Torn dera Val d’Aran – VDA 162 KM – Viella (9-julio-2021)

Después de mi paso por UTMB y Ehunmilak, ya casi había descartado volver a participar en una carrera de 100 millas. La dedicación que supone preparar este tipo de pruebas hace que resulte muy complicado conciliar la vida familiar y laboral con las horas de entrenamiento que tienes que emplear si quieres llegar con garantías para acabar una carrera de esta índole. Pero otra vez volví a picar el anzuelo, auspiciado por los ánimos de unos para que me inscribiera y el buen grupo de amigos trotadores que integraban la expedición, que hizo decidirme a volver a probar de nuevo en esta distancia.

La prueba elegida era la Torn dera Val d’Aran (VDA) con 162 km y 10.500 m de desnivel positivo y que da la vuelta a todo Valle de Arán, siendo ésta una de las 4 carreras que forman parte de la primera edición del Ultra Trail de Val dAran, evento que esta “bendecido” con el sello de UTMB. En la carrera de 100 millas es donde estábamos inscritos Elías, Carlos, Josemi, Cristian, Pablo Molina y un servidor. Si finalizabas la carrera dentro de las 48 horas que daba la organización, te ganabas el pase directo a poder estar al año siguiente en la línea de salida del UTMB, sin necesidad de sorteo, cosa que era un aliciente para muchos corredores.

La localidad de Vielha es el punto de partida y meta de esta VDA. La prueba arranca a las 18h, así que tras comer pronto e intentar descansar un rato nos dirigimos hacia la línea de salida. Allí nos encontramos con buenos amigos que también van a participar, Marcos Baeza, Curro Arabi y la grata sorpresa de saludar a Hortensia que estaba por la zona. Entre abrazos, ánimos y la emoción del momento unos 1.000 corredores salimos en tropel atravesando las calles de esta bonita localidad.

El calor aprieta todavía a estas horas y hay que tomárselo con mucha calma ya que en los primeros 50 km tenemos más de 4000m de desnivel positivo. Empezamos a subir por una pista tendida que se va estrechando hasta que se forman los primeros tapones y hace que tengamos que esperar varios minutos para progresar. Tras pasar el primer avituallamiento en el km 11 nos dirigimos por una empinada ladera hacia la cima del Pic de Montpius (2276m). La vista al llegar arriba es un espectáculo, ya que está atardeciendo y podemos contemplar todo el macizo montañoso de La Maladeta con el pico Aneto y su glaciar. Coincido en este tramo con Curro y dos de sus amigos de Gata. Durante un buen rato conversamos sobre el bonito proyecto “Kms Solidaris” que está llevando a cabo para recaudar fondos para la investigación de la enfermedad rara denominada Pompe.

La noche empieza a caer y comenzamos un vertiginoso descenso que pone a prueba nuestros cuádriceps y que nos lleva al avituallamiento de Artiga de Lin (km31), donde recuperamos fuerzas a base de bocadillos y fruta fresca. Nos espera una dura subida de 5km con 1000 m positivos hasta llegar al Tuc de Cabirols (2468m). El cielo es estrellado y la agradable temperatura hacen más amena la subida. La noche pasa rápido y llego casi amaneciendo al avituallamiento de Bossòst en donde aprovecho para tomar algo caliente. Me encuentro bien y con fuerzas después de haber terminado el tan temido primer tercio de la carrera, así que salgo decidido hacia la pequeña localidad de Canejan. Con las primeras luces del día se puede disfrutar en la subida de un precioso bosque repleto de abetos y hayas en torno al curso del rio Garona.

Llego al avituallamiento con ligeras molestias en el estómago que hace que tenga que visitar con urgencia el baño. No le doy importancia ya que tengo ganas de comer y beber y eso es buena señal. Continuo hacia el recóndito y precioso pueblo de Sant Joan de Toran, km 70 de carrera y situado a más de 1000 m de altitud, que ofrece unas magníficas vistas del valle de Toran. Nada más llegar al avituallamiento me llevo la grata sorpresa al ver aparecer a Pablo Molina, que viene como un tiro detrás de mí. Nos espera más de un km vertical de subida y empieza a apretar el calor de nuevo, así que me cambio de ropa y me enfundo la camiseta de tirantes de A to trapo y como si me hubiese puesto la capa de Superman subo volando hacia Port de Urets, a 2500 m de altitud y una de las cotas más altas del recorrido. En la subida Pablo se queda un poco y vuelvo a coincidir con Curro quien me comenta que uno de sus amigos ha abandonado por problemas estomacales, lo cual me llama la atención ya que no es el primer corredor que se retira por este problema.

Nos dirigimos hacia las minas de hierro de Urets, antigua zona minera olvidada por el paso del tiempo. Atravesamos varios túneles, con una gran panorámica sobre el lago Montoliu. El paisaje es de ensueño a la vez que inhóspito y te hace imaginar las extremas condiciones en las que trabajaban los mineros. Sin apenas agua en los bidones llego al avituallamiento de Pas Estret en el km 83. Curro y su amigo me animan a salir rápidamente con ellos, pero llevan un ritmo muy fuerte y decido quedarme a comer y descansar unos minutos más. La subida al collado de Montoliu se me atraganta un poco y posteriormente tomo una larguísima bajada que me conduce al santuario románico de Montgarri. Todo el entorno que envuelve al santuario es muy bonito y hay numerosas familias que aprovechan para refrescarse o darse un baño en el rio Noguera Pallaresa, cuyo cauce baja por delante del santuario. De Montgarri, tras un leve ascenso llegamos al ansiado avituallamiento de Pla de Beret en el km 102 y donde se encuentra ubicada la bolsa de vida. Allí me recibe Eva, la mujer de Pablo, que tan amable como siempre me ayuda con la recarga de bidones. A los pocos minutos llega Pablo y como la unión hace la fuerza decidimos proseguir juntos para hacer frente a los últimos 60 km que ya nos han advertido que son de una gran dureza, sobre todo a su paso por Colomers. Me empieza a preocupar mis problemas de estómago ya que cada avituallamiento supone una visita al wc.

