Vuelta al Aneto (27-Julio-2013)

El día 19 partimos hacia Benasque a conocer la comarca de Ribagorza y los valles que la rodean. Como ya sabéis José Miguel, su amigo Edu y un servidor tuvimos el placer de ascender al pico Aneto y que nos sirvió de entrenamiento para la prueba que teníamos realizar días después.

El día 27 a las 8h se dió la salida de la vuelta al Aneto de 62,3 km y 3.700 positivos. En la salida coincido con Hortensia y un par de amigos de ella y con Mario amigo de Eva de Atotrapo.

En total estamos inscritos unos seiscientos treinta corredores y nos dirigimos hacia el puente de San Jaime y de ahí a Plan de Senarta donde cogemos la GR11 y empezamos a subir por el valle de Vallibierna por pista hasta el refugio de pescadores donde está el primer avituallamiento y tras cruzar el puente Corones cogemos la senda hasta los ibones de Vallibierna y a partir de ahí empieza a aparecer la nieve hasta el collado a 2.730 m.

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Descendemos hacia el ibón de Llauset hasta la presa donde está el siguiente avituallamiento y nos llevamos la sorpresa de que no hay fruta y el agua la cogen de la fuente en bidones. Reponemos fuerzas y subimos al coll de Anglios una tachuela en zig-zag de 200 m desnivel y desde allí empezamos la bajada hasta el río Salenques que pensábamos que era llevadera pero de las lluvias caídas la senda estaba con barro y resbalosa.

Durante la prueba tuvimos que cruzar el río varias veces a la altura de los muslos así que ya os podéis imaginar cómo estaban las zapatillas.

Comenzamos a remontar el barranco de Salenques primero por bosque y una vez ganamos altura por la pedrera hasta llegar a los neveros donde se hacía difícil caminar debido al desnivel y al hielo acumulado. El tiempo empeoró y vimos algunos corredores con síntomas de hipotermia esperando al equipo de rescate.

Al llegar al collado de Salenques un golpe de aire se llevó mi gorra ladera abajo y tras cambiar a la otra vertiente empezamos a bajar por el nevero dando culadas ya que era imposible mantenerse en pie por el hielo. Empezó a llover y acto seguido a granizar con fuerza y las sendas parecían torrentes.

Llegamos al plan de Aigualluts y nos desviamos un poco para subir al cuello de l’Anclusa y desde allí bajar hasta el refugio de la Renclusa donde estaba el control de paso de corredores en el km 42. Iniciamos el descenso a la Besurta y al Plan d’Éstañ donde la prueba era corrida y casi anocheciendo llegamos a los baños de Benasque donde por senda bajamos al río Esera y de ahí a Senarta para por carretera hacer los últimos 4 km hasta Benasque.

Hay que dar un diez a los corredores del Gran Trail Aneto ya que hicieron nuestro recorrido por la noche y las pasaron canutas en especial a Esteban y a David de Nativos y también a Hortensia que le cayó la del pulpo por allí arriba.

Ha sido más que una carrera una travesía en toda regla y referente a Trangworld le ha faltado más organización a la hora de parar la prueba o seguir adelante y también me parece injusto que sólo hubiera camisetas para los finishers de la Gran trail Aneto.

Estoy satisfecho de haberla terminado y de haber rodado por estos valles de una belleza espectacular.

Enlaces sobre esta prueba

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Ramonet V1M 15:21:42 267 85

Serra Gelada (28-Julio-2013)

Quedar a las 6 de la mañana, un domingo de Julio, para salir a correr puede que no sea muy atractivo —de hecho, al final fuimos Antonio y yo solos—, pero si el plan es conocer un paraíso natural en mitad del infierno, la cosa cambia.

El infierno —de cemento y asfalto— es Benidorm; y el paraíso es el Parque Natural de Serra Gelada —que empieza justo donde termina el asfalto—. Nadie puede prepararte lo suficiente hasta que no lo ves con tus propios ojos.

—«Cualquiera diría que, detrás de estas montañas estará la playa, pero ¡qué va!» —me decía Antonio.

Este paraje es, literalmente, el lugar donde el mar y la montaña se funden. Acantilados de 400 metros de caída «a plomo» te advierten que mejor no des un mal paso, porque al otro lado, efectivamente, no hay playa.

Las cumbres de la Serra Gelada compiten con los rascacielos de la ciudad. Ganan las cumbres. Desde ellas los barcos se ven diminutos, y la mar, inmensa. Es un buen lugar para meditar, aprovechando la salida del sol, aunque no es un parque de ciudad al que se pueda ir sin el calzado y ropa adecuadas, agua en abundancia —preferiblemente con sales, sobre todo en verano—, y crema solar. Lamentablemente nos encontramos con algunos senderistas que no siguieron ninguno de estos consejos y, a buen seguro, sufrirían lo suyo.

