II 10K Sanitas Marca Running Series – Alicante (26-Octubre-2014)

No estaba prevista dentro de mi recuperación, pero unos vecinos dijeron que la correrían y que si me animaba a ir con ellos … Y al final fui.

IMAG0095Día perfecto, eran casi las 9 de la mañana y la Avenida Federico Soto estaba llena de gente ya, buen ambiente, busqué a gente de Atotrapo, pero no vi a nadie, lógico, todos estaban corriendo la Volta la Foia.

A las 10 en punto se da la salida, bajada rápida por la avenida y de ahí a la calle San Fernando, callejeo por el centro y al “Barrio”, con los restos del sábado noche …

A estas horas el calor ya se nota, y las cuestas del Barrio también, después de callejear, subida hasta la Plaza de Toros y hacia la Avenida de Alfonso el Sabio, vuelta en Luceros y al Teatro, y los cinco primeros kilómetros pasados, veo a Joel,  quería hacer tiempo y se había apuntado a los 5 Km.

Volvemos a bajar hacia el Puerto….. y sorpresa, en el último momento han cambiado el itinerario, volvemos a repetir el circuito de los cinco primeros kilómetros. Calor, cuestas, olores…

Gente animando y apoyando, buena carrera para repetir otro año.

5 km

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Joel Senior M 00:17:52 19

 

10 km

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Santo Job Vet C M 0:56:26 482 17

Triatlón Popular SERTRI – Alicante (19-Octubre-2014)

OTRA VEZ LIADO CON EL TRIATHLON

Estaba tranquilo en casa cuando mi hijo me propuso hacer otro triatlón, era julio y lo haríamos en Octubre, yo, como estaba tan lejos, le dije que sí, y nos inscribimos.

IMG_4318Llegado el momento, lo normal, no llegaré, no me voy a preparar, etc., me pongo las pilas y empiezo a nadar en el mar con mi hijo, Maripaz y Roberto, de momento bien, el agobio que sentía cuando nadaba el mar parece que va desapareciendo.

Llega el dia del triatlón, parecía uno más, pero éste era especial, aparte de correrlo con mi hijo, debutaba mi sobrina Martina (os ha mandado la crónica antes). Buen día, soledado y muy buena mar, bajamos al triatlón en bici, es la ventaja de correr un triatlón en casa, fuimos a desayunar a una de las cafeterías del paseo del postiguet y a dejar las bicis en boxes.

Suena en silbato y como locos todos al agua a nadar. Eran 750 m de nado, aparentemente muy cómodos, pero de eso nada, empiezo muy rápido y lo pago en los ultimos 100 m, casi no puedo llegar, a diferencia de Diego, que va como una moto, salgo del agua y la transicion la hago relativamente rápida. Con la bici es otra historia, más cómodo, 20 km desde el Postiguet hasta la cantera y volver, así cuatro veces, casi sin desnivel, había que pedalear y ya está, para mi, más fácil que nadar, hasta que llegué a la transición para correr, 5 km, eso es otra historia, a ver quien se ponía a correr después de pedalear, los cuádriceps a punto de reventar, el circuito de correr era por el paseo del Postiguet, dos veces, empezamos poco a poco hasta que las piernas pudieron asimilar el cambio de disciplina y poco a poco llegamos a la meta.

Feliz por poder acabar un triatlón más con mi hijo y por saber que hay un miembro más en A TO TRAPO, mi sobrina Martina.

Enlaces sobre esta prueba

Nombre Cat. Natación Bici Carrera Total Pos. Gen. Pos. Cat.
Diego Sub23M 0:14:41 0:33:58 0:19:26 1:08:05 122 5
Josemi Vet1M 0:15:08 0:31:30 0:21:27 1:08:05 123 23
Tista Vet1M 0:15:26 0:31:21 0:23:28 1:10:15 144 32

Sueños. 3.

