En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre “si” quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor…
Permítanme la licencia de poner un si donde el gran maestro Cervantes puso un no… pues de esa ciudad y sus gentes bien me quiero yo acordar… Alcalá de Henares ciudad Patrimonio de la Humanidad… en la que por lo visto y disfrutado humanidad tienen a raudal…
A la media de Alcalá, fui con ganas de conocer a un grupo, que aunque conocidos nunca vistos… y se cumplieron las mejores expectativas… es curioso como en este mundo del correr, donde lo que debería imperar es el individualismo, pues deporte individual practicamos… siempre encuentro buena gente y mejores personas… en las que el individuo se hace grupo.
La carrera, pues iba yo con expectativas de vencer al Gran Molino.. la marca que la organización del maratón de New York, ha considerado adecuada para volver a participar por sus calles… 1.30 pardiez, fácil no es… pero todo mi empeño deberé poner… lastima que en el ínterin un golpe de la fortuna, o mas bien de la mala fortuna, un hito pone en mi camino.. dolor en la cadera, que si bien no impide el correr, si deberé femenciarme para poder abatir al gran gigante…
La carrera discurre bien, los km van pasando al ritmo convenido, buen circuito 2 vueltas, llano, aunque como siempre me pasa si voy muy bien me da la impresión que faza abajo discurre, pero en el km 12 la cadera se queja y es momento de reflexión, ¿me retiro o lo intento?, tras unos metros de duda, sigo hacia delante y hasta donde llegue llego… New York bien vale el intento… Y tras la segunda vuelta solo queda 1 km… así que apretar los dientes con un solo pensamiento, New York 2013… llegada a meta en 1.28 conseguido el propósito… y si a esto se añade que la segunda quedo, pues mejor no se puede dar…. Que trofeos más bonitos que dan!!!!
Al finalizar, en el Indalo he quedado con el grupo de “maratonianos” que cual hidalgos en batalla, cada uno ha cumplido con su objetivo, unos marca, otros ritmo, otros acompañar a un amigo, y otros acompañarnos a todos… que cervezas y tapas hacen mas llevadero la recuperación del esfuerzo…
Y por último unas letras del final del Quijote: porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía. Mire no sea perezoso, sino levántese desa cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado… levantarse de donde estéis y calzaros zapatillas y salir a contemplar esos caminos que se cruzan y donde siempre encontraremos personas que otros llamaran locos y nosotros llamaremos amigos, pues los locos son los otros que no han probado el “correr”.
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