinza y a los apoyos recibidos en la carrera y en general, en la vida. Y bueno, principalmente a Elías por la compañía ofrecida y, como siempre a mi padre, fiel escudero de este vil trotador en busca de aventuras. ¡Otros 100 km para las patas!

Dedicación especial al pequeño Nicolás I por su reciente incorporación a los García Pa Rato, prometo guiarte en el camino de la montaña.

102 km

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Elías Veterano 19:50:37 52 23
Borja Sen – M 19:50:44 53 25
Jesús S. Veterano 25:17:41 128 65
Gosa Veterano 25:17:58 129 66

 

65 km

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
David Veterano 12:58:51 150 62
Ángel Veterano 12:58:54 151 63

 

42 km

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Enri Sen – F 6:35:50 88 3

XIV Mitja Marató Serra d’Oltà (16-diciembre-2018)

Estamos ante una de las clásicas de montaña de la provincia de Alicante, una carrera rápida, bonita y a la que denomino “limpia conciencias” … ¿por qué? porque se celebra justo antes de Navidad y ese cordero, el turrón y el alcohol parecen menos calóricos cuando has hecho unos días antes la media maratón d’Oltà…

¿Qué me estoy engañando? Sí, pero me gustan esas pequeñas píldoras de placebo psicológico.

Empieza a amanecer en Calpe cuando en un barecito pequeño junto a la salida, Eva y yo tomamos unas tostadas con aceite y un café con leche. Seguidamente la preceptiva recogida del dorsal que coincide con la salida de los senderistas 8h.

Tras las preparaciones de bebidas, geles, mochila, etc… empezamos el calentamiento en el que a los pocos metros nos encontramos haciendo también el ritual de la preparación de carrera a Jesús Jurado y los acompañantes de A to trapo… Eduardo, Juanma…  los valientes que han decidido hacer la prueba; otros están ya acumulando calorías en sus cuerpos… no diré el nombre de nadie para no dinamitar más su moral, pero sabrá quién es cuando lea esta crónica.

Llega la hora de la salida 9h, buen ambiente, muchos corredores en número de aproximadamente 350 y tras una sonora traca (como no podía ser menos en nuestra tierra) se da la salida a la prueba.

Por suerte, esta carrera tiene la “generosidad” de comenzar con un buen tramo de unos 4 km casi llanos, incluso con algún km de asfalto que permite ir calentando las piernas, aunque no es menos cierto que también te hace llevar un ritmo que quizás puedas pagar después; no es mi caso porque yo soy un máquina y controlo.

Cada uno se va colocando en su sitio en esta primera parte y tras atravesar la carretera general por un pequeño túnel que pasa por debajo de la autovía, comienza a picar hacia arriba la pista… llegó el momento de que la sangre pase a llenar las piernas porque esperan varios km de subida con alguna tregua de por medio, pero poca.

Pasado el primer avituallamiento, la carrera se introduce en plena Serra d’Oltà y entre pinos se van ganando metros de altura. La temperatura es buena… muy buena… incluso puede que algo alta para correr, porque pronto sobran manguitos, los guantes finos, el buff y casi hasta la camiseta, pero no es cuestión de quitársela, presumir de cuerpo escultural está feo en la montaña.

Con algún sube y baja llegamos hasta una pista bastante ancha y alcanzamos lo que para mí es la parte más bonita de la carrera, aproximadamente el km 6-7 … ya que, a una altura media de la sierra, la pista te lleva a tener a tu izquierda la maravillosa vista de la costa, el mar y el espectacular Peñón d’Ifach. Cierto es que la propuesta urbanística y arquitectónica de Calpe, bajo mi punto de vista, deja mucho que desear, pero el enorme y monumental Peñón y el mar azul tranquilo a sus pies camuflan las miserias de la especulación, lo cual unido a que uno se queda con lo que quiere ver… pues la fotografía es maravillosa, un tramo en el que disfrutas de estar en ese momento y en ese lugar.

Pero he aquí que el corredor que llevaba justo delante, observo que no ha movido la cabeza ni un milímetro, no ha tenido a bien ver lo que yo estaba viendo, ha decidido prescindir de llevarse el que probablemente es el momento más bonito de la carrera…  y sí, los que me conocéis sabéis que con facilidad escucho la llamada de “el lado oscuro del trail running” …. me han dado ganas de darle una colleja a mano abierta y con violencia en todo el cogote y decirle “espabila tío, deja de mirar al suelo, que no vas a llegar antes a meta y disfruta de este paisaje” … pero me he controlado, soy un blando… eso sí, le he pasado y no lo he vuelto a ver más, ero lo menos que podía hacer con semejante looser.

Continuamos bajando por una pista ancha que lleva a un giro a derecha que inicia una pequeña subida que alcanza el objetivo del siguiente avituallamiento situado justo antes de la subida a la cima de Oltà.

