White Peak Marathon – Matlock (UK) (16-Mayo-2015)

Una maratón es una maratón. Se celebre donde se celebre, participe quien participe y gane quien gane. Siempre es lo mismo, unos 180 pasos por minuto si eres rápido y 42.195 m por delante, bueno corrijo, no siempre es igual, a veces la distancia a recorrer se puede convertir en 46.112 yardas o lo que es lo mismo, 26,2 millas.

Alguien habría narrado esta crónica poniéndole un título muy fácil, el cual podría ser “Robin, Marian y Little John” o mejor aun: “tres maratonianos”. Pero lo sencillo suele ser amigo de lo breve y lo breve no siempre es compañero de quien se alimenta de tiempo, acaricia el asfalto con fruición con la planta de sus pies, escucha el crujir de sus huesos y se entretiene contando sus pasos intentando llegar a esos inalcanzables 180, así que cogeremos el camino largo y lo llamaremos de otro modo.

Tres maratonianas.

IMG-20150519-WA0018Nuestro viaje empezó ya entrada largamente la noche del jueves. La cosa pintaba bien para cinco aventureros de andar por casa, cinco personas corrientes que no buscaban protagonismo ni alcanzar retos con que engordar presuntuosamente su ego. Si bien éste finalmente se terminó convirtiendo casi en un ejercicio terapéutico, en un reencuentro o encuentro de cinco personas diferentes pero iguales en su esencia.

Una vez nuestros pies en tierras inglesas y tras un breve sueño reparador nos dispusimos a alquilar un vehículo con que desplazarnos dirección norte a través de la M1, que como una enorme arteria alimenta los ramales que de ella fluyen antes de desangrase en la city, es decir, tráfico denso aunque razonablemente fluido a cincuenta millas por hora hasta la pequeña población de Ecton, en Northamptonshire. Allí aguardaba Maggie, una vieja amiga que se alegró de vernos.

Primera maratoniana.

IMG-20150519-WA0016Maggie Mulvey me acompañó, llevó y auxilió en mi primera maratón, en Benidorm hace ya unos cuantos años. Con ella siempre estaré en deuda. El azar caprichoso me colocó a su izquierda una fresca mañana de otoño y la utilicé en mi torpe vanidad como “pace” como dicen los anglófonos o “práctico” como decimos por aquí y así anduve pegado a ella hasta que un mazazo me dejó fuera de mí. En realidad para mí aquello supuso un suicidio ya que la inglesa corría con letras mayúsculas y terminó su carrera rozando las 3 horas mientras yo acababa pagando mi osadía con un sufrimiento que no conocía hasta entonces. El viernes pasado Maggie, como siempre, se mostró amable, gentil, feliz y generosa, compartimos una comida con ella en un rato breve pero intenso tras el que continuamos nuestro camino. Aunque la he visto varias veces desde aquel afortunado, que no fatídico noviembre, un turbio presentimiento parece barruntarme que ésta sea quizás la última vez que la vea…

Al cabo de un rato largo en camino, por fin llegamos a Wakebridge, paraje donde se hallaba la granja donde nos alojamos, en la cercanía de Matlock, a los pies de White Peak, primer parque nacional del Reino Unido, nombrado allá por los 50, donde al día siguiente disfrutaríamos de lo que nos gusta. Una vez deshechas las maletas, decidimos acercarnos a la zona de meta y recogida de dorsales para así ir a tiro cierto al día siguiente, aunque Pili se quedó recostada con una cefalea de las que hacen afición. Aunque a veces no lo parezca, es humana.

El amanecer del sábado fue fresco aunque soleado, la temperatura agradable para correr y viento nulo. El autobús nos llevó así hasta la partida allá en lo alto donde de un plumazo se esfumó todo lo dicho. Una bajada inesperada de temperatura nos mantuvo ateridos hasta el momento de la salida y a partir de la misma un viento tenaz nos golpeaba furioso habitualmente de costado. Un paisaje inmenso de verdes prados se extendía a nuestros pies. Una inmensidad de océano esmeralda ondeaba a nuestro alrededor hasta donde la vista alcanzaba.

Segunda maratoniana.

IMG-20150519-WA0025Pili es muy fácil de catalogar, es fiable, rápida y resistente, es dura aunque con una estructura castigada que se está siempre a punto gracias a un buen mantenimiento. Tiene un metabolismo interno que engrasa y lubrica cada engranaje de su rodado motor turbo diésel para que jamás se gripe. Nunca está fuera de punto. Es como aquel elegante deportivo clásico que hace girar nuestras cabezas cuando lo vemos pasar, grácil. Pili me pasó como una bala cuando me dolía de la lesión que arrastro y me hallaba lamiendo mis heridas de viejo chacal.

Nuestra amiga volvió a pisar podium mientras Lisardo y yo nos limitamos a grabar otra muesca en nuestras culatas. Otra maratón al saco de los buenos recuerdos.

La tarde del sábado fue de celebración. Pasamos un buen rato compartiendo experiencias mientras refrescábamos bien merecidamente nuestros gaznates.

El domingo era día de asueto y por eso decidimos acercarnos a la ciudad de Nottingham y disfrutar de sus calles y ambiente asombrosamente denso para ser festivo. El castillo de la ciudad bien mereció la visita. El viejo ayuntamiento resultó ser un edificio arquitectónicamente precioso, con una generosa carga de historia de la cual nos empapamos ampliamente gracias a la amabilidad de sus empleados que nos obsequiaron con una improvisada visita guiada. Tras esto nos costó creer que el antaño sheriff de Nottingham fuera tan malo como lo pintan en las películas. De todos modos para cerciorarnos de ello decidimos cotejar datos visitando el bosque de Sherwood, allá donde de aquél se ocultaban Robin Hood y su alegre pandilla.