Me encontraba en la amplia sala por donde pasaban indistintamente alumnos y profesores a recoger papeles, libros, bolsas o a comentar las últimas novedades literarias o pictóricas. En este caso la mayoría de comentarios se centraban en la muerte súbita de un profesor de dibujo y pintor a la vez. Aquel chico que hablaba de él con pasión se me acercó, habíamos cruzado algunas palabras anteriormente, y quedó impresionado cuando le dije que lo había tratado y había asistido a la inauguración de algunas de sus exposiciones. La conversación se alargó, por su insistencia, más de lo que yo deseaba y se hizo bastante tarde para llegar a tiempo de tomar el tren que debía sacarme de aquella vieja ciudad fundada por los cartagineses en el sureste de la península ibérica. Cartagena, donde los amigos y el servicio a la patria me llevaron muchos años antes. Allí vivían compañeros de estudios de la universidad de Murcia y allí, tras un breve período en Alicante, hice el servicio militar durante un largo año que me permitió conocerla bastante bien. No tenían muchos secretos para mí sus distintos y variados ambientes. Quizá por eso en aquella ocasión me parecía absurdo no conseguir llegar a la estación de ferrocarril que había utilizado en algunas ocasiones y por cuyas proximidades había pasado muchas más. Ya sé que las ciudades cambian con el paso del tiempo. No es la primera vez que había experimentado esa sensación. Ya me había ocurrido en París, donde me desorientó mucho el desmantelamiento de Les Halles, o en Ponferrada, donde sólo he sido capaz de recordar, con tantos días y tantas noches que viví por allí, el castillo templario junto al Sil. Además de que se me había hecho tarde para tomar el tren que, no sé por qué, suponía que salía a una hora determinada, no conseguía orientar mis pasos en la buena dirección. Nadie me daba una respuesta exacta de la ubicación de la Estación. Unos no lo sabían, otros creían que era en una dirección contraria a la que me indicaban algunos, había quienes decían que ya hacía tiempo que habían quitado el ferrocarril. El chico, amigo del pintor, que me acompañaba, sintiéndose responsable de mi ansiedad por haberme entretenido, me seguía unos pasos detrás y yo caminaba a toda prisa sin saber muy bien hacia dónde dirigir los míos. Enfebrecido por la prisa iba saltando por aceras, jardines, casas bajas a mi alcance que me subían a otras más altas hasta estar a punto de saltar desde la alta terraza de un edificio de varias plantas. En el último segundo paralicé el impulso que me hubiera estrellado contra el suelo desde varias alturas, donde su hubiera acabado definitivamente mi viaje. Me acordé de aquel salto fatal que Julio, un chico de Orihuela, había dado jugando por la azotea de un edificio de siete plantas, y muriendo reventado en el patio de luces. Seguí caminando sin atender a las contradictorias informaciones que me habían ido proporcionando los distintos viandantes o sedentes, había mucha gente sentada como sin nada que hacer, porque daba la sensación de que estuvieran esperando nada más que el paso del tiempo, unos repantigados en el respaldo del banco, otros con la cara arrugada por la presión de la mano que la apoyaba, otros con los ojos tapados por la gorra echada hacia adelante, todos ellos callados, cada uno en su mundo. Después de cruzar varias sendas a través de peñascos llegué al lugar donde yo recordaba la estación del tren. Allí, a través de pasillos a distintos niveles, encontré a unos chicos con ropa militar. – Sí, hace unos minutos que ha salido el tren con soldados y algunos, pocos, civiles, porque éste ya es prácticamente solo un tren militar. –¿Cuándo sale el próximo? pregunté. –Solo sale tres días a la semana. El siguiente será pasado mañana a la misma hora. Era evidente que ya no podía irme aquel día en tren. Desolado, regresé paseando ya sin prisa y solo, mi acompañante había desaparecido en alguno de los muchos y bruscos giros que di, pero pronto me dije que no valía la pena entristecerse por algo ajeno a mi voluntad y dirigí mis pasos hacia los lugares donde años atrás pasaba las horas de paseo con mis amigos, algunos jardines, plazas y bares de la ciudad, donde tomábamos cerveza, sardinas, hueva o mejillones. Antes del oscurecer el Costa Azul, ya dormitando, me llevó por la antigua carretera general hasta Alicante, donde por aquella época vivía.

José Luis Simón Cámara.
San Juan, 21 de octubre de 2014

Sueños. 2.