Una vez atravesamos el altiplano, descendemos por una pista hacia el valle y llegamos a la localidad de Salardú. A la salida del pueblo nos llevamos una gran alegría al ver a David, Angel, Enri y Cuchi, que han venido a animarnos y nos dan unas buenísimas noticias, ya que han terminado con éxito la CDH (105 km) y también lo han hecho Jota, Jaime y Jose Pablo, con lo cual el grupo ha hecho pleno. Me quedo con las ganas de ver a Elías, que fue a buscarnos pueblo abajo. El y nuestro amigo Cristian han tenido la mala fortuna de abandonar por problemas físicos. Con los ánimos por las nubes Pablo y yo nos acercamos a las estribaciones del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. En ese momento recibimos con entusiasmo la llamada de Josemi, que va un poco por delante de nosotros, esperándonos al inicio de una subida para formar triplete y afrontar juntos la segunda noche y último tramo de la carrera.

Llegamos hasta el avituallamiento de los Baños de Tredòs, unos antiguos baños termales que ya utilizaban los romanos y que nos abren las puertas al parque nacional. Entramos al bar del balneario para tomar un buen café doble que espabile nuestros cuerpos y nos permita estar despiertos para el tramo técnico del circo de Colomers que, con sus más de 50 lagos, es el circo de lagos glaciares más grande de los Pirineos. Es una pena que pasemos por esta zona de noche y no podamos disfrutar del paisaje. A mitad de subida nos encontramos a varios corredores que se dan vuelta acompañados de un voluntario que nos advierte de la dureza de este tramo. Josemi, aquejado de fuertes molestias toma la dura decisión de no continuar. Consternados por esta situación, Pablo y yo avanzamos lentamente por el temido paredón y tras más de una hora de subida llegamos al Estanh Obago. Comenzamos un largo descenso, pero el sueño y cansancio nos invade, así que decidimos pegar una cabezada de 15 minutos bajo el refugio de una gran roca. Tras el breve descanso descendemos para llegar al avituallamiento de Colomers. Tengo los ojos muy irritados por el sudor y la falta de sueño, así que tras consultarlo con el médico me ponen un colirio que consigue aliviarlos. Salimos casi amaneciendo y después de una corta pero dura subida descendemos por un precioso bosque hasta la localidad de Arties en el que está el tercer avituallamiento con asistencia permitida. Allí nos espera Eva, quien de nuevo nos ayuda para afrontar los últimos 15 km a meta.

Son aproximadamente las 9:00h e iniciamos de nuevo la marcha. Tenemos por delante una exigente subida de 700 m de desnivel positivo. Nada más coger la senda ascendente una sensación de calor invade mi cuerpo y durante toda la subida voy parando, buscando algún punto de agua en donde poder refrescarme. Además, apenas puedo beber y comer ya que tengo el estómago cerrado. Pablo no para de darme ánimos y ayudarme, pero llego al último avituallamiento casi decidido a retirarme cuando apenas quedan 8 km para llegar a meta. Mi sensación es que me estoy deshidratando y acudo a la médica del puesto para que me valore. Tras inspeccionarme me indica para mi sorpresa que no tengo signos de deshidratación y me recomienda que descanse, reponga líquidos y coma algo, animándome a continuar si me recupero. Tras media hora de reposo y haciendo esfuerzos por ingerir líquidos y algo de fruta, tiro de coraje y decido salir. Solo queda el ultimo repecho y una larga bajada hasta Vielha.

Junto a Pablo, comenzamos a subir con decisión por una senda que va en zigzag hasta por fin llegar a lo alto de una loma, pero mis problemas físicos continúan y la bajada a Vielha se convierte en un infierno, teniendo que parar en varias ocasiones para reponerme del calor y de los continuos espasmos en el estómago. Por fin se divisa Vielha, y en la parte de final de la bajada me llevo la sorpresa y alegría de ver a Josemi, que ha subido para traerme agua fresca. Más abajo están esperando Elías y Cristian. Me emociono al ver a todos, fundiéndome con ellos en un abrazo. Exaltados de alegría, Pablo y yo cruzamos la línea de meta tras más de 45 horas.

La nota negativa de la carrera ha sido la intoxicación masiva de corredores, al beber agua de contenedores contaminados por alguna bacteria, con más de 500 afectados tanto en la prueba de la CDH como de la VDA, siendo esta situación motivo de abandono de muchos corredores y otros, que como en mi caso las pasamos canutas para llegar a meta. Después de la carrera continuaron las penalidades durante varios días, con fiebre, diarreas continuas, deshidratación y con algunos corredores ingresados en el Hospital de Vielha. Un ”0” a la organización que ha hecho oídos sordos sobre este tema, sin asumir responsabilidades, tirando balones fuera y argumentado que el agua de la zona es de mineralización dura no apta para todos los sistemas digestivos. Es por este motivo que me llevo una sensación totalmente agridulce de mi paso por esta prueba que prometía ser un referente para los amantes de las carreras de montaña.

