¡Feliz Navidad desde el Cabeçó! (25-Diciembre-2016)

dsc_0625a2016 años después del nacimiento de Jesús, aquí estábamos otra vez, A To Trapo celebrando este peculiar cumpleaños en familia en la ya mítica última subida del año al Cabeçó.

Y con esta celebración, hemos querido honrar a una de nuestras mejores amigas: la montaña. Lugar de distensión y de diversión donde unos cuantos trotadores y andadores nos hemos juntado para, siguiendo las palabras del presi, eliminar los malos augurios pasados y dar la bienvenida a un 2017 cargado de ilusión, positivismo y kilómetros, muchos kilómetros para todos.

Gracias Cabeçó por estar siempre ahí, prometemos cuidarte como parte nuestra que eres y, dios mediante, aquí volveremos en un año para seguir rindiéndote el culto que mereces.

Ha sido una mañana perfecta en gran compañía, Feliz 2017 a todos!

Retazos. 8.

Viajar o “ser viajado”

Cuando te encuentras en España con gentes de orígenes tan lejanos y distintos como los polacos Agnieska y Robert, con su pelado de indio metropolitano, ausente unas semanas en el mar del Norte, girando embarcado en torno a plataformas petrolíferas con olor a brea y a vientos fríos.

Como Nefissa, regresando de su convulsa Argelia con un racimo de dátiles quizá rozados por las balas de la intransigencia,

Como Rait, de viaje en Estonia, acudiendo a la llamada del amor, que necesita combustible para no apagarse,

O Rachida que se apoya en las palabras como si saltara sobre piedras para cruzar un riachuelo.

Como Samia, inquieta buscando la atención médica necesaria para su padre que quiere visitarla y está aquejado de diabetes y con heridas gangrenables.

¿Y Tabib, la saharaui, que quiere, llena de colores, romper la dorada monotonía de la arena solitaria?

O Chou, menuda, haciendo presente la inmensa y populosísima China,

O el divertido Marco, desbordando italianidad por los poros.

O Abdulá, imponente y serena, que nos trae su tierra desparramada por los ojos.

¿Y el mastodonte georgiano que mueve su humanidad como un paquidermo y escribe con una diminuta letra de hormiga?

O la pareja silenciosa venida de los misteriosos bosques de Transilvania, donde emerge desde la bruma el castillo de Drácula.

O los persas de cuyos ojos cuelgan las historias de “las mil y una noches”.

O Colette, siempre los vecinos franceses confundiendo inevitablemente “ser y estar”, desde “estoy abuela” a “soy enferma”.

Cuando te encuentras con estas gentes no sabes bien si estás viajando a esos, en muchos casos, lejanos lugares, o si estás “siendo viajado”.

Como si tú fueras un pequeño trozo de tierra, lo que eres, llamémosle polvo o barro, por el momento animado, y gentes venidas de lejos te visitaran.

Marco Polo, al llegar a las tierras del Gran Khan en la lejana China, se sorprendía viendo cómo sus gentes bebían vino de arroz o curaban la sarna de las caballerías frotando sus heridas con un líquido viscoso[1] que recogían en grandes charcas y servía también para calentar la comida bajo las perolas, a la vez que sorprendía a aquellas gentes que observaban con curiosidad las, para ellos, raras facciones de su cara, sus costumbres y ropajes.

Así yo no salgo de mi asombro observando la variedad de rostros, de gestos, de sonidos, de formas tan distintas de pronunciar los mismos sonidos que yo creo tan claros y precisos y son para sus órganos bucales, habituados a otros sonidos, a otras modulaciones, tan difíciles de pronunciar por más que yo, exagerando los movimientos de labios, lengua y dientes, intente hacérselos sencillos.

La presencia simultánea de todas estas gentes forma como un arcoíris multicolor, lleno de matices, de visiones, de acentos, de ropajes, de aspiraciones, de esperanza, de nostalgia. Y todo eso destila como un perfume que se extiende por el espacio que compartimos hora y media dos veces por semana mientras van aprendiendo con mi ayuda la lengua de Cervantes. Es la clase de español para inmigrantes.

San Juan, 15 de diciembre de 2016.
José Luis Simón Cámara.


[1] El  petróleo.

II Ultra Maratón Costa de Almería (10-Diciembre-2016)

A estas edades, las Ultras hay que tomarlas sin prisas, como si fuera una romería, y disfrutando del ambiente y el paisaje, que al final es lo que nos queda. Con ese plan, y el privilegio de correr junto a Jesús, que ya la conocía del año pasado y es garantía de animación, me decidí a hacerla. Así que a las 6:15 h salimos de Rodalquilar para llegar justitos a Agua Amarga y encontrarnos con Pa (Santiago), que venía de Albacete, y tener cinco minutos de saludos, así que frontales en on, y pistoletazo de salida.

