II Media Maratón Ávila Monumental (5-Octubre-2014)

“Ávila del Rey, de Los Leales, y de Los Caballeros”. Es el lema que reza en su escudo, acompañado por una imagen de Alfonso VII encaramado al ábise de la catedral-fortaleza, una parte singular de su afamada muralla.

Son muchos los nombres y las caras de esta ciudad que, como aprendimos a la escuela, es la capital de provincia de mayor altitud en España con sus 1.131 metros sobre el nivel del mar (medido en Alicante, por supuesto).

IMG_20141004_165356Estuvimos este fin de semana allí para correr una media maratón aunque, en realidad, era sólo una excusa para meternos entre pecho y espalda un chuletón de los de a medio kilo la pieza (también los hay de 3/4, para los que les parezca poco).

Hace algún tiempo que frecuento la compañía de mis buenos amigos de Los Paquetes que, como es bien conocido, organizan sus encuentros con ese espíritu que resume bien la frase lapidaria de uno de sus miembros: “correr es una opción, y no la más inteligente”. La comida, por tanto, es un componente esencial de cualquier encuentro, sea éste una salida dominguera por la casa de campo, o un fin de semana completo a cuenta, sin ir más lejos, de una media maratón.

La estrategia de carrera, por tanto, era clara: había que visionar el chuletón cuando fallaran las fuerzas.

Foto carlos VelayosSobre el papel, la carrera me parecía menos dura que la Media de Segovia (una referencia en organización y número de participantes), pero allá abajo, en la arena, cambié de opinión.

Aunque el primer tercio de carrera discurre por calles anchas y con apenas desnivel, la cosa cambia a partir del segundo, con fuertes subidas y algún que otro tobogán, pero, sobre todo, en el último tercio, cuando la carrera entra el casco antiguo —dentro de sus famosas murallas— para seguir un recorrido vertiginoso entre estrechas calles adoquinadas, todo un reto para los corredores si quieren no perder el ritmo.

No se trata, por tanto, de una carrera “para hacer marca”, ni mucho menos, aunque sí es una de esas carreras “para repetir”. Las razones son muchas, y aquí sólo daré cuenta de algunas: en primer lugar, porque el número de participantes, con un límite de 1500 dorsales, permite correr a gusto; también porque el club que la organiza (ecosport) se vuelca en la atención al corredor (avituallamiento, para todos, muy bien atendidos) y en los detalles (grifo de cerveza artesanal y montaditos en meta, o servicio de duchas en polideportivo, con autobús gratuito para acercar a los corredores); pero, sobre todo, por lo acogedora que es la ciudad y su provincia que, como hicimos nosotros, aprovechamos para visitar durante el fin de semana.

A partir de mañana día 15, y hasta Octubre de 2015, se celebra el 500 aniversario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, a la que en Ávila conocen sencillamente por “la Santa”. Confío tener ocasión de volver para celebrarlo corriendo, cómo no, A To Trapo.

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Commedia VET-45 MASC 1:54:53 835 108