 

Nombre Categoría Tiempo Posición General
Pablo Molina Vet-M 45:08:59 356
Sergio Vet-M 45:24:01 369
Carlos Ramos Vet-M 46:53:34 431

TDS 2021 – La crónica

Digamos que la TDS se plantea como la hermana técnica y salvaje de UTMB, con 145 km y 9100 metros de desnivel positivo.

Tras conseguir el dorsal y meditar internamente si quiero algo del grupo UTMB con su gentío e inherente mecanismo de marketing, decido afrontar este reto en equipo con Helena como supporter vital de la expedición. Pero que alegría!

2 años sin colgarme las chinchetas para estar en ninguna línea de salida, tiempo que he aprovechado para sentir la montaña con sinceridad, en soledad acompañada y con retos internos alejados de medallas y crónicas. Años de desarrollo personal (hasta he descubierto lo maravilloso de un Sí Quiero) y conocimiento vital y contínuo.

Y ahí estábamos en Courmayeur, un 24 de agosto a las 15 30 esperando mi turno de salida. Lo reconozco, la emoción del momento y la mano agarrada consiguieron empapar las mejillas de lágrimas de emoción.

Salgo volado y ciertamente presionado por la multitud corredora. En pocos km ya se escucha rugir a los glaciares que mantienen frío al Mont Blanc y empiezo a sentir el espíritu de las piedras de Los Alpes.

Llega la noche y con ella una lluvia intensa, ya estamos dentro! Corro, me lo pide el cuerpo y las piernas, ni quiero ni puedo parar. Primera etapa hasta St. Mourice hecha (km 51). Llamada de buenas noches y empieza lo más bonito de la carrera: 2000 metros de desnivel positivo en unos 11 km, algo así como 2 km verticales seguidos.

Subida hasta el cielo de la TDS con sensaciones inmejorables; ya se que me costará vislumbrar las estrellas por los cientos de frontales que acechan pero en cierto punto, es lo que he elegido. Todo marcha bien hasta que me encuentro con un tapón considerable de ansiosos corredores.

What’s up? Nos mantienen en vilo unos 45 minutos porque parece que hay un tramo técnico que requiere paciencia. Hasta que la organización anuncia lo ya conocido: carrera anulada por accidente, toca deshacer camino y bajar lo subido. El frío cala los huesos después de hora y media parados bajo el único abrigo de la luna; con caras de poema, ya sólo queremos llegar a casa.

Cierta agonía en la espera y la bajada amenizado con un amanecer de escándalo y vuelta a Chamonix en autobús.

Mi opinión sincera es la complejidad (y quizá sin sentido) de meter a 1500 personas en cualquier monte; ya sea una carrera asequible, compleja, francesa o española. Quizá podría criticar el mercantilismo de algo tan esencial como la montaña, pero al formar parte del pelotón, soy consciente de mi granito de arena aportado.

Ya en casa, sólo espero seguir aplicando lo aprendido para estar alineado con mis necesidades egosintónicas.

Mis máximos respetos a aquel corredor checo que como yo, sólo quiso llegar a Chamonix con una sonrisa. DEP.

Gracias vida, nos quedan muchos senderos que pisar y caminos que recorrer.

 

Borja
Agosto 2021

 

Web de la prueba: https://utmbmontblanc.com/es/page/22/22.html

Resultados de la prueba: https://utmbmontblanc.com/es/page/107/107.html

Mis primeros 100km – Viella (9-julio-2021)