Pocos metros después, comienza el tramo que podemos decir el más duro de superar, una subida por una “canal” de roca y piedras a modo de pseudo escalones que cuesta ir subiendo. Una vez superado llega lo peor… la parte de transición hasta la última subida, que para los que habéis corrido “La perimetral de Benissa” sabréis de lo que hablo… un fondo marino pero sin agua. Roca afilada, huecos entre piedras y vegetación que camufla el peligro inminente de un fácil esguince como el menor de los peligros, porque una caída o un pie que quede atrapado en uno de esos huecos, provocarían una estampa que no quiero ni imaginar. Odio ese tipo de terreno… por momentos me sentía como en la película “Tigre y Dragón” tocando con las puntas de las zapatillas una mínima parte de la roca y dando saltos de una en otra…  pero con mucho menos estilo que en la película por supuesto…

Por fin acaba el suplicio y aparece lo que a los ojos de cualquiera podría decirse que es la alfombra de tu casa, una senda de tierra húmeda y marrón lisa, blanda y cómoda bajo la sombra de los pinos  … un respiro para los pies y acto seguido, el tramo final de subida que en unos minutos lleva a la cima de Oltá.

Una vez arriba dos voluntarias nos esperaban para dar el toque navideño disfrazadas de árboles de navidad, muy simpáticas pero a las que casi ni he visto, porque he comenzado a bajar rápido… los corredores normalitos como yo también nos flipamos y en ese momento piensas “si me distraigo saludando o parando aquí … perderé unos segundos de oro” … como si en algún momento de fantasía e ingenuidad runera, se fuese a dar el caso que peligrase el podio… en fin, uno cumple años pero se nota poco. En la meta me han dicho que las simpáticas voluntarias daban mistela en la cima… moooook… por flipado, ni me he enterado. No obstante, me cuentan que el presi y Cía. han degustado ese preciado caldo de la terreta disfrutando de las vistas.

La bajada afronta el rodeo a la sierra para llevarnos a la parte trasera de ésta y las vistas a la Sierra de Bernia, donde comienzan a asomar chalets y construcciones por la parte superior… a este paso en breve conquistarán también esta otra cara de la montaña, pero sin embargo vamos por un bonito paraje a este lado, senda disfrutona y bastante rápida entre pinos. A mitad de bajada escucho detrás de mí lo que parecía ser un jabalí persiguiéndome… era un corredor bajando a “tumba abierta”, le he dejado pasar… no había quien lo parara… ¡qué ritmo! … pero la carrera no acababa al final de esa bajada…

Desembocamos en una pista ancha en el que se encuentra el siguiente avituallamiento y tras el cual iniciamos el giro final a la sierra y comienza una última subida… aquí me reencuentro con el “jabalí”, estaba casi tan muerto como aquél que hace unas semanas encontraron David Gil y el grupo que lo acompañó al Puig Campana… la cara roja, el sudor cayendo a chorro como si se le hubiese roto una tubería de agua potable y ya no resoplaba, era la respiración de un pececillo sacado de su pecera, agónico… cuando llego a su altura me dice con un hilillo de voz ¿quieres pasar? … en fin… por fuera, le he dicho que sí y le he dado las gracias … por dentro he pensado “lo mismo tas pasao campeón, ¿ves lo que pasa por fliparse más de la cuenta?”, lo he adelantado y ya no lo he vuelto a ver… era lo menos que podía hacer con otro looser como este.

Continuamos subiendo por varios pedregales incómodos, si bien no son muy largos y donde vas intuyendo que queda muy poco para la bajada final que repite recorrido con los aprox. 5 km iniciales de la prueba.

Tras un descenso rápido por senda por momentos estrecha, se empieza a escuchar la música del grupo de dolçaineros en una bonita grabación reproducida en un equipo de sonido colocado justo antes del último avituallamiento y que lógicamente hace que pierda encanto el momento exaltación de la cultura musical de la provincia.

Llegamos a ese último avituallamiento en el que yo creo que no para casi nadie… todo el mundo va a cuchillo hacia meta… pero ojo… que los 4 km finales llanitos se atragantan a más de uno… después de 16-17 km y 1000+ las piernas frescas no van y mantener un ritmo sostenido en esos km llanos cuesta, a mí no, ya os he dicho que soy un máquina y controlo que te pasas.

Finalmente comienzas a escuchar al speaker de meta, aprietas los dientes y aguantas un tramo asfaltero de unos 500m para hacer un último giro a la izquierda y encarar la línea de llegada … la pose y la sonrisita molona de sobrao para salir guay en la foto ¡conseguido!

En un día espectacular típico de Alicante, hemos disfrutado de la clásica Media Maratón de la Serra d’Oltá, de buen ambiente, magnífica organización y de mejor compañía.

Poco a poco y con el permiso de Jesús… me voy integrando en la gran familia de A to trapo… hace años veía a corredores con la camiseta del club y pensaba “… menudos flipados ” … ahora ya pasados los años y dado que os conozco a muchos de vosotros, sigo pensando lo mismo… menudos flipados… pero bendita familia de flipados de la montaña… por todo lo que compartimos, por todo con lo que nos identificamos, es por lo que lo pasamos tan bien juntos y nos hace tan felices estar en la montaña.

Gracias a Jesús por compartir parte de la carrera con Eva al igual que ya lo hizo en El Coto, así como por pedirme hacer esta crónica y por transmitir siempre felicidad con su perenne sonrisa y simpatía.

Besos para todos.

Pablo Molina

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Pablo M. VETERANO 2:33:11 143 57
Marc 2:38:43 168
Juanma MASTER-M 2:49:47 222 28
Edu VETERANO 3:10:57 286 109
Jesús MASTER-M 3:10:58 287 43