El descanso del mar

Sí, después del largo verano también el mar, a veces sereno y callado, otras agitado, rugiente, se merece un descanso. Nosotros, los animales bípedos, nos acercamos a sus orillas, hollamos la arena, nos tumbamos al sol, y ya cuando nos calienta nos sumergimos en el agua y no se nos ocurre ¿por qué razón? pedirle permiso para adentrarnos en sus dominios. Los humanos nos creemos dueños de todo lo que no tiene propietario. El monte, el valle, el río, el mar. Pero la verdad es que, quizá sin darnos cuenta, agredimos continuamente a todas estas criaturas de la naturaleza. Cuando por descuido provocamos incendios, o abandonamos plásticos y basuras o vertemos inmundicias. Porque gaviotas, palomas, tórtolas, gorriones por la arena o por el agua y, por supuesto, los peces donde habitan, eso ya es otro cantar. Pero que en unos kilómetros de costa algunos humanos aumenten el ya abundante caudal líquido del mar ¿a quién puede importar? Eso pensamos nosotros. El mar todo lo absorbe, todo lo asimila, todo lo tritura. ¿Pensará él lo mismo? Esas aguas limpias, cristalinas, donde las algas, cabellera verde y ondulante, ven pasar a los peces viajeros por sus cavidades azules, ¿recibirán como una caricia o como una coz la aportación humana? Porque, claro, no se trata de un individuo aislado que ocasionalmente deja caer su contribución biológica como por descuido, no, se trata de la mayoría, por no decir la totalidad de los bípedos que de forma sistemática y además, como experimentando un placer especial, dejan fluir en el inmenso líquido moviente la parte del suyo que, invitado por la abundancia del entorno, busca mezclarse, diluirse, perderse en el inmenso mar. Además las hamacas que se sientan a lo largo de la arena, las sombrillas, hincadas como un capitel salomónico, las torres de madera de los vigilantes de la playa, las casetas de la cruz roja, los mástiles con las banderas, las papeleras que aunque, como el mar, azules, éste no las confunde, todo eso unido a los bañistas con gran variedad de orines, porque no sólo se trata de los de la zona que ya están por lógica más asimilados, después de todo las hortalizas, las leguminosas, las verduras de la zona ya no son tan ajenas a estos mares, pero también los de los alemanes, franceses, italianos, árabes, portugueses, suecos, finlandeses, ingleses, irlandeses, no sé si incluir a los catalanes o es aún un poco prematuro, letones, rusos y polacos, etcétera, quiero decir que todo esto acaba por ser muy fuerte incluso para el inmenso mar aunque solo se trate del Mediterráneo y no ya del Atlántico o del Pacífico. Lo que quiero decir en resumen es que se tiene un merecido descanso porque eso de que haya unos cuantos paseantes y unos pocos, poquísimos, bañistas, es como si una hormiga se paseara por el lomo de un elefante o un boquerón por el de una ballena. Y también para mí, que, como habréis podido suponer, soy, lo que podríamos llamar, bastante amigo del mar, no porque me diferencie en comportamiento del resto de los humanos, cuyos hábitos casi inevitablemente reproduzco, después de todo “homo sum et nihil humanum a me alienum puto”(1) sino porque a pesar de todo, y aun confesándolo, hablo con el mar y le cuento todas estas cuitas, y me escucha y sonríe con olas espumeantes y me acaricia, me acuna, me zarandea, a veces, con fuerza, casi diría que con furia si no fuera porque sé que es su manera de abrazarme.

José Luis Simón Cámara
San Juan, 6 de octubre de 20141

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1Hombre soy y nada humano me es ajeno. (Terencio. Roma. Siglo II a, C.)

VI Botamarges (4-Octubre-2014)

Ayer salí a trotar con el grupo y tras unos kilómetros iniciales, mi cuerpo me recordó que el sábado participé en Botamarges, así que cuando llegé a casa, después de una ducha y un buen desayuno me puse a escribir esta crónica.

Llegaba a esta carrera con pensamientos contradictorios. Por un lado sabía que mi preparación no había sido la más idónea y que en verano no había podido entrenar todo lo que me hubiese gustado y que se necesita para una carrera como ésta. Por otro lado, y siempre teniendo presente que era una ultra, fijándome en los tiempos y comentarios de años anteriores de todos vosotros, pensaba que de las que había hecho, sería la menos exigente. Esto provocaba que mis sensaciones de los días previos pareciesen una montaña rusa, unos días me sentía pletórico y pensaba que sería “fácil” acabarla y otros días no las tenía todas conmigo. Eso sí, siempre con ganas de afrontar la carrera.