Viella 9 de julio de 2021

7:30 am
7 meses de ilusión, expectación, incertidumbre, aprendizaje, miedo, cansancio, sueño y hambre, entre otras muchas cosas…
Con más ganas que un niño pequeño por la llegada de los reyes magos, así empecé yo mis primeros 100km con una sonrisa que no me cabía en la cara, tranquila, era lo que más me llamaba la atención en esos minutos previos, normalmente los afronto nerviosa, pero esta vez me encontraba calmada.
Tomamos la salida en tres pequeños grupos, el mio, Fede, David y yo.
¡Salimos! Corrimos los primeros km hasta el primer parón, el paisaje verde, senderos húmedos de hierva, que gusta da correr aquí pensaba todo el rato. No recuerdo el primer avituallamiento, no recuerdo ni el segundo, ni el tercero, esto va muy rápido pensaba. Ya en un prado con un sol de justicia recuerdo pararme en uno, Fede me esta esperando comiendo sandia, yo también quiero sandia, hace calor, veo a David, lo esperamos, le metemos prisa, estamos deseando llegar, el siguiente avituallamiento será el km 42, nos espera por delante  ̈la lomita de Fede ̈ así llamamos a una subida interminable con un sol de justicia. Y de pronto, maaadre mía, ya hemos hecho una maratón… recuerdo hablar con un chico de lo fácil que nos resulto llegar hasta allí, mientras esperaba a Fede y David, esta vez yo iba por delante. No como nada, no tengo hambre, estoy bebiendo muchísimo, hace mucho calor…
Empezamos a correr de nuevo, nos esperan km de bajada por una pista de hierva con ese calor de las 14 de la tarde para llegar a Beret, próximo avituallamiento, bolsa de vida y mitad de carrera.
Pasamos por unas minas de hierro impresionantes, unas vistas increíbles, y de pronto  empieza la bajada corro, corro y corro, demasiado, bajé como un cohete, me apetecía, me encontraba bien, aunque la tripa estaba algo rara, llego a Beret y allí espero a Fede y David.
Llegamos a Beret, mi primera bolsa de vida, toda llena de cosas y solo usé ¡los calcetines! Comí arroz blanco, caldo y sandia, pero algo no andaba bien, me dolía la tripa, no me entraba la comida y empecé a tener un poco de reflujo de tanto líquido. Serian las 16:30 cuando empezamos a correr de nuevo, Fede, David y yo, íbamos despacito, con la tripa llena y viendo de fondo el pico Aneto y los Maladetas, que gusto da correr por aquí, pensaba todo el rato para quitarme de la cabeza ese malestar de barriga.
Aquí empezó realmente esta carrera, en este punto, antes de empezar la subida a Colomers, dura como ella sola, técnica y de subidas interminables y duras, con bajadas que deseas que se conviertan en subidas, que sorpresas nos esperaban a partir del km 67. Colomers lleno de rocas enormes, dejando los lagos de Tredos de fondo, todo precioso, se hizo de noche antes de llegar al refugio,encendí mi frontal junto a Fede, mi primera vez, nunca antes lo había usado en una carrera, que pasada pensé, que día de primeras veces. Llegamos al refugio, noche cerrada, queda muchísimo aún, esperamos a David allí, mucha gente se retira en ese avituallamiento, mucha gente pálida, empieza a hacer frío, a mi solo me duele la barriga, por consejo de David me pongo a beber caldo y
agua con gas. Seguimos, unos km de llanear para llegar a una subida casi vertical donde trepábamos todos, que me hizo confundir los banderines con estrellas, que subida dios, no la olvidaré nunca…
Mi siguiente recuerdo me llevan al km 90 Ressec, llegué, me senté y saqué el móvil por primera vez, le mandé un audio a mi marido en el que le contaba, que estaba muy bien, me dolía menos la tripa y estaba comiendo pizza, Fede y David aún no habían llegado y me tome mi tiempo mirando a todos los corredores que pasaban, seguían retirándose muchos, habían llegado hasta allí y no podían seguir, que duro debe ser pensé.
El resto de la carrera, una última subida, un avituallamiento donde solo tenia sueño, una bajada que prefiero no recordar, y meta… y que Meta.

Experiencia para repetir sin duda, con el paso de los meses, se va olvidando el sufrimiento y solo queda lo bonito, deseando que llegue la siguiente carrera para vivir más aventuras y si es con los mismos compañeros de viaje, aún mejor.

Gracias a Fede y David, fueron mucha mas ayuda que mis bastones, tiraron de mi cuando las fuerzas me fallaron y siempre con una sonrisa.

Web de la prueba:  https://www.aranbyutmb.com/

Resultados: http://aranbyutmb.livetrail.run/classement.php?course=cdh&cat=scratch

 

301 4269 Victoria BALLENILLA MARCO Independiente SE D 8 23:13:45 10:10:20 ESP (España)
302 3574 David GIL PELLUCH A TO TRAPO M1 H 149 23:13:47 10:10:22 ESP (España)
302 4223 Federico BALLENILLA MARCO M1 H 149 23:13:47 10:10:22 ESP (España)
507 3145 Enri RODRIGUEZ PAYA A To Trapo M1 D 9 26:20:37 13:17:12 ESP (España)
507 4102 Angel PARRA A To Trapo M1 H 236 26:20:37 13:17:12 ESP (España)
578 3838 Jaime CASTELLS MARTINEZ A TO TRAPO M1 H 265 27:07:32 14:04:07 ESP (España)
578 4230 José Jesús CASTELLO ASENSI A to Trapo M2 H 99 27:07:32 14:04:07 ESP (España)
580 4221 José Pablo CARBONELL A To Trapo M2 H 100 27:07:33 14:04:08 ESP (España)

Cuchi Ballenilla

Ultra Trail Serra Montsant Half 59k – Mayo 2021

Os voy a relatar mi experiencia en mi primera “ultra” si es que se puede llamar así a hacer 60Km con 2.700m, entiendo que para algunos eso es un entreno largo pero yo nunca he hecho carreras más largas de 25K.

Mi última carrera fue el 8-3-2020 en Busot, hice 17km y desde entonces he entrenado muy poco, aunque he intentado mantenerme en forma. Después de todo el confinamiento, en octubre entrené por libre con David Gil y Pablo Molina, hicimos 51 km desde Alcoy al Maigmó, ese era mi primer 50k, pues sabía que pronto nos dirían que se celebraba la carrera Half Trail Serra Montsant, después de varios aplazamientos llegó el día y fue el 1 de mayo de 2021.

Yo seguía sin tener tiempo para entrenos largos y me fui con lo puesto, pero con muchas ganas y con la intención de acabarla, ahí contaba con la colaboración de Pablo que me acompañaría en todo el recorrido, era mi preparador físico y mental .

El día anterior ya nos dijeron que iba a llover en la carrera, pero bueno, siempre pueden más las ganas que la meteorología, aunque claro, yo solo contaba con mojarme y no con el barro que llevas en las zapatillas y con la resbaladicidad de las rocas en mojado. Menos mal que eso duró poco, fue solo al principio, yo iba muy precavida y dejaba pasar a la gente hasta que les dije al grupo que iba detrás de mí, que pasaran y cuál fue mi sorpresa cuando me dijeron que no, que ellos eran el “grupo escoba” pero que no pasaba nada, que yo iba muy bien …

Me resigné y seguí corriendo cuando se podía y andando en las subidas. Cuando llegué al avituallamiento de Margalef (24,4km) ya no salí la última y eso al menos me motivó.