Nada más salir empezamos a subir, el reguero de luces que se forma en zizagueo en la oscuridad es llamativo, hasta que justo al amanecer, cambiamos de vertiente y aparece al fondo la Cala de San Pedro, momento sobrecogedor y de extremada belleza, aunque con una bajada peligrosa en picado, allí vemos algún asceta haciendo yoga, y vuelta a subir. Vamos bordeando la costa por unos acantilados recorriendo calitas hasta acercarnos a Las Negras, primer punto de avituallamiento, reponemos, y giro hacia el interior, atravesando alguna plantación de palmito y subiendo por un carril que conduce a las minas de oro, ya abandonadas. Así hasta Requena, km 23.3, donde reponemos para afrontar la subida más compleja y dura, vamos los tres juntos, aunque Pa se va rezagando un poco, coronamos junto a unos repetidores, con vistas inmensas a los campos de Níjar (500 m s.n.m.), y nos lanzamos a tumba abierta buscando la Isleta del Moro, disfrutamos en la bajada, aunque con algún sobresalto, yo me caigo de bruces y aterrizo en un matorral, pero una chica (Rocío) que viene junto a nosotros, unos metros más adelante aterriza en las piedras con la frente y el costado, moratones y algún corte, la acompañamos hasta la Isleta, la dejamos que la curen, y seguimos, nuevamente bordeando la costa subiendo y bajando por un paisaje virgen y de ensueño, se nos atraganta un poco la llegada a San José (km 43.9) y nos pilla Rocío, que viene como una moto. Así llegamos al avituallamiento sólido, yo me como la pasta, pero a Jesús no le entra nada, parece que se le ha cerrado el estómago, en esto Pa se retrasa en llegar porque en la bajada lo perdimos de vista.

Salimos con raras sensaciones, Jesús con malestar estomacal, yo un poco pesado, y vamos pasando junto a las playas de Los Genoveses y El Monsul, nos encontramos con David, que entró en meta junto a Jesús el año pasado, y vamos conversando hasta subir a la Vela Blanca, penúltima subida, desde ahí, se baja en picado por un carril asfaltado, me dejé llevar, y les dije que los esperaba en el avituallamiento del Aula del Mar (km 55.3). Ya venía Jesús escaso de fuerzas, tomó varios trozos de piña que devoró y era lo único que le entraba, y a seguir, vamos andando, última subida y va recuperando. Subimos bien y en la bajada comenzamos a trotar, aunque Jesús me dijo que prefería ir más despacio y que siguiera a mi ritmo porque se agobiaba un poco si lo esperaba, estábamos en La Fabriquilla, desde ahí todo llano hasta meta, pero quedaban 30 km. Jesús los haría andando, yo trotando, y así nos pilla el atardecer, el Mediterráneo se va tragando al Sol, vamos por la playa junto a las Salinas de Cabo de Gata y San Miguel (km 63.9), después nos enteramos que aquí se tuvo que quedar Pa porque llegó 5 minutos tarde al control, una lástima porque iba bien. Se hace de noche y con el trote voy cazando a gente, entre ellos, nuevamente a Rocío que iba con un grupo, me encuentro bien a este ritmo y voy pasando por El Toyo, Aeropuerto, Universidad y Paseo Marítimo, éste ya se estaba haciendo largo, pero en un plis-plas, tengo delante el Estadio de los Juegos Mediterráneos y la Meta. Jesús, que es incombustible, llegaría una hora después. Al día siguiente, paseo por la Playa de Los Muertos (Carboneras), en honor a nuestro estado, y no podía faltar la bañá de Jesús.

Una gozada, he disfrutado mucho y tengo que decir que, aunque me pareció un poco cara la inscripción, ha valido la pena, patearte el Parque Natural Cabo de Gata de arriba a abajo es una oportunidad única.

Diego

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Diego Master B-M 13:31:36 173 10
Jesús Master B-M 15:24:33 260 15

XXXII Firenze Marathon (27-Noviembre-2016)

dsc_0126Recién terminada la Maratón de Roma 2015 y como suele pasar muchas veces, alguien comentó cual era la próxima maratón y en pocos segundos salió el nombre de Florencia, estábamos en Italia y nos gustaba la experiencia de repetir en tierras transalpinas.

En la feria del corredor de la Maratón de Barcelona 2016 estaba el stand de la maratón de Florencia y sin pensarlo dos veces se cogió la publicidad. Jorge se apuntó en el instante y Ernesto unos días después. Ya no hay vuelta atrás. A buscar vuelos y alojamiento en Florencia. Comienza la locura. Llega agosto y empezamos entrenamientos, quedan unos 120 días de ilusión, esfuerzo y dedicación ya que teníamos un objetivo concreto, ser sub 3:30 los dos. img-20161125-wa0074Para Jorge sería su decimosexta y para Ernesto, su tercera maratón. Nos ponemos en manos de dos grandísimas personas: Pili Isidro y Fran Carrasco.

Después de cuatro meses de entrenamiento, sufrimientos, madrugones varios y alguna carrera que otra, llegó el día de partir. Volamos desde Valencia a Bolonia y de ahí en tren hasta Florencia. Una ciudad espectacular para visitar y sobre todo para correr.