En esta edición éramos muchos los componentes del equipo de A To Trapo, y muchos los allegados que participábamos en ella. Un grupete alquilamos una casa en Pego (una población al lado de Forna) para dormir la noche anterior, así el viernes por la tarde quedamos en el punto de encuentro Jesús, Juanma, David y yo para ir hasta allí. Llegamos a Pego, recogemos las llaves de la casa y nos vamos a Forna, a por el dorsal. IMG_6404Cuando llegamos a la plaza del pueblo, nos encontramos con Abel (por cierto, me llamó la atención lo fino que está, cada vez parece más un corredor de élite, como ya empieza a demostrar) y un amigo suyo. Colocamos la pancarta en un lugar estratégico para que todo el mundo tuviera que pasar por ella, nos hacemos las fotos de rigor y tras recoger el dorsal nos volvemos a Pego.

Ya en la casa, preparamos unabuena cena del corredor, pasta con un sofrito de cebolla, atún y tomate, como para un regimiento, pues éramos unos cuantos para cenar. Mientras que estábamos preparándola llegaron Antoñito y Ramonet y más tarde Gosa, Jesús S. y sus familias. Pasamos un buen rato cenando juntos y terminamos con unas buenas hierbas de Antoñito.

La Carrera

Antes de que de comienzo la carrera, nos juntamos todos los compañeros de A To Trapo y los que aunque no se inscriben como tal, son parte de esta gran familia y entre risas, anécdotas y nervios se acerca el momento de ponernos en marcha.

Guardamos un emotivo minuto de silencio por Ángel, un niño que demostró sus ganas de vivir, pero al que una malformación en una parte del cerebro no se lo permitió. Su padre Fernando, estaba con nosotros y no pudo contener las lágrimas, lo que hizo que a alguno más se nos escaparan. Este año el II Ultrafondo Solidario en el que participa Cayu y por supuesto Fernando, es por él.

IMG_6422Son las 6 a.m. en punto y se da la salida. No deja de sorprenderme la velocidad con la que se sale en este tipo de carreras, si es que yo salgo más despacio en una media maratón. Esta vez consigo no dejarme llevar por el ritmo de los que me preceden y voy a mi ritmo, tranquilo, coincidiendo los primeros kilómetros con Jesús S. y pensando que de los nuestros sólo Jesús iba por detrás (más tarde veré que Antoñito también), los demás han salido como si tuvieran que llegar para comer.

Pronto llegamos a la primera subida, que se hace por una pista ancha y evita así que se hagan los típicos tapones de estas carreras. En el alto encontramos el primer avituallamiento líquido. Al comenzar la bajada nos introducimos en un bosque y cogemos una senda que nos llevará hasta el primer pueblo, Villalonga, en el kilómetro 11. La bajada, con unos pequeños repechos a mitad, se hace complicada, porque los días anteriores a la carrera ha llovido mucho por la zona, y hay mucho barro, aunque uno no sabe donde pisar, porque si pisas el barro mal, pero si pisas las piedras, como están húmedas y ya manchadas de barro, peor, aún resbalan mal. Aquí si que se forma un tapón y mientras estoy en él, oigo a Jesús, con su guasa habitual, “con lo bien que iba y ya me habéis parado el ritmo” (o algo similar). Así, resbalando y patinando en algún momento, llegamos a la entrada de Villalonga, donde me encuentro con Cayu y llegamos juntos al avituallamiento.

Desde Villalonga arrancamos por una carretera hasta coger una pista paralela al cauce de un río y de la que seguro que todos habéis visto alguna foto de corredores entrando o saliendo de un túnel. La pista es de las que castigan, porque parece que es llana, pero pica para arriba. Este es uno de los tramos que se me hizo más largo en la carrera, son unos 5 o 6 kilómetros que como digo no son duros, pero sabes que te llevan al comienzo de La Safor, que vista en el perfil parecía la subida más dura de todas las que teníamos que afrontar. Así pues llegamos al final de la pista, donde había un habituallamiento líquido. Mientras bebo y relleno los botellines, aparece Antonio, y me explica que ha salido tranquilo y ha ido con Jesús hasta Villalonga. Así pues comenzamos la subida juntos, pero a Antoñito no hay quien lo siga, con ese andar que no toca el suelo, y pronto comienza a distanciarse de mi.