Me encantaron los paisajes, la cantidad y variedad de puentes que cruzamos, las vistas del embalse, las formas de las rocas redondeadas, correr entre bosques con olor a húmedo, estar en la cima de las montañas con el viento, luego un montón de escalones para abajo con traviesas de madera que se me hicieron interminables, el recorrido no tenía pérdida, no sabría decir que tramo me gustó más, pues todos tenían su encanto.

Lo bueno de ir de las últimas es que vas sola y te da la sensación de que han creado ese recorrido específico para ti, estás en medio de la naturaleza con tus pensamientos y tus sensaciones. Lo único es que el tiempo pasaba muy rápido y yo no iba tan deprisa como debería, Pablo no me decía nada, aunque iba por delante esperándome cada dos por tres.

Después del collado Albarca (47,2Km), nos llamaron nuestros amigos (Enri, Cuchi, David, Carlos y Angel) para ver por dónde íbamos pues ellos ya habían acabado y a nosotros todavía nos quedaban 2horas por lo menos, a mí se me acabó la batería del reloj en el km 54, (lo cual implica que no debo hacer carreras más largas que esa distancia) y ya me dejé llevar por Pablo y él me iba diciendo lo que llevábamos y lo que nos faltaba hasta el siguiente punto, llegamos al Pi Carabasseta y desde allí ya era todo bajada, empecé a correr con las pocas fuerzas que me quedaban y ya llegando al pueblo Ulldemolins, vimos el coche de nuestros amigos que venían a nuestro encuentro (y a cenar claro, que habíamos reservado en un bar del pueblo una cena homenaje). Ellos nos empezaron a animar y nos acompañaron hasta la meta, al cruzarla me abracé a Pablo y empecé a llorar de la emoción de haber conseguido acabar una prueba tan larga y sobre todo después de tanto tiempo sin competir, fue un cúmulo de sensaciones y emociones todo junto.

Al final hice mi primer 60Km, con 2.700m de desnivel, en 11 horas 59 min.

Enlace a la carrera:
https://www.naturetime.es/2020-ultra-trail-serra-montsant-30-enero/

Clasificación
https://smartchrono.com/sc2/php/iframe.php?cid=838

Eva Ayela

ULTRA SIERRA NEVADA – Abril 2021

Las vueltas y giros que da la vida. Hace 1 mes aproximadamente, la Ultra Sierra Nevada no estaba ni de lejos en esas cosas que podrían pasar en mi vida… y aquí estoy hoy haciendo la crónica de la carrera. Parece que con lo que venimos viviendo en el último año y medio … casi cualquier cosa es posible.

Hoy estoy haciendo este relato gracias en primer lugar, a mi buen amigo Carlos (Carlos Ramos Cabrera) quien lamentablemente no ha podido asistir a la carrera y generosamente quiso que fuese yo quien estuviese allí. Después de haber podido hacer esta carrera no te puedo estar más agradecido Carlos, por proporcionarme un día que no olvidaré y un viaje extraordinario en Compañía de Elías, Josemi y Sergio.

A este último (Sergio García) tengo también que darle las gracias por insistir en que fuese a la carrera y no sólo eso… que quería hacerla junto conmigo, algo igualmente generoso por su parte habida cuenta de la diferencia de nivel entre ambos.

Pero vamos a todo lo ocurrido …  partimos hacia Pradollano (Granada) el viernes al mediodía para alojarnos en un hotel del que disfrutaremos más bien poco… porque el viaje es ir, cenar, levantarse, correr y volver… intenso sí, pero bien exprimido da para mucho.

Ocupadas las habitaciones, tenemos incluso tiempo para dejar casi todo preparado para la mañana siguiente, en la que a eso de las 4h nos tenemos que levantar. Nos vamos a cenar al lugar escogido por Sergio (un gran sitio…. lógico para quien gusta de comer bien y Sergio es de esos), pero para ser fieles con el relato, podemos acuñar el término “homenaje”, porque de cena comedida pre-carrera no se puede calificar … chuletones, pizzas, tartas, etc… que podría parecer una locura… pero al día siguiente fue un tanque de combustible y quedó perfectamente quemado en los 61 kms de la carrera.

A las 4h puntuales, nos levantamos, nos ponemos la ropa de carrera… unos con más gusto que otros… todo hay que decirlo, pero en líneas generales todos presentables para revista de trail, y nos marchamos ligeros hacia Beas de Granada (a unos 50 min.) de coche… que en el “Halcón Milenario” de Josemi se hace en menos tiempo y muy cómodos.

Cuando llegamos al pueblo, ya notamos que la temperatura es muy buena. Aparcamos a escasos metros de la salida y tras los últimos preparativos, nos vamos para la salida situada en un campo de futbol de tierra de esos de los que ya no quedan. Nos hacemos una lúgubre foto dada la escasa luz que hay en el lugar, en la que es incluso difícil saber quién es quién… porque llevar las mascarillas tampoco ayuda.

