Corretrail 2018 – Corral de Calatrava (11-Marzo-2018)

Soy más de hechos que de palabras escribo desde el corazón intentando plasmar las experiencias vividas en cada carrera!

11 de marzo
9:55h de la mañana
Corral de Calatrava
Corretrail 2018

Estaba esperando junto a unos 500 corredores el pistoletazo de salida habían dado lluvia pero de momento no caía una gota.😀 Se celebraba la V edición está vez con tres distancias

9k principiantes
16k corta
28k larga
Yo me había inscrito a la de 16k.

A falta de un 1′ empezó una tormenta de granizo.😏 Empieza la carrera y pienso toca darlo todo…vas a sufrir como nunca…lo tuyo no es la montaña…no conozco el recorrido y estoy empapada…pero no sé de donde saco la fuerza y tiro palante como los Alicante!

A medida que van pasando los km voy sorteando piedras…barro…agua…lluvia…y sin poder levantar la mirada del suelo por miedo caerme…hubiera sido lo normal en mi caso 😅

Las piernas me iban respondiendo pero las manos no las notaba, las tenía empapadas y congeladas tenía que distraer mi cabeza para no rendirme iba por el km 5 y aún faltaba lo mejor!

Los caminos de campo estaban totalmente embarrados y llenos de charcos parecía a veces que fuéramos por el cauce de un río no sabíamos por dónde correr si te salías del camino medias los pies a hasta los tobillos de barro parecía más un #spartan que un Trail.

Hacía sólo unas semanas que habían contactado conmigo para “embarrarme” en esta aventura este año la organización

Iban a dar unos premios a tres mujeres por su labor como madre…trabajadoras y corredoras y me habían propuesto participar en este evento ya que había sido una de las candidatas como corredora ejemplar. 😊

Sinceramente tengo que reconocer que me halagó muchísimo el hecho de que quisieran contar conmigo pero a la vez sentí incluso vergüenza. Nunca en mi entorno han valorado mis madrugones. Mis entrenos. Mis logros. Correr 42km y al día siguiente ir a trabajar como el que ha pasado un fin de semana en un spa. Entonces pensé ¿por qué no me lo voy a merecer?

Llegamos a la zona de avituallamiento cogí un plátano y continué corriendo, venía una subida y empecé a adelantar a otros corredores que preferían subir andando poco a poco logré llegar hasta arriba y empecé a bajar recuperando y sin dejar de mirar al suelo.

Durante la bajada me alcanzaron un par de chicos que les había pasado en la subida y me saludaron, me enganché a su ritmo los iba aguantando, íbamos hablando de otras carreras pasamos por una de las zonas más bonitas a la izquierda quedaban los castillos.

Faltaban sólo 3km e iba aguantando el ritmo de estos chicos que me animaban a que siguiera con ellos, íbamos a to trapo por debajo de 5′ no notaba ningún dolor sólo cansancio, pasamos a algunos corredores que incluso bromeaban con que les lleváramos a ellos en brazos al vernos ir tan “frescos”, así llegamos hasta el pueblo ya se veía el campanario y me salía la sonrisa pisando la alfombra roja que había colocado la organización para adornar la entrada en meta, escuché al Speaker “por ahí viene Majo vamos que lo has hecho genial Enhorabuena!!” El granizo, el agua, el barro, el frío,… nada había impedido que disfrutara de Calatrava, crucé la meta y pensé valió la pena!! Abracé a los chicos y les di las gracias!

Necesitaba entrar en calor estaba empapada y seguía lloviendo, fui a recoger mi bolsa del corredor que llevaba un polo y una sudadera técnica. Una pasada. Y escuché de nuevo al Speaker “Enhorabuena Álvaro” me asomé y vi que también la había acabado con su condromalacia rotuliana, está muy fuerte, otros con lo mismo no pueden correr!

Me fui a darme una ducha caliente y a cambiarme para ir a la carpa que había preparado la organización con más de 150kg de carne para dar de comer a todos los corredores que quisieran asistir a la entrega de trofeos y los premios #mujercorretrail.

Llegó el momento de la entrega de premios #mujercorretrail aquí simplemente puedo dar las gracias todos los que quisieron que yo fuera la elegida para recoger el premio de todas las mujeres que son unas luchadoras que compaginan familia, trabajo y el tiempo que otros utilizan para descansar nosotras lo utilizamos en entrenar!