A mitad de subida de La Safor, me encuentro con Gosa, que había salido por delante, y vamos unos metros juntos, pero en el avituallamiento de mitad de subida, el para a rellenar los bidones, pero yo, como los llevo llenos y voy un poco más rápido, decido seguir para adelante. Así llego al alto, con la sensación de que no ha sido una subida excesivamente dura y esto hace que me psicológicamente me venga arriba, pues como he dicho antes, sobre el perfil parecía la más complicada. Desde la cima comienza una larga bajada que nos lleva hacia Alpatró, no sin antes superar unas pequeñas tachuelas de camino.

Es en Alpatró donde vemos por primera vez a las mujeres de Gosa y Jesús S. Digo vemos, porque allí coincido con los dos Jesuses (en realidad Jesús S y yo estuvimos toda la carrera juntos pero no revueltos, es decir, que aunque no fuimos juntos, nos vimos en muchos momentos). Tras beber y refrescarnos un poco, reemprendemos la marcha.

En ediciones anteriores no se llegaba hasta Alpatró, por lo que de aquí en adelante y hasta llegar a Benirrama era un terreno “desconocido” para todos. Así, nada más salir de Alpatró nos encontramos con la primera de las sorpresas, una subida que aunque no era muy larga, si que tenía una pendiente más que considerable, hasta el punto de que en algunos puntos había que ayudarse de las manos para subir. ¡¡¡Menudo regalo nos había hecho la organización!!!

IMG_6440Una vez subida y bajada la tachuela llegamos a Benisili, desde donde arrancaba la parte la parte más dura de la carrera, la subida y posterior cresteo de la sierra de la Forada, pasando entre otros puntos por el Penyal Gros y la Penya Forada. La subida la hice bien, a un buen ritmo, para el momento de carrera en el que estábamos y alcancé y superé a un grupo de unos 5 o 6 corredores que tenía delante, pero cuando llegué arriba comenzó lo que para mí fue la peor parte de la carrera con mucha diferencia, el cresteo por la sierra. Un continuo sube y baja por un terreno de rocalla en el que no me encuentro nada cómodo, más bien se podría decir que soy como un pato mareado, torpe donde los haya. Además me pilló arriba sobre las dos de la tarde, y el calor apretaba de lo lindo (una vez en meta me di cuenta de lo que calentaba el sol en esta parte). Para mí este tipo de terreno supone un esfuerzo no sólo físico, sino también mental, porque me hace ir muy concentrado y esto, unido a la fatiga que ya tenía acumulada, me hizo perder mucho tiempo. He de reconocer que no todo fue malo en ese cresteo, si te parabas y levantabas apartabas la mirada de las piedras, había unas vistas magníficas.

Una vez acabado el cresteo comenzaba una rápida bajada hasta Benissivà y tras superar otra tachuela llegámos a Benirrama. Este era, por así decirlo, el punto de no retorno de la carrera, a 15 kilómetros de meta, sabiendo que aún quedaba una última subida dura y todo el terreno desde la Adsubia a meta. Cuando llegué al avituallamiento de Benirrama me encontré con Jesús S, tomándose una cerveza acompañado de su familia. En este punto me dolía bastante la espalda y me rondaba la cabeza la idea de abandonar, así que me tumbé en el suelo para estirar la espalda. Estándo tirado llegó Jesús (el presi), que se partía de risa viéndome allí. Nuestras voluntarias particulares nos facilitaron una cerveza sin alcohol al presi, y una cocacola bien fría a mí, que me revitalizó y sacó de mi cabeza la idea de abandonar. El presi, que decía que le costaba mucho subir decidió tirar para para adelante, mientras que Jesús S y yo preferimos descansar un poco más y comer algo. Pasados unos minutos ambos empredimos de nuevo la marcha, y con las pilas cargadas lo hicimos a un buen ritmo en la subida y aún mejor en la bajada hasta La Adsudia.

