Falcó Trail – Cehegín (2-diciembre-2023)

Dentro del calendario de pruebas de FAMU en la región de Murcia el club deportivo Quipar organizaba la Falcotrail con salida en la localidad de Cehegín la última de las cinco que consta. Estoy inscrito en la ultra que son 71 km y 4500+que transita por las sierras de Quipar y de Burete.

La prueba comienza a las cinco de la madrugada así que me desplazo en plena noche hasta Cehegín donde está situada la salida y meta. Recojo la bolsa de corredor, el dorsal y el GPS tras lo cual me acerco al arco romano donde se da la salida y me encuentro a Martin y a Abelardo del club El Altet con los que coincidí en La Vara trail y a María con la que terminé la misma prueba. Tras pasar al corralito me piden que enseñe el móvil y la manta térmica. No somos muchos calculo que unos setenta u ochenta así que se da la salida y tras salir del pueblo comenzamos la primera subida no muy larga hasta el km 6,5 Vaera de los Azules y tras un descenso rápido una subida pronunciada hasta el Merendero de la Hoya el segundo avituallamiento y se llega hasta Cerro de los Marianos. La temperatura no es muy fría sobre los 6 grados y me he quedado en tierra de nadie pues en las bajadas me lo tomo con calma que no quiero caídas además esta semana tuve una lumbalgia y tenía mis dudas de venir a correr. Me junto con los del Altet y otro chico gallego el cuál comenta la ultra de la Ribera Sacra por su belleza de recorrido, la bolsa del corredor y la comida fin de carrera excepcional. Tras una subida por pista llegamos a una cantera de mármol donde empieza a clarear y llego al avituallamiento tercero la Senda de Juan Cojo que es una torrentera donde se va cómodo.

La carrera se divide en tres partes diferenciadas, la primera hasta el km 20 que es mixta sin grandes desniveles después hasta el km 40 donde se llanea por senda boscosa y hay poco desnivel y la tercera donde están las subidas más duras y los tramos técnicos prácticamente hasta casi la meta.

Estoy en el tramo corredizo hasta llegar a La Asomadilla el cuarto avituallamiento y necesito comer solido pero mi sorpresa es que no hay bocadillos tan solo fruta y barritas así que tomo un gel, recargo bidones y continuo. Me noto sin fuerzas debido a tantos antiinflamatorios y relajantes musculares que he tomado así que hay que sacar las fuerzas de donde sea y tirar de cabeza.

Me encuentro en plena sierra de Quipar con altitudes que rondan entre los seiscientos y mil metros de altitud y corono su cima el Mirador de las Águilas En la siguiente parada nos dan migas que entran de lujo al estómago para afrontar la zona más dura y con más desnivel en la sierra de Burete. Me empiezo a cruzar con corredores de la maratón donde me junto con Gemma una catalana que está de paso por trabajo y se ha animado a correr por tierras murcianas además de ser una perfeccionista con el desnivel y el kilometraje en las carreras pues me va diciendo por tramos todo el positivo, altitud y km que vamos haciendo. En el km 50 afrontamos la primera de las subidas fuertes la ascensión al Campanario chico para acabar en el Campanario grande y comenzar una bajada técnica donde derrapo dos veces de culo. La organización ha puesto carteles para motivar a los corredores como “siempre parece imposible hasta que hace”, “no te rindas levántate y sigue”, “ánimo lo vas a conseguir”, ”la meta está a tu alcance“, etc.

Llego a la umbría de Alarcón y subo al As de Copas y bajada con tramos de cuerdas donde estoy atento porque un mal paso puede pasar factura. Llego a La Hoyaleja II donde pase por la noche, para acometer los últimos once km donde toca la subida al Relojero y tras la bajada llego a Casa Vieja y solo quedan cinco km y como casi siempre nos tienen reservado un regalito pues cuando se divisa Cehegín y crees que vas directo nos suben hacia un último puntal donde se pasa pegado a la cruz de Cehegín. Me dice Gemma que si corremos podemos bajar de las trece horas pues nos queda un km y medio así que apretamos a ritmo de carrera de asfalto como si nos fuera la vida y entramos en meta casi anocheciendo y exultantes de alegría pues hemos conseguido acabar decentemente. Ya en meta me ofrecen las migas de la zona y empanadas que las acompaño como no con unas cervezas. Me pregunta uno de los organizadores que como ha ido la prueba y le contesto que el entorno es precioso y los voluntarios, el balizaje y la organización perfectos pero le hago hincapié en que faltó bocadillos en los avituallamientos y me comenta que lo tendrán en cuenta para siguientes ediciones. Otra experiencia por tierras murcianas donde he disfrutado conociendo sus montañas.

Un saludo

Ramonet