Duomo, Palazzo Vecchio, Santa Croce, Santa Maria Novella, Ponte Vecchio, etc… Durante 3 días disfrutamos de toda la belleza de la ciudad visitando sus museos (David de Miguel Ángel, Galería Ufizzi, Palacio Pitti y alguno más) y pateando sus calles a modo entrenamiento. ¡Una pasada!!!!!

dsc_0020Llegó el día soñado, esperado, anhelado… Suena el despertador pronto, a desayunar, a preparar todas nuestras pertenencias para la batalla; dorsal, equipaje, reloj, geles, visera, nervios y demás enseres…  Son las 8 de la mañana y salimos dirección Duomo, lugar de la salida que, aunque lo habíamos visto varias veces desde todos los ángulos, de día, de noche, con sol, nublado… Nos seguía impresionando!!!!.  Más de 9000 personas rodeando tal belleza, todos con el frío en el cuerpo, ya que deberíamos estar a unos 8 grados, temperatura agradable para correr. Vamos a entrar en nuestros cajones correspondientes ya que no estábamos en el mismo, nos despedimos, nos deseamos suerte: “nos vemos en meta” nos dijimos.

img-20161124-wa0004A las 8:30 de la mañana suena el disparo, ya no hay vuelta atrás. Empiezan a salir las emociones, los recuerdos de todos los entrenamientos, carreras hechas, madrugones para cumplir con el entrenamiento que nos habían puesto nuestros respectivos entrenadores, días de frío, de calor, de aire, los consejos de la gente con la que has compartido algún momento de esos 4 meses, en fin, un cúmulo de sensaciones que te llevan a emocionarte y de qué manera. Empezamos la carrera y poco a poco vamos cogiendo cada uno nuestro ritmo, adelantando a la gente que va más lento hasta que se despeja el horizonte y vamos al ritmo deseado. Pasamos por el pulmón verde de Florencia, sitio espectacular.

¡Los kilómetros pasan y los tiempos van saliendo!!!  llevamos un ritmo muy bueno para cumplir con nuestras marcas, buena señal. Pasamos la media maratón los dos por debajo del tiempo que teníamos estipulado, cosa que nos da bastantes ánimos. Vamos por el buen camino, pero hay que pensar que viene lo más duro. Pasamos por todos los sitios emblemáticos de la ciudad con bastante gente animando, cosa que se agradece.

img-20161127-wa0016Kilómetro 30: empieza la maratón de verdad, ahí se ve si los entrenamientos han sido los correctos o no. Las piernas empiezan a pesar un poco sobre todo cuando pasamos alguno de los puentes que cruzan el Rio Arno. Llegando al kilómetro 35, el cuerpo ya te va avisando que está empezando a notar el cansancio, pero se ve la meta muy cerca. Apretamos dientes, tomamos líquidos y continuamos hacia nuestro objetivo.

Y llegó la tortura. Sobre el kilómetro 38 entramos en la zona de adoquines, a la altura del Ponte Vecchio.

Quedan 4192 metros, las piernas empiezan a fallar, los adoquines parecen tener vida y nos hacen tropezar, pero resistimos el embiste, aunque la gasolina la llevamos en reserva con la luz parpadeando a toda marcha, pero es en estos momentos cuando las piernas fallan donde tiene que salir la fuerza mental, que es la que te dan tus compañeros de entrenamientos, sus ánimos, sus consejos (a veces son de Oro). Es aquí donde te acuerdas de porqué estás ahí, que es lo que te ha llevado a hacer esa maratón. Es donde te acuerdas de tu mujer, hijos, amigos, familiares, compañeros de entrenamientos, de gente que ya no está entre nosotros, de todas las personas que te ha animado y a la cuales no quieres defraudar… Es ahí, en ese momento, cuando miras al frente y enfilas camino de meta muy orgulloso.

De repente, después de unas horas de sufrimiento llega el momento deseado, el momento que llevas soñando hace meses, esa ALFOMBRA AZUL tan deseada, el Duomo al fondo, el speaker dando la bienvenida a los corredores, ese arco de meta tan añorado… llega el final de esta aventura!!!!!!

Nos preparamos para entrar victoriosos, ponemos nuestra mejor sonrisa y levantamos los brazos como si fuéramos los primeros en entrar en meta, los ganadores, sobre todo porque se han cumplido nuestras expectativas, nuestros esfuerzos han tenido su recompensa.

Hemos logrado nuestros objetivos… MMP Los dos!!!!!!!!!!!!

Gracias a todo el mundo que, aunque sólo haya sido una palabra de aliento, un entrenamiento o cualquier ánimo que nos haya dado, nos ha servido para correr esos metros tan duros que nos han hecho llegar a meta.

Como sois tantos, no cabéis en la crónica, y no queremos olvidarnos de nadie, os queremos decir JORGE Y ERNESTO

        ……GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS……
                A   TO   TRAPO

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Jorge L. SM35 3:25:35 1545 271
Ernesto SM45 3:29:18 2363 515