Esta madrugada, contra mi hábito de dormir toda la noche hasta despertarme, normalmente hacia las 7 de la mañana, o bien espontáneamente o bien con el despertador, me he despertado hacia las 4 de la madrugada. Aunque sin necesidad he ido al aseo a orinar y beber un poco de agua y he vuelto a acostarme. Pronto he conciliado el sueño, pero ahora ya, soñando. Me encontraba charlando sentado en un balcón terraza y mientras conversaba me llamó la atención el balido de una oveja. Miré hacia abajo y vi que había, justo debajo del edificio en el que me encontraba, un recinto cercado donde se movían en todas direcciones cientos de ovejas. Entre ellas había varios pastores, y uno de ellos era “El Segundo”, apodo con el que era conocido un chico ya entrado en años, siempre había sido mayor que yo, obviedad innecesaria, al que yo conocía casi desde la infancia, cuando mis padres me llevaban a ver a mi tío Antoñín, entre El Siscar y La Aparecida, los pueblos de mi madre y de mi padre, respectivamente. Entre sus vecinos vivía “El Chalao”, también dedicado al pastoreo y con el que durante muchos años tuve una escasa pero estrecha relación. Personaje realmente sorprendente al que algún día dedicaré un retrato porque es alguien fuera de lo común. En aquella vereda, además del “Chalao”, había varios más dedicados al pastoreo, no muy lejos de mi tío Antoñín, así llamado con este diminutivo aunque tenía ya más de 70 años. “El tío Bicho”, “El Segundo” y poco más arriba “El Martínez”. Este último trabajaba en la tierra de mis padres en la sierra, en labores de riego, cava y poda. Desde el balcón saludé al “Segundo” con la mano y le dije que bajaba. Después de varias vueltas al cercado sin encontrar la puerta de entrada me encaramé sobre unos travesaños de madera y salté la valla cayendo al blando suelo lleno de estiércol que servía de colchón. Las ovejas se arremolinaron a mi alrededor y fui abriéndome paso entre ellas hasta llegar a la altura de uno de los pastores al que no conocía y que no me había visto saludar al Segundo. – ¿A quién buscas por aquí?- Estoy buscando al Segundo. – ¿Para qué lo buscas?- Voy a darle dos ostias. Se me quedó mirando huraño y en tensión hasta que vio acercarse a Segundo con los brazos abiertos y abalanzarse sobre mí que tuve que apoyarme en el lomo de un carnero para no caer al suelo. Segundo es más bien bajo pero recio y de vientre prominente. Invariablemente tocado con un discreto sombrero de fieltro siempre con la marca blanca del sudor o con una gorra de paño, la cara tersa, brillante, más bien sonrosada, quemada por el sol, todo el día pasturando por huertos y bancales con las ovejas, cabras y carneros allí donde lo autorizan porque ya han cogido la cosecha, para aprovechar lo que queda de la recolección de las alcachofas, o las patatas o las habichuelas o el maíz o la coliflor o las acelgas. La huerta siempre tiene recursos para los animales. Cuando no hay por el suelo, el pastor lleva su hacha al cinto para cortar ramas de morera u otras plantas cuyas hojas también devora el ganado, hambriento de largas caminatas en busca de alimento. A veces he visto a Segundo con un cabritillo en brazos y la chaqueta manchada de sangre de las parias de algún imprevisto parto ocurrido durante el paseo. Cuando, después de muchos años, vuelvo a encontrarme con Segundo o con El Chalao o con “El Martínez” es como si no pasara el tiempo, como si todo, incluso ellos, ya más mayores, porque las ovejas no envejecen, se renuevan, siguiera igual que hace muchos años. Aún me creo o, mejor, aún me siento un niño, charlando con aquellos que conocí, siempre mayores que yo, en la infancia. Y me envuelve una sensación de serenidad, de paz, de como si no pasara el tiempo y todo, cada cosa, cada animal, cada persona, siguieran en el mismo sitio donde habían estado siempre.

San Juan, 15 de octubre de 2014.
José Luis Simón Cámara.

Triatlón Popular SERTRI-Kids – Alicante (19-Octubre-2014)

Una Triatlón sin preparación

_MG_8245En primer lugar quería decir que como la mayoría no me conocéis que sepáis que soy la hija de Maripaz y Roberto y la sobrina de Josemi y Rosa: Martina, que decidí tomar parte en este, mi primer TRI celebrado en Alicante.

Cuando llegue allí todo parecía una carrera normal, un poco de descontrol, sudor, tirones… bueno ya sabéis.

Justo en ese momento entraron en META mi tío Josemi y primo con una marca estupenda y ahí empezó la cuenta atrás para mi estreno en el TRI para KIDS.

Deje mi bici y todo lo demás preparado para carrera y bueno …, luego me tocó esperar hora y media para que empezara mi prueba, me tome un zumo de naranja, calenté, unas fotos y a seguir esperando el inicio.

_MG_8325La aventura comenzó realmente con el pitido del silbato, yo corría para adentrarme al agua intentando coger una buena posición, pero fue inútil ya que había levante, y entre las olitas y el viento casi me sale el zumo disparado por orejas, nariz,…, pero finalmente salí del agua, corriendo me puse el casco, el dorsal las deportivas y un culot, cogí la bici y me fui de manera ágil para no perder tiempo.

Esta parte para mí fue la más dura, ya que era la más larga y al contrario que el resto de participantes llevaba una bici de montaña; creo que en ese momento lo único que no me hizo vomitar fue la cantidad de gente que te anima y te apoya; gente conocida y también caras nuevas. La verdad es que eso es lo que mas me gustó de la experiencia.

IMG_4331Bueno pero aun me faltaba correr, con los cuádriceps ardiendo dejé la bici y me puse a correr. Se me hizo lo más corto ya que vi a toda mi familia acompañándome a la meta. Y esa sensación que experimentas cuando oyes el sonido del chip conectándose a la alfombra de Meta, es algo que hay que vivir.

Esta experiencia me ha hecho darme cuenta de todo lo orgullosos que tenéis que estar de vosotros mismos, que vaya máquinas que sois y arriba “A TO TRAPO”

Espero repetir esta experiencia, eso sí, la próxima vez trataré estar mejor preparada.

Todo esto no lo habría logrado sin la ayuda de JOSEMI y ROSA, y sin lugar a duda de mi madre y padre que me propusieron esta experiencia y aunque él no pudo estar fue su afán de superación la que me ayudó e hizo que acabara esta prueba, mi primera TRI.

Martina F.A.