Que no importa la edad…ni el físico…ni los malos momentos…no dejéis de luchar por vuestros sueños! 2° clasificada vet femenina

Una sorpresa que me alegró aún más!

Me voy de Corral de Calatrava con un montón de recuerdos, trofeos, cariño y amigos!

Gracias especialmente a los grandísimos anfitriones Manuel y Andrés!

¡Volveremos!

MaJo

Enlaces sobre esta prueba

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Majo Vet Fem 1:43:10 94 2
Álvaro Vet Masc 1:49:17 119 13

Sueños. 36.

“Si no sabes que cuando canta Sinatra en Washington la Casa Blanca en pleno se traslada hasta el teatro es que no sabes nada ni de Sinatra ni de Washington”.

Como si para mí fuera un baldón desconocer la vida del cantante y los entresijos de la Casa Blanca. Sí, había leído historias de cuando Ava Gardner, entonces casada con Sinatra, bajaba las escaleras del hotel Palas en Madrid, después de haber recorrido tablaos y tabernas con el torero Dominguín, envuelta en su abrigo de piel que abría mostrando su desnudez y dejando boquiabiertos a los muchos admiradores que se agolpaban en los salones del hotel ansiosos por ver a su ídolo. También sabía de los chismes que circulaban por los burladeros de Washington sobre Kennedy, Jacqueline y Marilyn. Pero a mí me interesaba bien poco todo eso. Apenas como una curiosidad. Lo que a mí me interesaba desde hacía tiempo y me seguía interesando era ella. Ni Jacqueline ni Marilyn y mucho menos aún Sinatra y Dominguín. Pero ¿por qué me diría aquello a la vez que se desembarazaba de mis brazos?

Fue su manera de decirme que le quitara las manos de encima aquella rubia que me había costado tantos años llevarme al huerto.. Más clara no podía ser. Me gustaría o no pero lo dejaba bien claro. Lo cual siempre es de agradecer. Si algo aborrezco es la ambigüedad. Así, al menos, sabe uno a qué atenerse. Ni siquiera aquella noche pasamos a mayores. Apenas unos besos, un deslizamiento manual por sus sinuosos contornos y poco más. “Es mejor que todo siga como hasta ahora”, se limitó a decir.

Habíamos coincidido en otros viajes mucho tiempo antes cuando nuestros compromisos morales nos ataban más de lo que estábamos dispuestos a sobrepasar. Pero en aquella ocasión todo había resultado mucho más fácil. La misma ciudad, el mismo hotel y los dos solos. La ocasión era única.

Su propuesta era bien clara. Quería que fuéramos al teatro. Sería una de las pocas veces que podríamos escuchar a Sinatra. Primero porque daba la coincidencia de que estábamos en la capital del país, donde él actuaba, y en segundo lugar porque ya le quedaba poca mecha al cantante. En una actuación reciente la “pájara” le había hecho olvidar las letras de canciones que llevaba cantando muchos años.

No podía imaginarme que desaprovecháramos ocasión tan singular de dar rienda suelta a nuestros deseos reprimidos durante tanto tiempo. Quizás ella pensara que la actuación de “La Voz” ya no podría volver a repetirse para nosotros y sí, en cambio, nuestro encuentro. Quizá la asistencia al recital fuera solo un pretexto para posponerlo. Quizá pensara, ¡quién sabe! Que era mejor mantener esa permanente situación de deseo no satisfecho para evitar que se desvaneciera el hechizo de lo desconocido, de lo prohibido, que durante tantos años había alimentado nuestra mutua atracción. O quizás acabara de descubrir que sin todos los elementos que dificultaban nuestra relación hasta ahora, y que realmente la estimulaban, había desaparecido la razón principal de nuestra fascinación.

El caso es que, con desgana, ¡qué coño me importaba a mí Sinatra!, me vestí.

Ella ya lo había hecho. Nos fuimos al teatro. Llegados allí en una noche fría, vimos aglomeración de gente en las proximidades. Encima de las puertas de entrada al vestíbulo un gran cartel luminoso visible desde lejos no cesaba de parpadear.