Desde allí quedaban 9 kilómetros a meta, pero vaya 9. Sobre el perfil se veían tres tachuelas, pero después resultó ser algo más que eso. Al salir de La Adsudia nos encontramos con una subida por una senda con bastante desnivel. Fue aquí donde Jesús S. me dijo que no iba bien y que tenía que subir más despacio. Decidí entonces que lo mejor sería subir a mi ritmo y bajar despacio para que me pillase, puesto que si intentaba adaptarme a su ritmo en la subida, corría el riesgo de luego no poder arrancar de nuevo. Arriba esperé un pooc, pero al ver no venía decidí ir para adelante. Esta primera bajada era fácil, por una pista ancha y sin fuertes desniveles, lo que permitía bajar sin quemar las pocas energías que quedaban. De repente, las flechas que marcaban el recorrido nos indicaban que teníamos que adentrarnos en un bosque por una estrecha senda, para afrontar de nuevo una pequeña subida con su correspondiente bajada. Este terreno vuelve a estar húmedo y con barro, lo que hace que sea bastante resbaladizo y con las fuerzas tan justas, hay que bajar con mucha precaución.

Al salir del bosque nos encontramos con un tramo de asfalto que nos lleva hasta la cantera, un tramo bastante feo y aburrido, desde donde se puede ver el castillo de Forna, la última subida que teníamos que afrontar. Es en este tramo de asfalto donde me alcanza Jesús S, que se ha recuperado y viene con buen ritmo, tanto que me cuesta mucho seguirlo. Desde esta carretera cogemos de nuevo una pequeña senda que nos baja hasta el cauce de un río seco. Después de cruzar el cauce, comienza la subida hasta el castillo de Forna. IMG_6396Justo cuando estábamos comenzando el descenso hacia Forna, anuncian por megafonía los tres primeros clasificados de la categoría de veteranos, y entre ellos tenemos un representante. ¡¡¡Enhorabuena Josemi por ese tercer puesto!!! Esto nos da un plus de energía que utilizamos para bajar hasta el pueblo, donde justo antes de entrar en meta está esperando la familia de Jesús S. Ambos cogemos de la mano al hijo de Jesús y entramos así en meta.

Yo me fui rápidamente a comer y beber algo. ¡¡¡Vaya avituallamiento final!!! Ya podían todas las carreras aprender de esta es ese sentido. Nosotros no somos de los primeras espadas, sino más bien del pelotón de cola en estas carreras, pero aún así, cuando yo llegué no faltaba la cerveza y la cocacola y sobre todo, ¡¡¡esa costilla, esa panceta, morcilla, salchichas y chorizo hechos a la parrilla!!! Todo un manjar para cuando terminas algo así. Después de comer y beber algo, fui al coche a por la bolsa para ducharme. De camino me encontré con Jesús S. y su familia esperando a Gosa, que todavía no había entrado. Según avanzaba el tiempo y caía la noche, los nervios de Conchi, su mujer, iban en aumento. Pero al final, y como no podía ser de otra forma, después de 15 horas de carrera, allí estaba él, fiel a su cita con la línea de meta. Grande Gosa.

Una vez más todas las unidades habíamos cruzado la línea de meta, y en eso en una carrera en la que entre abandonos y cortes por fuera te tiempo ha habido un poco más de un tercio de corredores que no lo consiguieron, tiene mucho mérito. Si es que es ponerte una camiseta de A To Trapo y te haces más fuerte que el vinagre.

¡¡¡Enhorabuena a todos!!!

También podéis leer la crónica de Abel “Diario de un corredor invisible

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Abel SEN-M 10:57:30 62 59
Josemi VETERANO 11:20:35 84 3
Carlos R. SEN-M 11:50:05 121 109
Antonio VETERANO 12:19:52 143 11
Juanma VETERANO 12:38:42 161 13
David G. SEN-M 13:05:59 193 165
Ramón VETERANO 13:14:23 204 22
Jesús VETERANO 13:49:20 242 27
Jesús S. SEN-M 13:54:59 245 201
Pirri SEN-M 13:55:00 246 202
Gosa SEN-M 15:00:17 286 224

[Puedes descargar este track en formato GPX y KMZ]

Este es el recorrido y el perfil registrado con un Garmin Forerunner 310XT. Las marcas aparecen cada 10 kilómetros.