La ruta que seguimos es una de las que aparece en la web turística de Benidorm, con la diferencia de que nosotros la hicimos al revés, después de subir en coche hasta la cruz. No sabemos a ciencia cierta la distancia ni el desnivel—no gastamos GPS—, pero os podemos asegurar que son más de los 400 mts de desnivel positivo que nos aseguraron, y que los tramos técnicos y de vértigo animan a tomarse la ruta con mucha calma.

Ni que decir tiene que lo mejor de la salida fue la compañía. Curtido en muchas batallas, Antonio está siempre dispuesto a brindarte un buen consejo y la mejor de las conversaciones. No podía esperar mejor regalo para aquel día.

Nota para Edu: cuando se arregle lo de tu brother, prepara la mochila para volver a Menorca 🙂

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Ruta web turística Benidorm

Tres palabras

Este sitio es un lugar inmundo. Nadie conoce a nadie, nadie se preocupa de nadie. Todos sospechan de todos y todos vigilan a todos. Yo observo de reojo a quienes están a mi lado, lo mismo que ellos me observan a mí.

El ambiente es muy tenso, yo diría que hasta dramático. Es más que probable que mañana, a estas horas, alguno ya no esté en este mundo. En unos minutos hay quien no tendrá más salida que el suicidio. No quisiera ser uno de ellos pero no puedo descartar nada, de la calma a la desesperación apenas hay unos tic-tac de reloj.

Creo que los individuos más peligrosos son el que está a mi derecha, mal encarado y de mirada huidiza, y el que se encuentra enfrente, de aspecto elegante y maneras distinguidas. Ambos parecen tranquilos y seguros y eso me desconcierta e intranquiliza. Intuyo por sus gestos, casi imperceptibles, que a ellos yo también les inspiro respeto.

En cualquier caso no debo menospreciar al resto. El de las gafas oscuras no deja de fumar, sin duda pretende controlar los nervios. Aunque no hace calor, el más mayor presenta en su amplia frente todo un mosaico de gotas de sudor y se cruza de brazos para ocultar y controlar el temblor de sus manos.

Al fondo, algo separadas, dos mujeres, jóvenes y bonitas, nos observan emocionadas sin perder detalle y conteniendo la respiración. Su actitud delata un estado de ansiedad y preocupación.

El silencio es ensordecedor y las palabras resultan innecesarias. Cada uno está absorto en su situación y, sin duda, aterrado por el incierto e inmediato futuro. Es mucho lo que hay en juego, o para ser más preciso todo está en juego en estos momentos.

Inconscientemente acuden a mi mente toda una serie de recuerdos en los que me reconozco luchando por llegar hasta donde ahora me encuentro. Parecerá un sarcasmo pero hoy preferiría no haber llegado nunca hasta aquí.

La situación no puede demorarse más, llega el momento de la verdad, el instante a partir del cual nada va a seguir siendo igual para ninguno de los presentes.

En un temido y pausado movimiento de manos todo queda decidido con el volteo de las cartulinas para descubrir sus grafías. Le acompañan tres palabras en una voz nerviosa a la vez que aliviada: póker de ases.

 

Rafael Olivares
26-Febrero-2013
Del blog Potaje de palabras

Maratón de las Tucas (27-Julio-2013)

Esta prueba la afrontaba con mucha ilusión, nunca había estado en Pirineos en verano, lo organizamos en plan viaje de una semana y el último día haría la carrera, convencimos a nuestros amigos de Alcoy (que ya me acompañaron a Roma) para que nos acompañaran con el compromiso de que subiría al Aneto con mi amigo.

Reservamos una cabaña en un camping a 8 km de Benasque, cuando llegamos, lo típico, fuimos a pedir información de la zona, y yo le pregunté, una senda de aproximadamente 10km con unos 500m de desnivel hay por aquí por el camping?, se hizo el silencio y entonces me dije, dios, estoy enfermo, solo me preocupa entrenarme … , me dijo una que salía del camping de 8 km con un desnivel de 400m rodeada de abedules que me servía perfectamente, esa la haría todos los días a primera hora y luego baño en el río que pasa por el camping.

   

Quedamos en subir al Aneto el martes por la mañana, se lo comento a Ramón  (de A to trapo) que estaba alojado en Benasque, él iba a hacer los 70km (la vuelta al Aneto). Salimos a las 5 de la mañana rumbo al Aneto los tres, sólo os diré una cosa; 7km de subida y 7 de bajada, tardamos 11h, nieve, agua, rocas; pero coronamos el Aneto muy emocionados y abrazados, sobre todo mi amigo que con 63 años subió el primero. Esto me vino muy bien como entrenamiento para la carrera, ya que supe lo que era un nevero y los bloques de roca que luego me encontraría en la maratón.

El resto de la semana transcurrió entre visitas a bodegas, baños en aguas venidas del deshielo (ideal para los músculos, aquí me lesioné el empeine del pie derecho al saltar y encontrarme una roca debajo del agua) y recorridos por sendas espectaculares.