Pasamos un mínimo control de material y temperatura y entramos al lugar donde mediante conos, nos ponemos en filas y a distancia suficiente para cumplir los protocolos. En el propio sitio, calentamos, estiramos y van apareciendo sensaciones que habían quedado relegadas y en hibernación durante este casi año y medio. Los nervios pre-carrera, la emoción del momento, la incertidumbre, etc… a todo esto el speaker nos recuerda que seamos prudentes y respetemos todas las normas, puesto que esta prueba se celebra después de un año largo, duro y con la pérdida de muchas personas por culpa de la pandemia. Personalmente, viene a mi memoria un momento especialmente duro vivido el pasado año y se mezclan sentimientos de profunda tristeza con los de la alegría de estar ahí, en la salida otra vez de una carrera, con mis amigos, listos para volver a hacer algo que forma parte de nuestra felicidad, porque así es… nos hace muy muy felices disfrutar de la amistad, de la naturaleza, de lugares distintos, de momentos, olores, amaneceres, etc… Por último, la organización creo que de forma muy acertada, escogió para la salida un tema musical único (Viva La Vida – Coldplay) creando lo que para mi fue una atmósfera con una mezcla de respeto, recogimiento y a la vez exaltación de la alegría, de volver a vivir el trail. Un momento emocionante.

Llega el momento, miro a mi izquierda donde está Sergio, a su lado Josemi y a la izquierda de éste Elías, nos miramos con ilusión y complicidad y nos deseamos lo mejor para las horas venideras de carrera.

Poco a poco y por filas de corredores en tiempo espaciado de no más de 15” vamos saliendo de forma ordenada y tranquila para pasar de nuevo por un arco de salida y comenzar a dar las primeras zancadas por el asfalto de las calles todavía de la población, disfrutando desde ese mismo momento, de todos y cada uno de esos primeros cientos de metros.

A eso del km 2-3 aprox. llegamos a la primera ascensión de este primer bucle de la carrera y en la oscuridad de la noche, sin la contaminación lumínica de la ciudad o incluso del propio pueblo de Beas de Granada… se produce otro momento especial y singular del trail… levantas la mirada y ves una serpiente de frontales y luces rojas traseras subiendo y creando una visual que ya no recordaba y que nos proporciona otra inyección de alegría. Preciosa la foto.

Este bucle lo hacemos al trote, por momentos hablando los 4, acompasados en el ritmo y hasta en las paradas técnicas. Muy tranquilos y disfrutando de correr, bajando por pista rodeada de masa boscosa, con una temperatura magnífica, sin lluvia y por tanto, sin tener que pensar en otra cosa que en correr.

Llegando al primer avituallamiento (Cortijo Aguas Blancas), se produjo algo inesperado, Sergio y yo que vamos unos cuantos metros detrás de Josemi y Elías, convenimos que no vamos a hacer parada porque llevamos líquido y comida suficiente y no nos hace falta de nada ya que estamos al principio de carrera. A la entrada, se pasa el control de cronometraje y si no quieres avituallamiento sales por el mismo sitio… no hay salida al final del avituallamiento; por lo que yo entro y salgo directamente, Sergio entra y mira a ver dónde están Josemi y Elías.. pero no los ve y sale igualmente del avituallamiento. Por un momento pensé que me había perdido de los otros 3, grité a Sergio que aparece por la puerta del avituallamiento y decidimos seguir, pensando que Josemi y Elías habrían hecho lo mismo que nosotros, no parar.

Bajamos por una pista ancha bonita con bosque y con el río a nuestra izquierda, en los primeros momentos de luz natural del amanecer y donde ya empieza a sobrar el frontal. Bajamos ligeros queriendo buscar y alcanzar a Josemi y Elías… pero no damos con ellos y lamentablemente ya no volveríamos a juntarnos hasta meta.

Cruzamos el río y comenzamos una subida entretenida, algo exigente pero que se hace bien, con terreno limpio, tierra oscura como barro pero seca y donde agarra bien la zapatilla. La mañana y el amanecer son perfectos para la carrera, sigue la temperatura fresca pero sin frío, por momentos algo de niebla pero que deja ver los paisajes y delante de nosotros zonas de extraordinaria belleza, lo cual nos sorprende a Sergio y a mí que esperábamos un recorrido más seco, menos frondoso… pero al contrario, el suelo presenta un verde digno de paisajes Asturianos o Gallegos, el monte bajo es de una variedad y colorido magnífico e incluso en algún punto, nos parece un paisaje pre-pirenaico.

En el km 15 vino el susto de la carrera… y es que como suele pasar… si vas con el espíritu de “Heidi” por las montañas mientras estás en una carrera, pues pasa que bajas la guardia, te relajas, disfrutas… y la zapatilla no apoya como debe y se gira hacia adentro y el tobillo realiza un ángulo nada natural que lanza una señal de dolor, con la consiguiente pérdida de equilibrio que hizo que me fuese sin control hacia adelante y si Sergio no llega a pararme… termino en el suelo y arrastrando algunos metros. Me repuse y tras unos metros dolorido continuamos la carrera, pero al final de la misma… cuando me quito el calcetín en la habitación, aparece un bulto del tamaño de media pelota de tenis, pero más aparatoso que grave.

Llegamos a Quentar (2º avituallamiento) donde rellenamos los bidones y salimos bastante ligeros porque decidimos comer algo en la transición desde el avituallamiento hasta la siguiente subida, una subida algo más exigente pero que igualmente hacemos con buen ritmo. Sabíamos que los 2 primeros bucles eran llevaderos y correderos, por lo que íbamos con un ritmo muy prudente y gestionando las fuerzas.