“Suspendida la función por indisposición del artista”.

San Juan, 28 de febrero de 2018.
José Luis Simón Cámara.

Retazos. 27.

Monólogos en el bar.

Ojeando el periódico en el rincón más cobijado de la barra del bar donde me sirven el “ristreto” a mi gusto, con el vaso de agua, como en las cafeterías romanas, se sienta en el taburete de al lado del mío un señor de unos 80 años, al menos esos aparenta, con pinta y modales de antiguo agricultor, asiduo en sus visitas mañaneras. Aparta el periódico deportivo que tiene sobre la barra delante de los ojos y pide el café con leche.

En la televisión el programa de Susana Grisó entrevista a un tal Lluis Bassat, icono de la publicidad, catalán. Apenas se escucha la conversación entre el movimiento de vasos y bandejas, el arrastre de los taburetes y, sobre todo, el familiar ruido de la cafetera cuando esa membrana externa calienta la leche. Frases sueltas como “¿Qué le parece a usted el veto del ayuntamiento de Girona a la entrega de premios por el rey?”

–“¡Lamenteibol, como diría Forges”.

Forges está hoy y ayer en boca de todos porque acaba de subir al olimpo de sus dibujos.

Poco después, eran ya casi las 9 de la mañana, en la calle se escuchan los pasos precipitados de los padres que llevan a sus hijos al cole con un poco de retraso, comienza una tertulia donde el primer tema del día es la citación judicial del exmayor Trapero, hasta hace unos meses responsable de los Mossos de escuadra o fuerzas autonómicas de seguridad de Cataluña.

Mi vecino en un soliloquio, pues no va dirigido a nadie en concreto dice:

“El carro está atascado y no hay quien lo desatasque, ni para un lado ni para otro. Solo marear la perdiz. ¡Qué hartura! Por la mañana, por la noche, a todas horas, todos los días lo mismo”.

No sé si antes o después le pregunto al camarero:

–¿Cuántos grados había esta mañana cuando llegabas al bar, Pepe?

Pepe suele abrir el bar hacia las 5 de la mañana. Enfrascado en la máquina de café no me ha escuchado. Su mujer le dice:

–“Te están hablando, Pepe”.

–Perdona, Simón, no te escuchaba.

Le repito la pregunta.

–“5 grados. Parece que ha nevado algo otra vez en la montaña”.

Como si no escuchara sigo hojeando el periódico. Otro cliente pide cambio al camarero para seguir echando monedas en la máquina tragaperras. La mujer del camarero le pregunta si hace falta algo más del mercado y así van pasando los minutos. Entra entonces un chico que fue amigo de mi amigo Chimo, muerto ya hace más de un año. Siempre lleva una bolsa de plástico en la mano con algo dentro, no sé si alguna botella, alguna verdura. Más bien, pienso, lo primero, porque parece consistente. Nunca la suelta de la mano. Sin pedirlo le ponen siempre un chupito de wisky en vaso fino y pequeño. Deja el dinero justo sobre el mostrador, se bebe el chupito, saluda y se va con su marcha siempre un poco renqueante. Poco después, nunca suelo estar más de 15 minutos, sigo los pasos del último que ha salido y atravieso la plaza o bien en busca del periódico, si es día de comprarlo o me dirijo al coche para regresar a casa.

San Juan, 26 de Febrero de 2018.
José Luis Simón Cámara.

Retazos. 26.

Posguerra.

No acababa de entender aquel desajuste horario. ¿Cómo, si había comenzado la carrera a una hora determinada, tardaba mucho menos de lo exigido para una distancia equivalente? Y es que se estaba produciendo una ruptura generalizada del orden, hasta hacía poco establecido. Todo lo que recordara la deplorable situación por la que habían pasado se había convertido en terapéuticamente destruible. Por eso las banderas de uno u otro signo, los usos horarios, los himnos, las distancias…; nada absolutamente podía volver a repetirse porque todo eso recordaba el pasado del que unos y otros estaban avergonzados. ¿Qué decir de los libros de historia, de las lenguas, de los medios de comunicación? ¿Cómo podían justificarse y por qué sucia causa los crímenes cometidos en su nombre por unos y por otros?