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Llegó el día de la carrera y el pie lo tenía jodido, maldiciendo porque había saltado y muy preocupado por si no la acababa, pero ya que he venido, voy a darlo todo y disfrutar, cuando no pueda más, me retiro.

Empezamos a las 10 de la mañana afrontando 42km y 2200 de desnivel, de Benasque subimos a la estación de Cerler por una senda pero con atasco, la gente caminaba mucho, luego una bajada de vértigo por senda hasta la localidad de Eriste, aquí hubiera disfrutado Fran (calores) con la bajada, en Eriste me estaban esperando Rosa y mis amigos, preocupados por mi pie, de momento iba de lujo, a partir de aquí una subida por senda y pista hasta el collado del monte Posets pasando por el refugio Angel Orús, una subida impresionante de aproximadamente 10 km sin descanso, pasando por encima de bloques de roca, ríos y los impresionantes ibones (lagos) y neveros, en estos momentos me acuerdo de tres compañeros que tendrían que estar aquí (Fran, Maripaz y Roberto).

Bajamos hacia el refugio de Estós por encima de rocas afiladas y luego senda corrible donde te desquitabas de todo lo anterior y donde era una gozada beber de los ríos y comer fresas silvestres, llego al refugio de Estós y me oigo una voz que dice “coño A TO TRAPO”, me quedo mirando un poco atontado y resulta que es Manu, el hijo de Jesús (el presi), que estaba haciendo el GR, os juro que me emocioné un montón, no me lo esperaba, me hice una foto con él y para abajo hacia Benasque todo bajada por pista hasta los últimos 3 km por asfalto, ahí me cagué en todo y me jodió mucho la verdad, la entrada a Benasque impresionante, la gente te hacía un pasillo aplaudiendo y animando como si fueras el primero, como la vuelta ciclista, hasta la meta.

Un ole por la gente que te animaba por todo el recorrido, no tanto por la organización que en el caso de los 114 km que la hicieron Esteban y David (de nativos) fue un desastre.

Ramón, Jessi y Hortensia que hicieron la de 70 km lo pasaron mal, ya que les llovió, etc pero eso ya lo contara Ramón en su crónica.

Gracias al grupo de Whatsapp estuvimos en contacto y comprobamos que todos habíamos llegado bien, bueno, habíamos llegado.

   

Una experiencia inolvidable, los Pirineos.

Agradezco a Rosa y a mis amigos, Eduardo y Toya, que me cuidaron para que pudiera correr la maratón

Nota: esta mañana me molestaba la ropa para ir a trabajar, el agua caliente, mucho calor, mucho ruido, mucha gente; ME VOY A LOS PIRINEOS, me ha tocado la fibra.

Enlaces sobre esta prueba

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Josemi V1M 6:39:11 70 23

 

La pequeña evasión

Tengo que procurar no hacer ruido. Me duele cada hueso, cada músculo, cada milímetro cuadrado de mi geografía. Sé que me están buscando, oigo sus pasos. No sé si aguantaré. Es la lucha, mi lucha para sobrevivir.

Desconozco si Marc y Carlos han conseguido escabullirse y se encuentran ya fuera de peligro. Lo último que recuerdo de ellos es que, cuando nos liberamos de las ataduras y redujimos al guardián, cada uno tomamos una dirección distinta para contar con más posibilidades de salvación. Pero, apenas iniciamos la huída, pude oír las voces de alarma y la puesta en marcha del operativo para darnos caza.

Sé que si nos atrapan no tendremos una segunda oportunidad. El enemigo no perdona la insumisión. Este pensamiento me da fuerzas para resistir. Mientras no me localicen estoy vivo y mientras hay vida hay lugar para la esperanza.

Necesito toda la suerte de mi parte para pasar desapercibido. En mi desesperada carrera tropecé y caí justo en un hueco camuflado por abundante follaje. No tengo más alternativa que esperar. Si salgo a la carrera quedaré al descubierto y no tardarán en darme alcance. Además estoy muy cansado y no podría llegar lejos.

Contengo la respiración. Los presiento cerca y sé que ellos también tienen todos los sentidos puestos en detectar cualquier sonido o movimiento  que delate mi presencia.

En un par de horas o menos empezará a anochecer. Si aguanto hasta entonces mis opciones serán mayores, estaré más recuperado y la falta de luz favorecerá mis movimientos. Además, para entonces, es probable que ellos consideren que ya debo estar lejos o bien que me he despeñado por algún acantilado y relajen la búsqueda.

A pesar de la tensión, el tedio por la espera y la inmovilidad forzada me dieron somnolencia. Debía de haber pasado más de media hora cuando me sacó de mi adormilamiento aquella voz conocida.

– ¡Niños, a merendar!. Dejad el juego, ya seguiréis más tarde.