Llegamos a la parte alta de la montaña por donde recorremos todo el perfil por senda buena y con sube y baja suaves, hasta iniciar una bajada de unos 4 km creo recordar (que parecieron 10) larga, con bastante pendiente y que acababa en una dura pista asfaltada con bastante desnivel negativo que destrozaba piernas, cuádriceps, rodillas… porque bajando por ahí o retienes algo, o terminas mal… Bajamos unas últimas escaleras de entrada al pueblo de Pinos Genil (Km 37) y enfilamos una calle que nos muestra la belleza de este pueblo. El río a nuestra izquierda, árboles, casas bajas y un ambiente extraordinario, mucha gente en terrazas disfrutando del día y aplaudiendo en un gesto que (serán cosas mías) pero denotaba una complicidad especial, porque creo que todos estábamos encantados del reencuentro; los corredores de volver a correr y la gente de volver a ver corredores, deportistas, con sonrisas en los rostros sin tapar y mirarlos devolviendo ese gesto de felicidad y agradecimiento a todos ellos por estar ahí y compartir un pequeño momento de algo tan normal y sencillo como es disfrutar del deporte y naturaleza.

 

Entramos en el avituallamiento, muy amplio, emplazado en lo que creo que eran unas pistas polideportivas… Aquí teníamos la “bolsa de vida” pero como vamos bien, no nos hemos mojado ni necesitamos nada… decidimos no pedirla; llenamos líquido y nos separamos unos metros hasta una zona donde nos sentamos y comemos el bocadillo “gourmet” que había preparado la noche anterior Sergio. Quien me conoce e incluso quien ha corrido conmigo, sabe que soy muy mal comedor en carrera, pues bien, pocas veces me he comido un bocadillo con tanto gusto y en menos tiempo, un manjar (pan blandito integral, hummus, aguacate y salmón marinado) un “chute” de energía para cuerpo y mente. Sergio sabía lo que hacía… cuando llevas a tu lado a uno que está algún escalón por debajo de ti… más vale cuidarlo y mimarlo para que aguante.

Salimos del avituallamiento justo en el momento que pasan los primeros clasificados de la maratón, a ritmos que parece que estén haciendo series; otro nivel. Saliendo de ese avituallamiento vamos algún tiempo con un grupo de 3 franceses que hacían también la misma distancia que nosotros y con el que veníamos coincidiendo ya un tiempo atrás pasándonos y pasándolos, y sorprendentemente, (porque suelo ser yo el cascarrabias y el ofensivo de las carreras) Sergio me dice en voz baja algo así como: “….. esos 3 hincarán el pico y nosotros vamos a quedar por delante … Pablo, sólo te pido por favor que aguantes para quedar por delante de ellos, sí o sí ” … si no lo conociera… diría que le habían hecho o dicho algo… pero bueno… fue especialmente gracioso ver cómo parece que mis “padawan” empiezan a venir al lado oscuro del trail … en fin… lo mismo fue hasta motivador para lo que quedaba de carrera.

Este 4º bucle es donde sabíamos que empezaba la carrera de verdad, porque ya llevábamos 37 km “amables” pero 37, y porque eran no más de 12 Km y alrededor de 1400D+ que efectivamente no defraudaron… y sin embargo a mi particularmente me pareció un tramo con unas fotos preciosas.

Llegamos hasta la base de la presa del embalse (Embalse de Canales) donde las cintas de marcaje de la carrera nos meten por un canal seco que bordea la montaña y el propio embalse a una altura por encima del mismo, donde corremos varios cientos de metros por ese recorrido curioso y distinto, pasando un par de túneles donde tener a mano el frontal nos evita algún susto debido al golpe del cambio de luz.

El agua del embalse regala como digo fotos muy bonitas, azul turquesa y verde en el agua, reflejos de nubes y montañas.

Pero disfrutado el momento, no podemos olvidar que iniciamos una subida por una senda con mucho monte bajo y con bastante desnivel hasta llegar a la valla de una finca que rodeamos e iniciamos la “bajada de las culebras”, creo que el punto más técnico de la carrera. Una bajada de senda estrecha con terreno de piedra suelta y donde había que extremar la precaución por caídas.

Seguidamente una pista asfaltada nos lleva al mismo embalse que cruzamos por el arenal (la cola del embalse) y desde aquí unos metros más adelante comenzamos otra subida dura siempre en paralelo con el embalse hasta llegar arriba para bajar de nuevo hasta el río otra vez y desde aquí iniciamos la aproximación a lo que se empezaba a oír entre corredores … “ las zetas” … un tramo largo y duro, muy duro, que parece que no acabe nunca. Yo pensaba en las zetas del Cabeçó y pensaba que serían algo así… pero estas con lo que llevas en las piernas y con lo largas que son… se hicieron especialmente duras.

Superado la parte más dura, llegamos a una pequeña zona de transición de carretera para llegar a una senda a izquierda y subir los 50m de desnivel para llegar al último avituallamiento, en el que ya se escuchaba a mucha gente desde la distancia. Cuando ya vemos a unos metros el Hotel donde está ese avituallamiento, se ve igualmente a no menos de no sé, 20-30 personas animando, pero parecían 100. Sergio que iba delante de mi… afronta ese último repechón arrancándose a correr con una fuerza sorprendente… incluso el corredor que iba detrás de mi dijo: “ … qué máquina el tío” … y la gente que se encontraba allí empezó a aplaudirle y animarle entusiasmada y contagiada de esa fuerza, y de una forma que, salvando las distancias, me recordó a algún vídeo de Zagama.

