Aprovechando el entrenamiento de Roma, quería hacer alguna cosita. Ya me había quedado con ganas de hacer esta prueba el año pasado, y ahí que me animé. Me encargué de liar a Julián, metido como estaba en su camino al maratón, ese tan curioso, de Inglaterra.

La carrera es de las típicas de la zona, límite de inscripción 700 personas, se quedan en 620 o por ahí, entre los 10 k y la media, todo muy familar, pero bien organizado, bolsa del corredor con equipación completa, fisoterapeutas, buen y abundante avituallamiento de llegada, y todo por 10 euritos. Los avituallamientos los ajustan a los 10 k al inicio, cada 3 kms, y luego cada 5, eran absolutamente necesarios porque el calor por las tierras del Mar Menor se nota. A las 10 en punto se lanza la carrera, y primera sorpresa, Toñi, está ahí a tope para los 10 k, le pilla cerquita, y lo iba a hacer, muy, pero que muy bien.

¿Sabéis de una carrera que sólo tenga cuestas para arriba? pues o es ésta o bien que a mi se me ha pasado el efecto Roma, desde el inicio tendido hacia arriba, falsos llanos, y callejeo. El Sr Julián se va al inicio intentando pillar chapa, “según me vea me voy pa’lante o te acompaño” me decía en el calentamiento. Yo no estoy pá ná, me junto con los locales para hacer 1:35, pero duro poquito, hasta el 7 u 8, y en el 9 veo a Julián, “joé que majo, – pensaba yo- me va a acompañar en el calvario”, pero el calvario, lo estaba pasando él de verdad, el isquio no le deja y terminará por pundonor. Sigo, con más ganas de dejarlo que de continuar, me llego a parar y todo, porque la carrera es durita, y yo estoy hecho un mierda (de donde he sacado yo que las playas son llanas??) y al final tipo GPS reordeno ruta y me reoriento al 1:40. Tras 3 kms de falso llano para arriba, llegamos al último km, por fin en bajada, joder, y ya levanto la cabeza, amplío la zancada y termino con la camiseta estirada para salir bien en la foto y el vídeo de carrera. Cualquiera que me viera al final y un par de kms antes pensaría que eran dos individuos distintos.

Toñi primera de su categoría, ENHORABUENA!!!, yo estrenando categoría, Veterano C, y el pobre Julián, más preocupado que contento, de cara al maratón inglés.

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Paradójicamente nos es más fácil quedar para correr una media maratón que para tomar unas cervezas, así que nos apuntamos a la Media de Elda y para allá nos fuimos con grandes ansias de contarnos mil y una cosas cual marujas enloquecidas. El día salió templado y con pocas nubes, fuimos a recoger dorsales y nos preparamos para la prueba. El resto de corredores calentaban mientras nosotros, sentados en una repisa, recordábamos los tiempos en que también lo hacíamos. Ahora también, pero mientras corremos los 21 kms, es una técnica poco conocida que siempre nos ha dado excelentes resultados así que, ¿para qué cambiar?.

500 Corredores tomaron la salida, de nuevo la formula de 7, 14 y 21 kms en una misma prueba demostró ser un atractivo para más gente, tanto veterana como iniciada en esto de trotar. Se echó de menos algo más de gente animando en la prueba pero los kilómetros empezaron a pasar rápido, distraídos en nuestra atlética tertulia que se fue animando por momentos. En la segunda vuelta nos dimos cuenta que el avituallamiento era cada 7 kms y en la tercera vuelta que no había suficiente para todos los corredores y que a los de cola se nos penalizaba con una vuelta sin agua, no solo nos quedamos sin la gloria de la victoria sino también sin la posibilidad de hidratarnos cuando más calor hacía, para que luego digan que los últimos no sufren. Pese a todo ello llegamos al último kilómetro y a Eduardo se le ocurrió que era un buen momento para recoger flores y hojas para plantárselas en la cabeza y así lo hicimos para que las incrédulas miradas de otros corredores en el límite de sus fuerzas no dieran crédito a los dos frikis que paraban a recoger adornos florales.

Enfilamos meta, donde mi sobrino nos esperaba ansioso por hacer, a sus casi 3 años de edad, una gloriosa entrada corriendo.

La prueba bien, una bolsa del corredor completísima y la única pega la falta de agua, aunque para eso estaba el bar de la esquina donde nos repusimos a gusto de otra carrera juntos.

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