Hamburgo 2025

Para terminar un Ironman se tiene que dar todo muy bien. Siempre decimos que lo primero es llegar a la línea de salida y esta vez el destino parece que no quería.

Quedarme sin transporte de bici 3 semanas antes, no estaba en mis planes. Pasar 24 horas sin dormir dos días antes de una prueba así no estaba en mis planes. A veces las cosas vienen como vienen y hay que adaptarse a las circunstancias. Problema -> Solución y siempre una actitud positiva.

Además… la noche anterior, la organización nos dijo que estuviéramos atentos a las redes sociales porque la climatología era muy adversa. Así que me fui a dormir intranquilo. Al levantarme a las 4:00 de la mañana, nos avisaron de que la salida se retrasaba. Yo miraba por la ventana de nuestro hotel y veía los rayos y escuchaba los truenos, con una lluvia intensa que me hacía temer lo peor. Estaba seguro de que nos suspendieran el Ironman, pero eso es porque todavía no conocía el clima cambiante de Hamburgo. Cada media hora estamos en una estación diferente. Finalmente la salida se retrasa 1h y todo sigue en pie.

En la salida junto a Luis y José Escudero nos preparamos para lo que llevamos entrenando 9 meses. Me lanzo al agua e intento controlar esa ansiedad inicial del segmento de natación. Noto que algo no va bien, los primeros 2.000m no me encuentro cómodo. Se me hacen eternos. Me quitan las gafas de una patada, me pasan por encima un par de veces, me dejan sin respiración… pero de repente empezamos los 1800 finales y parece que la ansiedad desaparece y disfruto un poco del agua. Al salir miro el reloj y mis temores se confirman. Muy mal segmento de natación, 10min más que en Vitoria. No le encuentro mucha explicación, pero da igual. Toca seguir luchando y olvidarse del Ironman perfecto planificado.

La transición es como un 5k! Larguísima. La hago lo más rápido posible y me monto en la bici, me acoplo y empiezo con el segmento de ciclismo, el más largo y más metódico. Me centro en controlar vatios, frecuencia cardiaca y alimentación. Teniendo claro que si te pasas te lo pierdes. En la primera vuelta veo a los mejores supporters animando: Miguel, José y Silvia. Al final 180km a 32 km/h incluyendo una penalización de 3 minutos por un supuesto drafting a 5km de meta.

Otra vez la transición, y cambio de zapatillas. ¡Qué ganas tenía de correr! Empiezo mentalizado de no hacer un Vitoria, salgo intentando controlar mucho el ritmo. Entre árboles y edificios el reloj va loco y no me ayuda. Solo sé el ritmo que llevo al acabar cada km. Primero, 5:10, mierda, tengo que ir más lento, a 5:30 aprox. Me vuelvo a obligar a bajar el ritmo, pero me encuentro tan bien que es difícil. A los 3km empieza a llover, pero no llover normal, parece que se ha abierto una presa y el agua y el viento nos arrastra. Me da lo mismo, nada va a desconcertarme de hacer una maratón non stop running. La maratón son 4 vueltas a un circuito. Y sobre el km 10 veo a mi equipo Ana y Dani, y a los supporters Miguel, Silvia y José. Los primeros 10km muy muy fáciles. Se me hace larga la vuelta porque me auto motivo esperando ver mis amigos y eso pasa cada hora más o menos. Paso la segunda vuelta bien, pero sin alardes. La tercera ya se nota el cansancio y toca sufrir, quizá es la más dura, porque ya estoy muy cansado y sé que todavía queda una vuelta más. Y por fin la última vuelta, ya muy muy cansado, con ganas de andar, pero me acuerdo de Fede y digo que ni de coña doy un solo paso.

En meta oigo a Silvia, ¡no llores David! ¡No llores! En este Ironman ya es demasiado tarde. Para el próximo entraré con una sonrisa, en este ya no es posible.

Entrenar un Ironman es muy solitario, pero a su vez es un trabajo de equipo. Un equipo muy grande que ha venido conmigo de una u otra forma y me gustaría mencionar.

