Pacíficamente

Ellos todo lo hacen pacíficamente. La policía con brutalidad.

Rompieron los cristales de los coches de la guardia civil pacíficamente.

Pacíficamente se subieron a esos mismos vehículos destrozados y desde allí arengaron pacíficamente a los manifestantes concentrados.

Pacíficamente mantuvieron retenidos a los policías que por orden judicial entraron a la consellería de economía en busca de documentación sobre el referendum.

Pacíficamente lanzaron una silla contra un guardia civil cuando entraba en un colegio electoral y lo dejaron en estado de choc.

Pacíficamente rodean los locales de los partidos no independentistas y los tachan, tratando de insultarlos, de españolistas.

Pacíficamente hacen pintadas y lanzan amenazas contra establecimientos de no independentistas con frases como “Esta no es vuestra tierra”

Pacíficamente impide la señora Forcadell intervenir a la oposición en el Parlament, dejando sin voz a millones de catalanes que no se sienten representados por ellos.

Pacíficamente enseñan a los niños en las escuelas a hacer esteladas como trabajos manuales.

Pacíficamente impiden en la Universidad la entrada de alumnos no partidarios de la huelga.

Con inusitada violencia ocular, gestual y verbal nos lanzan el adverbio pacíficamente olvidando quizá que su significado está a años luz del uso que le dan en sus múltiples intervenciones, sea Tardá, Rufián, Bosch o el lacrimoso Junqueras.

Pacífico se dice, según el diccionario de María Moliner, del que no provoca o fomenta o no es inclinado a provocar o fomentar luchas, discordia o discusiones.

¿Quiénes son los que han perturbado desde hace tiempo la paz, el sosiego y la convivencia tolerante y respetuosa de las ideas distintas u opuestas?

¿Era este el clima social de confrontación entre los distintos partidos políticos cuando se trataba de defender los intereses de clase?

¿Había esta intolerancia ideológica, instalada ahora en nuestra sociedad, entre los líderes y militantes del PSUC, PSC, Converg. y Unió, PP o Esquerra Republicana?

Es evidente que no. Cataluña ha sido un modelo de convivencia, de progreso, de respeto, de civismo.

Ha sido la pacífica irrupción del veneno independentista la que ha emponzoñado las relaciones políticas y la convivencia entre amigos, parientes y vecinos.

Ha sido la pacífica irrupción del independentismo intolerante la que ha provocado el rechazo del ordenamiento jurídico derivado de la Constitución.

Ha sido la pacífica irrupción del independentismo la que está poniendo en peligro el bienestar de muchas gentes engañadas por dirigentes irresponsables que, con las espaldas más guardadas, las empujan a una aventura de consecuencias imprevisibles.

¿Quién va a soportar sino ellos especialmente las consecuencias de la fuga de miles de empresas que hacían de Cataluña una de las tierras de promisión a la que desde hace muchos años han acudido gentes de toda España?

Todo lo hacen pacíficamente estos chicos. No acabo de entender por qué el gobierno de España aplica el artículo 155 de la Constitución.

San Juan, 29 de octubre de 17.
José Luis Simón Cámara.