Porque, vamos, ya está bien de cargarle siempre el mochuelo al florentino. Nunca dijo esa frase universalmente a él atribuida: “El fin justifica los medios”. Eso lo han dicho quienes han querido utilizarlo para sus oscuros intereses. Como si ahora el verdugo Bachar El Asad, educado en los más exquisitos colegios y universidades de Damasco y de la metrópoli inglesa, tratara de justificar en el italiano los innombrables e innumerables crímenes que está perpetrando con su pueblo. Si es que puede decirse que un bicho de tal calaña tiene pueblo alguno que lo cobije o al que pertenezca.

Si Dante levantara la corona de laurel de su cabeza, necesitaría todo un bosque de laurisilva para ser nuevamente coronado después de imaginar aún más círculos infernales en su comedia, capaces de albergar a ser tan inhumano.

Para aclarar mis afirmaciones me permito recordar que la idea que dio origen a la frase atribuida a Maquiavelo corresponde más bien al libro en latín “Medulla theologiae moralis” (1645) del teólogo alemán Hermmann Busenbaum que dice: “Cum finis est licitus, etiam media sunt licita” (Cuando el fin es lícito, también los medios son lícitos). Y la acuñación definitiva de la frase se la debemos a Napoleón Bonaparte, al escribirla en la última página de su ejemplar de cabecera del libro “El príncipe” de Nicolás Maquiavelo:“Il fine giustifica i mezzi” (El fin justifica los medios).

Todo había desaparecido. Porque incluso las señales de tráfico y los carteles anunciadores de las distancias kilométricas estaban contaminados por las ideologías de uno y otro signo que habían ideado, en su afán por extenderse hasta los submundos de la incultura en que tenían y querían mantener al pueblo para así poder manejarlo a su antojo. Como en la edad media, los pintores, dirigidos por la iglesia, amedrentaban a los fieles con aquellos cuadros en los que mostraban las llamas del infierno, también ellos habían elaborado un sistema de formas y colores para a través de ellos propagar su ideología.

Ni siquiera el metro tenía los cien centímetros de siempre. Con razón el armario no cabía en aquella pared de la que yo, con tanto esmero, había tomado la medida pocos días antes.

Ahora empezaba a entenderlo todo.

San Juan, 28 de febrero de 2018.
José Luis Simón Cámara.

III Trail Pantano de Tibi (4-Febrero-2018)

Me rondaba por la cabeza hacer un trail, cambiar de modalidad y probar las sensaciones de no llevar un ritmo constante como en el asfalto. Decido apuntarme al trail de Tibi, todo el mundo hablaba muy bien de él (eso sí al de 26 km, no hay miedo). Al cabo de unos días veo que Naira y Juan Punzano también se apuntan (tres gatos pardos por la montaña). Una semana antes, nos enteramos, que también va el gran capitán del equipo “Ñ”, como no, el gran Gosa.

Día de la carrera, recogida del personal y hacia Tibi. Llegamos, recogida de dorsal, bolsa del corredor, cafelito y la tradicional foto de Mariví.

Comenzamos la carrera, subida al Castell intentando coger ritmo. Casi sin descenso empezamos la subida a la Moleta, disfruto su vertiginosa bajada como un enano con juguete nuevo. En los avituallamientos recomponemos el grupo y nos encontramos  una pared en la cual no se puede correr , comenzamos otro descenso para enfrentarnos a la pared del pantano, luego un pequeño descenso llamado los escalones de los soldados ( creo recordar), tramos que tengo que bajar apoyando el culo (jejej). En la última subida, Juan empieza a tener problemas musculares pero en el ultimo avituallamiento decidimos esperarlo  (todos para uno y uno para todos) y los  últimos kilómetros los hacemos juntos. Como dice una frase de la película Top Gun  “nunca debes abandonar a tu avión acompañante”, entrada en meta todos juntos. Carrera que nos gusto mucho en general a todos.

Reconozco que este tipo de terreno empieza a gustarme, ya me lo dijeron: “como  lo pruebes puede ser que no salgas de esto”.

Tomás Méndez

Enlaces sobre esta prueba

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Naiara Vet 4:14:34 168 6
Tomas Mendez Vet 4:14:35 169 74
Gosa Vet 4:14:35 170 75
Juan Punzano Vet 4:14:35 171 76