En primer lugar el responsable de mi “buen” rendimiento es Adrián Peris, mi entrenador. El que le da sentido al entrenamiento de cada día, en el que delego la responsabilidad de aprovechar al máximo el tiempo del que dispongo para mejorar año a año. Profesional, que no me deja despistarme, y que se guarda mis errores para soltarlos en el mejor momento.

En segundo lugar, este año se ha unido al equipo Leticia Bravo, mi Nutricionista, que ha cambiado y dado sentido a mi forma de comer, ha hecho que me quite vicios innecesarios, y me ha ayudado con la suplementación.

A mis compañeros de aventura los hermanos Escudero, con lo que no solo compartí la prueba, sino un viaje, una noche en un suelo del aeropuerto, entrenamientos, risas y complicidad.

A María Torres y al KULT Bar, que se ha ocupado de alimentarme sanamente semana a semana, con esa nutrición saludable.

David Molina, con el que he compartido series en las pistas y con el que ya planifico nuevos retos, si se deja. Gracias por mantener el contacto y darle sentido a muchas cosas.

Jo Trott, finisher of the Hamburg Ironman, with whom I have spent many hours on the bike and also improved my English. Sin su amabilidad mi bici no hubiera llegado a Hamburgo. Enhorabuena ironwoman!

Cuchi, Rodri y Ana, los fisios que me han atendido con mis pequeñas sobrecargas y me han hecho llegar en perfectas condiciones.

Pablo, mi mecánico, que me ha enseñado a montar y desmontar la bici, a meterla en una caja, y la ha cuidado como si fuera la suya. Además de prestarme otras cosas necesarias y darme mucho power!

A Elisa, my Sunday Friend, que siempre ha estado dispuesta a poner su granito de arena para que yo llegara con kilómetros en llano suficientes a Hamburgo. Siempre con una sonrisa y con fuerzas al final de la etapa suficientes como para obligarme a no decaer. Como odio tus arreones en las subidas en el km 140!

A Juanmi, que él no, pero sí su sillín, fue un apoyo imprescindible para la prueba.

A Javi Embid, por ese último entrenamiento en bici, que tanta seguridad me ha dado para Hamburgo.

A Silvia, Miguel y José, por su esfuerzo, generosidad y apoyo. Por sus ánimos, risas y compañía. Por ese vídeo de meta y esos gritos, los de Silvia, que dan para correr más kilómetros y ese VA-MOS, pausado y sereno de Miguel, VAS-BIEN. Por la acogida en su pequeña gran familia.

A Dani y Ana que recogieron lo que quedaba en meta de mí, abrigaron y ayudaron y con los que he pasado una semana estupenda de vacaciones.

A mis amigos del trail, los que dicen que este deporte no está a la altura del suyo, pero que sé que me quieren, me admiran y en el fondo quieren ser como yo, un deportista versátil no estancando en dar saltitos sobre piedras.

A todos esos amigos, que me han llamado o mandado un mensaje para animarme o darme la enhorabuena. Incluso gente lejana que te aprecia y en cierto modo admira estos retos a los que me expongo.

A mis padres, que presumen de hijo por ahí, y que esperan con paciencia esa llamada en meta, de “estoy bien”.

A mis hijos, que se enfrentan a sus competiciones con la misma madurez y miedos que su padre. A los que admiro por cómo lo hacen a su temprana y en los que pienso cuando me faltan las fuerzas. A los que trato de servir de ejemplo. Todo esfuerzo tiene su recompensa, sea la que sea, y aprendes a disfrutar del camino, sin prisa, con paciencia y constancia. Sin atajos, con trabajo duro, positivismo y disciplina.

Y por supuesto a Belén, sin la que esto no sería posible, y que casi comprende lo que hago. Apoyo imprescindible en el día a día.

Gracias equipo, porque todos y cada uno de vosotros habéis hecho que esto sea posible, poniendo un granito de arena.

Un pensamiento en “Hamburgo 2025

  1. Enhorabuena David por tu logro, eres un ejemplo de constancia y afán de superación.
    Me ha gustado mucho tu crónica, he sentido tu emoción en cada párrafo y me han encantado los párrafos en que agradeces a tu inmenso equipo de colaboradores y familia por la ayuda y apoyo.

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