Entramos en el avituallamiento y rellenamos líquido para afrontar el último bucle de la carrera. En este avituallamiento es en el único que me acerco a pedir comida… no por nada… sino por comer algo distinto. Pido un trozo de manzana y medio plátano, que me sirven en un plato de plástico respetando las medidas sin contacto… cuando escucho a mi izquierda la voz de Sergio decir: ¡Vamos Pablo, Salimos ya! (Al final de la carrera me dijo me que mi mirada no fue de cariño precisamente…) y no lo era… sólo pude decirle: “dame un respiro” … pero estaba desatado; en su mejor momento; … manda narices que en el km 50 tuviese que pasarle, estaba exultante …

Engullo el trozo de manzana y el medio plátano junto al cubo de basura para incluso no perder tiempo ni tirando los restos, y salgo caminando con lo que parecían dos pelotas de tenis una en cada carrillo.

Me tomo un último gel y arrancamos a trotar por el asfalto y por la propia carretera que lleva a Pradollano.

Este tramo es lo que no nos gustó nada a ninguno … unos 6 km de asfalto picando desnivel positivo, conviviendo con los coches y motos, coincidiendo con el momento en el que el sol calentaba más y por tanto la sensación de calor, dureza del asfalto, lo aburrido que es, etc… pues demoledor. Caminando y corriendo conseguimos llegar hasta el desvío en la carretera donde a la izquierda se toma una senda para rodear el último tramo de carretera y evitar no más de 2 km de ésta. Curioso que, justo antes de tomar dicha senda… y a nuestra derecha, sentado en el piso de su furgoneta y comiendo algo, se encontraba tranquilo y siguiendo las carreras el gran Miguel Eras.

Sergio lo saluda y seguimos nuestro camino comentando lo sorprendente que este deportista… sencillo, humilde, amable y apasionado de las carreras de montaña, capaz de estar viendo a corredores del montón en un lugar cualquiera y que además luego se desplazó a meta para ver llegar a todos los corredores. Un personaje extraordinario.

Hacemos el último tramo de senda por bosque de unos 2 km aprox. agradables y salimos a la entrada del pueblo de Pradollano, ya no nos queda casi nada, aunque la organización tiene a bien darte un último “regalo”. Cuando entras en Pradollano, ya ves el ambiente, a otros corredores que han finalizado, cuando escuchas al speaker con un volumen que sólo puede hacerte pensar que vas a entrar en meta, las cintas van guiando estos “últimos metros” hacia el final del pueblo, atravesando terrazas de bares abarrotadas de gente con cervezas sobre las mesas y nosotros por el contrario enfilamos nuestro “fin de fiesta”, que no es otra cosa que una pala de nieve que no sabría decir ni lo larga ni el desnivel que se supera en ese tramo corto… pero puedo reconocer que la subí sin mirar; como cuando de pequeño te comías algo sin respirar para que pareciera que no te lo habías metido en la boca… pues igual. Clavo la mirada en la nieve y para arriba, un paso tras otro siguiendo los de Sergio. Supongo que no serían más de 300m y unos 50D+, pero como digo, de esos que no quieres ya ni mirar. Rodeamos la pista y bajamos por la otra parte igualmente otra pala de nieve para ahora sí, pisar la piedra del suelo del pueblo, subir unas escaleras metálicas y afrontar la recta de meta de la mano de mi querido Sergio al que tengo que agradecer la magnífica carrera que nos salió para lo justitos que llegábamos ambos.

Solo puedo decir que uno de esos días de felicidad plena.

Pero además… el día nos iba a regalar más noticias buenas. Cuando ya bajábamos con el coche, Sergio nos anuncia que Jota ha mandado una foto informando que había acabado su carrera (Maratón Sierra Nevada) lo cual fue otro momento de entusiasmo, con llamada telefónica incluida a Jota para felicitarle por tan extraordinaria noticia, y por el mérito que tiene haber ido solo, hacer la carrera y acabarla, siendo una prueba muy exigente. El esfuerzo, sacrificio y sufrimiento que ha tenido que superar sólo él lo sabe, pero sirva esta oportunidad que se me brinda para decir que tienes toda nuestra admiración y cariño Jota, por tu fortaleza física y mental. Enhorabuena y a compartir kms de montaña.

No sé si habré podido reflejar en estas líneas lo que ha significado esta primera ultra después de tanto tiempo y de lo que hemos y estamos pasando. Estoy acercándome a los 50 años de edad… y todavía a día de hoy me pongo nervioso con las carreras, me emociono en la salida, disfruto de los entornos, paisajes, olores, colores de la montaña… es extraordinario, y lo que queda… porque los que tienen más años que yo, también siguen así… con la ilusión del principio. Que no se pierda hasta el último suspiro de vida.

Pero además, compartir todo ello con este grupo de amigos/as es lo que en conjunto creo que a todos y cada uno de nosotros nos da una parte importante de nuestra felicidad. Espero y deseo que no tengamos que volver a pasar por algo como lo que vivimos en estos días, que sigamos disfrutando día a día, año tras año de todo esto y hasta que nuestros cuerpos aguanten.

Besos para todos.

Pablo Molina

ULTRA
Clasificación:

Nombre Categoría Tiempo Posición General Posición Categoría
Sergio Vet-M 9:16:23 105 48
Pablo Molina Vet-M 9:16:24 107 50
Josemi Master- M 9:36:40 140 8
Elias Vet-M 9:43:24 151 71

Track:

https://es.wikiloc.com/rutas-carrera-por-montana/ultra-sierra-nevada-2021-trail-67519582

Maratón
Clasificación:

Nombre Categoría Tiempo Real Posición General Posición Categoría
Jota Master-M 7:31:44 272 23

Track:

https://es.wikiloc.com/rutas-carrera-por-montana/ultra-sierra-nevada-2021-maraton-67519619