El perfil está dibujado con el programa Perfils. Haz clic sobre la imagen para ampliarlo.

Carrera de Montaña de Salinas (5-Octubre-2014)

La rutina del corredor. Levantarse antes que el sol, desayunar muchos hidratos y sentir el hormigueo en las piernas que quieren ya salir corriendo. Esperad un poco, les digo, antes hay que llegar a la línea de salida.

Son las ocho de la mañana. He llegado a Salinas con mi amigo Juan. Es un buen corredor, pero está un poco nervioso porque es su primera carrera de montaña. Decido acompañarle en la primera parte del recorrido. “Tranquilo, a tu ritmo, mira dónde pones lo pies para no resbalar con alguna piedra”. Le digo esto y miro a mi alrededor, y qué veo. Nada, no veo nada. Bueno, casi nada. Una espesa niebla ha querido acompañarnos, y cubre de blanco la popular Plaza de San Isidro. El sol es como la luz de posición de los coches, que no la ve nadie. “Bueno, ya cogerá fuerza más tarde”, confío para mis adentros.

IMG_0014Esta plaza es el principio y el fin de esta carrera. Fin por dos veces, porque en la VII Edición de la Carrera de Montaña de Salinas, organizada por la agrupación eldense Jabalí Dorado, la prueba se ha desdoblado en dos modalidades. Una, de 12 km (+700m) para los que empiezan a coger forma; y otra, de 19,4 km (+1.245 m) para los que ya llevamos algo más de preparación.

Mi amigo Juan se ha inscrito en la de 12 km, quiere probarse primero antes de mayores aventuras. Yo, que mido mi tiempo en horas de 70 minutos, todos los que puedo los dedico a machacarme, y voy a por la de 19,4 km. Tengo en mente afrontar el reto de la Ultra Trail Puig Campana-Aitana de 85 km, que no es moco de pavo, y no hay que andarse con chiquitas. Miro mis piernas. Están donde siempre, debajo de la cadera, pero no sé si estarán de acuerdo conmigo. “A trabajar”, les digo, que para eso soy el jefe.

En la plaza hay más de 300 corredores, todos expectantes, como yo. Lástima que no se ha llenado el cupo de 400, pero es que ayer y hoy han coincidido varias carreras importantes, y ¡no se puede estar en todas! Ayer recibo una llamada de mi hermano Ramonet (ostras, él sí que está en forma). Me cuenta que él, Antoñito, (con quien regresa) y todos los demás miembros del grupo Ñ habían felizmente acabado la prueba de 70 km en Botamargues del día anterior. Les felicito, y la hazaña de este grupo me da fuerzas.

IMG_0019Las 9:15h. Dan la salida. Salimos en tropel, mi amigo Juan, yo, los otros 300 y la niebla. Tap a tap, tap a tap. Allá vamos. Me digo, voy a fijarme en lo que pasa, no solo pensar en mis cosas, que para eso Jesús, el “presi”, me ha “invitado” amablemente a ser el cronista de esta carrera.

Llevo un año con A To Trapo, pero es la primera vez que participo con el grupo en una prueba de montaña. Sí, hace ya un año que Jesús, al empezar la carrera en la Foia de Castalla, se me puso enfrente, me dio una camiseta con el logo de A To Trapo y me dijo: “Ya eres del club”. Y aquí sigo. Y así es como ahora me veo de “cronista”. Gracias, Jesús, pero un licor de herbero de la montaña a tu salud no te lo quita nadie.

Salinas queda atrás y comienza el ascenso por el sendero que conduce a la cima de El Caire, con una cumbre de 1.048 metros de altitud, que coronaremos tras 8 km de carrera. Bellas vistas de la sierra de Salinas. Almendros, matorral, senda entre pinos, estrecha, entre barrancos y muy rocosa.