IMG-20150519-WA0040El bosque de Sherwood es magnífico, sobrecogedor y los robles que lo pueblan enormes cuerpos rugosos que cuesta creer que estén vivas. Miles de años de historia latente nos observaban altivos hasta que por fin caímos rendidos ante la majestuosidad del “the major oak”, un árbol de dimensiones descomunales cuya hueca estructura otrora sirviera quizás de cobijo de bandidos según cuentan las leyendas. Pues bien, deshaciendo ya nuestros pasos nos dispusimos a regresar al cottage a descansar cuando…¡sorpresa mayúscula!, nos encontramos el coche bloqueado entre las barreras cerradas del parking. Mi sospecha era cierta, ni el sheriff de Nottingham era tan malo como dicen ni los ladrones buenos eran tan generosos como nos cuentan. Los muy bandidos, ataviados en el siglo XXI con trajes reflectantes en lugar de las túnicas y capuchas que usaran antaño no nos advirtieron del cierre inminente del aparcamiento a nuestra llegada y eso es jugar sucio. Pues bien, os diré, ¡que les den!, ¡aun se estarán rascando la coronilla perplejos preguntándose cómo demonios sacamos el coche de allí! ¡Si en su día Felipe II hubiera mandado una flota de maratonianos en lugar de marineros habríamos podido hasta con los elementos!

Último día. Para terminar, el lunes era el día de vuelta, pero antes teníamos que ir a recoger el premio de Pili a una tienda de running en Spondon, Derby, ya que esa fue su presea, un vale de cincuenta libras que generosamente compartió con nosotros.

Tercera maratoniana.

La tienda es de lo más singular, está toda forrada de dorsales de maratones de todo el mundo. Autógrafos de atletas ilustres de todos los tiempos tapizan sus paredes, fotos, imágenes inéditas, objetos irremplazables y auténticos fetiches por los que muchos pagarían bastante adornaban la estancia. radcliffePero entre todos esos artículos destacaba uno, una zapatilla con la que Paula Radcliffe batió uno de sus récords del mundo de maratón. Tenerla en nuestras manos fue como conectarse a una bomba de energía, fue como inyectarse un chute de uranio enriquecido directamente en las femorales o sumergir la cabeza en la marmita de Panoramix. La carita de Pili pareció iluminarse brevemente mientras sostenía la zapatilla y aunque no se lo dije a nadie pude ver nítidamente como un aura la envolvió para fundirse lentamente con su cuerpo.

Hoy en casa, días después, tengo la absoluta certeza de que a partir de ahora las tres maratonianas que más he admirado se han transformado en una sola. A la primera quizás no vuelva a verla, con la tercera jamás llegaré a hablar siquiera, eso está claro, pero si algo me enorgullece es saber que a la segunda la tengo ahí, a un tiro de piedra y eso es mucho más que de sobra.

Tras ese momento casi mágico lo que queda por contar casi no tiene interés si por interesante se cuenta lo sucedido. Bueno, quizás quede decir que para rematar el viaje visitamos Oxford por unas horas y que sí, es una ciudad mágica, impresionante. Habrá que volver con más tiempo quizás. Ahora sólo me queda reiterar mi agradecimiento a Pili, Margarita, Maricarmen y Lisardo por haberme dado tanto.

La carrera.

OLYMPUS DIGITAL CAMERAWhite Peak Marathon es una carrera un tanto atípica que se desarrolla casi en su totalidad en el parque nacional de los picos, una isla forestal en plena campiña inglesa y siguiendo el trazado de una antigua vía férrea de suelo de tierra firmemente compactada. Una preciosidad. La salida fue a las 11:10 h. ya que nos advirtieron que una barcaza debía cruzar el canal y eso provocaría un retraso de diez minutos. Con puntualidad inglesa partimos simultáneamente con la media maratón que también se celebraba desde otro punto, en un suave ascenso hasta el km. 10 más o menos y acompañados por un viento de los que te hacen mucho daño. Desde allí en leves llaneos-subidas-bajadas casi imperceptibles nos acercamos al 30 aproximadamente donde el descenso nos llevó a Comford Mills donde, en el campo de su equipo de rugby estaba la meta. Allí, en el club social, rodeado de prados con centenares de ovejas pastando y un partido de cricket en sus aledaños, de los que la gente juega por esos lares, es lo que tiene ir a sitios donde no te hacen el teatro que suele hacerse a los guiris.

Se trata esta de una maratón de “andar por casa”, de las de “yo me lo guiso y yo me lo como” con ese toque rancio y popular y mucho encanto pero con muchas carencias si la saboreamos desde nuestros ojos acostumbrados a comer con cubiertos de plata.

Lo mejor, sin duda, la compañía.

Julián

Enlaces sobre esta prueba

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Pili LV 40 3:20:14 20 2
Julián MV 40 3:55:33 81 25
Lisardo MV 50 4:12:20 108 19

3 pensamientos en “White Peak Marathon – Matlock (UK) (16-Mayo-2015)

  1. espectacual carrera por todo, espero que podamos ir al lago nes

  2. Ufff Julian me has dejado sin palabras, muchas gracias por las mismas, creo que me tienes en demasiada estima porque vamos yo muy normalita… Un placer el compartir este viaje con Lisardo, M! Carmen, Margarita y tu.. y esperemos que haya otros, que el guarda del bosque nos debe una 😉

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