Hace años que me sonaba ya “El Montcabrer” cuando los del grupo Ñ nos hablaban de esa pujada clásica del programa habitual de A To Trapo. Pero ni se me ocurrió que podría correrla yo, ya que parecía más bien apta para unos pocos con vocación más montañera que la mía.
En el 2011 fueron 7, en 2012 un grupito elitista de 3, y no he visto crónica en la que el número de participantes hubiera superado el 10. Pero este año pasó algo excepcional: Por una parte, muchos habíamos estado coqueteando ya con la idea de probar o meternos más en la montaña, y por otra parte, lo más decisivo fue el poder de convicción de Juanma: “…que si (la carrera) es perfecta para iniciarse … venga chicas animaros …. nunca hemos sido un grupo tan numeroso…”. Pues el resultado fue que nos convenció a 27 (o 30 o más???) y por supuesto nos llevamos el premio del grupo más numeroso de la Pujada.
Que no falte la foto antes de la salida, y todos juntitos, porque si no, no cabemos todos. Y listos para salir. Me he quedado impactada por el primer tramo del Barranc del Cint, con los buitres majestuosos por encima de nuestras cabezas.
Luego el recorrido es precioso, vamos subiendo hasta el Collado de Sabata, después un pequeño respiro antes de meternos en la subida empinada de la cima del Montcabrer. Este año el paisaje está pintado de verde frondoso, salpicado de una gran variedad de florecitas silvestres. Pero da pena ver el impacto nefasto del incendio del año pasado que sólo ha dejado los esqueletos negros de los pinos. La naturaleza ya está empezando el proceso de regeneración, y al pie de los árboles empieza a brotar la hierba con unas amapolas rojas para añadirle otro toque de color.
Pero una vez arriba, toca pararse para disfrutar de las vistas más espectaculares de todas las cimas que hay alrededor. Para la bajada luego hay que ir con cuidado, ya que un resbalón se pagaría caro. Poco antes de la meta contamos con un grupo de cheerboys y cheergirls que nos dan ánimos para los pocos kilómetros que faltan. ¡Cuánto se agradece el apoyo!
Todos llegamos. Evidentemente, los más “cabras” bastante antes que los novatos, y Manolo y Pepe entran en meta escoltados por sendos hijos. Nuevamente enhorabuena a Borja, quien acompañado por su hermano Nacho, justo la semana anterior se convirtió en IronMan. Y Adi (por cierto, también IronWoman) sube al podio – ¡qué pasada!
El tiempo fue ideal: ni frío ni calor, el sol presente pero clemente. La organización fue estupenda, con los avituallamientos bien dosificados y los voluntarios animando en cada puesto.
Pero ¡qué bien entraron después esas cervecitas, y los arroces en la Venta Saltera! Y la guinda al pastel la puso Ramonet invitándonos a su casa de campo para tomar granizados, infusiones y mistela. En resumen: ¿qué más se le puede pedir a un domingo 26 de mayo? Un día perfecto.
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Así lo vieron en memorias garcia rato
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