Me fijo en el calzado que porta mi amigo Juan. Vaya, no es el más adecuado, lo está pasando un poco mal y nuestro ritmo es tranquilo. Aun así, la subida es dura.

Subiendo, me saluda José Manuel Peña, un gran corredor. Me da recuerdos para Jesús y Juanma. “Claro, de tu parte”.

Llegamos a la cima tras algo más de una hora de carrera, son cerca de las 10:30 de la mañana, y el sol arriba, por fin, nos muestra su cara brillante y sonriente (la niebla no ha aguantado el ritmo de la subida, pienso).

IMG_0020Pero no ha pasado lo peor. Tras la cima llega una bajada pronunciada de unos 2 km (y la niebla se había quedado allí, esperándonos). Rastros de lluvia, las rocas están resbaladizas. Algún corredor se golpea, cae. Decidimos descender con precaución. Entre piedra y piedra, salto esta rama, pasamos cerca de la ermita vieja de San Isidro. “Alguno entraría ahí a descansar”, me digo.

Cerca está ya la primera meta, de nuevo en la plaza San Isidro de Salinas, y me despido de Juan. Él ya ha cumplido, y muy bien. Ahora empieza mi segunda carrera. Me noto con fuerzas, “sobrado”, y los últimos 7,5 km aprieto el ritmo, con rabia a veces. En mi cabeza, una visión (o casi una obsesión), “Puig Campana… 85 Km…”.

En esta parte subimos bordeando un barranco hacia lo alto de las Lomas de Salinas, hasta los 980 metros de altitud. Luego, bajada de 2 km. Aprieto lo que puedo, me desfogo, adelanto a 10 o 12 corredores. Muy buenas sensaciones.

Por fin llego de nuevo a Salinas y su plaza. Línea de Meta. He completado el recorrido en 2h 54m. Me llevo muy buen sabor de boca de esta prueba. ¿Y mis piernas? Siguen ahí.

¿La organización? Un diez. Por el trayecto habían preparado 5 o 6 puestos de avituallamiento, con bebidas isotónicas, frutos secos, dátiles, plátanos, todo lo que aprecia el corredor que se emplea a fondo.

Sobre la una de la tarde todos los corredores han llegado a la meta. Nos entregan una camiseta, una gorra… y un fabuloso almuerzo: bocadillos, salchichas, panceta, bebidas y hasta han montado un castillo hinchable para los niños. ¿Se puede pedir más a una mañana de domingo?

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Sergio MASC 2:54:02 68 64

V Media Maratón y 10 km de Alicante (5-Octubre-2014)

Hola a todos,

Primera crónica por mi parte, segunda carrera de infiltrado entre vosotros.

Ha sido una carrera estupenda, con un ambiente ideal, gran circuito urbano y en especial muy céntrico tratándose de Alicante.

Para muchos ha sido un calentamiento para lo que les espera a final de mes en la Volta a la Foia, en mi caso ha sido un paso mas dentro de un largo camino que me queda por recorrer. Encantado de estar pasando por esto, espero que todos vayamos a más y mejor.

Un saludo

Sean Knaggs

2014-10-05 08.37.40

10 km

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Juan Carlos VETERANO A 0:39:38 26 11
Miguel Max VETERANO A 0:48:52 157 84
Ignacio VETERANO A 0:57:39 475 235
Sean SEN. MASC. 0:58:58 516 122

 
 

Media Maratón

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Fernando VETERANO D 1:26:21 60 4
Juan Enrique VETERANO B 1:28:52 77 15
Joel SEN. MASC. 1:30:49 116 40
Juan Punzano VETERANO A 1:38:36 293 81
Ernesto VETERANO B 1:43:14 411 70
Jorge L. 1:46:12
Juan Luis VETERANO C 1:48:04 565 65
J.Ant. Mejías VETERANO B 2:06:10 1027 193
Mark VETERANO C 2:16:27 1144 127