Circular por las sierras de La Foia (14-Abril-2012)

Las sierras que forman La Foia de Castalla son uno de nuestros lugares habituales de entrenamiento. Las hemos recorrido en multitud de ocasiones. A veces hemos podido disfrutarlas cubiertas de nieve o trotar por ellas de noche con luna llena.

Se nos ocurrió que podríamos hacer un trail circular y recorrerlas todas en un día. Empezaríamos a los pies del Maigmó y saldríamos en dirección a Tibi para ascender a la Penya Migjorn. Desde allí nos dirigiríamos a La Carrasqueta cresteándola hasta Els Plans para bajar por La Sarga y por la vía Verde y sus túneles llegar a Alcoy. A la altura del polideportivo iniciaríamos el ascenso a la ermita de Sant Antoni y nos adentraríamos en el parque natural de la Font Roja hasta la cumbre del Menetjador. Desde allí por el Mas de Tetuán y Els Foiadoretes nos encaminaríamos en dirección a Ibi. A la altura del barranco de los Molinos cogeríamos un tramo del GR7 que nos llevaría hasta las afueras de Onil para iniciar el ascenso al Reconco. La última etapa, tras un tramo de transición de Onil a Castalla, empezaría en La Replana, para continuar por el Despenyador. Después el Maigmó y tras él llegaríamos a nuestro punto de partida. El recorrido además pasaría por los siete vértices geodésicos de estas sierras. Sobre el papel algo más de 100 km y unos 4.500-5.000 m de desnivel positivo acumulado.

Lanzamos la convocatoria al equipo Ñ y al grupo UTMB. Algunos iniciaríamos el recorrido, otros sólo lo harían en parte. Al no saber si encontraríamos fuentes por el camino, decidimos salir en régimen de autosuficiencia.

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Recojo a Juanjo, en la gasolinera Xirau nos espera Fran y poco después llega Eduardo. Encendemos los frontales, el GPS e iniciamos la aventura. Esta primera etapa hasta Tibi es desconocida para nosotros. Hay partes del recorrido que no conocemos, sobre todo los tramos de transición entre las distintas sierras y hemos tenido que tirar de Wikiloc para buscar algún trayecto. Descendemos hasta el cauce del río Verde que desemboca en el pantano de Tibi. No lleva mucha agua pero hay que buscar algún sitio para vadearlo. ¡Allí hay unas piedras!, tened cuidado al pasar por si están resbala … ¡chof, chof, …, y chof!. Empezamos bien. El track nos obliga a cruzarlo de nuevo más adelante. Y hasta una tercera vez, siempre con el mismo resultado. Atravesamos Tibi en silencio y tras pasar los depósitos de agua empezamos el ascenso. Hace mucho viento y empieza a clarear. El sol se asoma por el Puig Campana, el amanecer es encarnado y enrojece los nubarrones. En la cumbre las ráfagas son muy fuertes y apenas nos detenemos para hacernos unas fotos.  Avanzamos por la cresta, a veces desequilibrados por las rachas de viento, dejando Xixona a nuestra derecha. La senda es sólo un puñado de hitos así que nos ponemos las piernas buenas. Al llegar al final de la sierra nos detenemos ante el cortado. Vemos a un zorro merodeando alrededor de un puñado de cabras salvajes. Nuestra presencia agita el rebaño y le chafamos el intento de cacería a la raposa.

Ahora tenemos que bajar al barranco de la Cova dels Corrals, el último tramo ayudándonos por una cuerda. Edu baja primero y nos va indicando a Fran y a mi donde ir poniendo los pies. Juanjo ha bajado a pelo por otro sitio que él llama “escalones” y que para nosotros es una pared. Vamos con retraso, tenemos que llegar al puerto de la Carrasqueta donde hemos quedado con José Pablo. Para acortar nos salimos del camino previsto y buscamos uno más directo. Vemos la senda que sube a Penya Redona pero conforme nos acercamos nos encontramos una valla kilométrica, de dos metros, rematada con alambre de espino, no hay manea de evitarla. ¡Vaya decepción!, la primera en la frente ¿Qué hacemos? Decidimos hacer un “tramo neutralizado”: José Pablo que sube en coche de Xixona, nos recoge y así continuaremos el recorrido desde el puerto de La Carrasqueta. Nos despedimos de Fran y Juanjo que dan por bueno el entreno y bajan por sus propios medios a Xixona.

Desde el puerto de La Carrasqueta partimos los tres en dirección a Els Plans, vamos a buen ritmo siguiendo una senda sin complicaciones, a nuestra izquierda vemos el Menejador y la lluvia que viene en forma de cortina. Nos cubrimos como podemos y seguimos nuestra marcheta. Antes de llegar a la cima de Els Plans giramos a la izquierda en dirección a La Sarga. Nuestros obstáculos ahora son vallas de propiedades privadas que tenemos que rodear y un perro atado y aburrido en medio del camino. No nos arriesgamos a darle diversión así que, ¡otro rodeo! Por fin cogemos la vía verde y vamos cruzando los túneles, largos, bien iluminados y transitados por corredores y ciclistas, los dos primeros de cerca de un kilómetro cada uno, el último, más corto, termina en el área del polideportivo donde hemos quedado con Lisardo. Llevamos cerca de 40 km.

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Mientras le esperamos, nos comemos unos bocadillos y reponemos fuerzas. No queremos pararnos mucho pues vamos mojados y el viento hace que se te meta el frío en el cuerpo. Llega Lisardo, nos embuchamos unas empanadillas que nos ofrece su mujer, ¡gracias!,  y cogemos la senda empinada que nos lleva a la ermita de Sant Antoni. Vamos recorriendo toda la ladera por la senda de Clapisses, siempre en ascenso, hasta llegar al Alt de Ginebrar, y ya nos encaminamos hacia lo alto del Menetjador, donde está la caseta forestal y el punto geodésico. Ahora las nubes vienen rápido de la Carrasqueta, el fuerte viento nos obliga a ir inclinados con la cabeza gacha porque la lluvia se te clava en la cara, si abres la boca puedes masticar trocitos de hielo. Foto rápida y para abajo por la pista. Pasamos por la cava Coloma y el Mas de Tetuán, más tarde por Foiadoretes. En el cruce con el Barranc del Molins,  y tras más de 50 km, nos despedimos de  José Pablo y Edu que se dirigen a Ibi. Lisardo y yo decidimos parar unos momentos para comer algo aprovechando que ha dejado de llover. Son las tres de la tarde.

Retomamos la ruta el dirección a Onil, cogemos un tramo de varios kilómetros del GR7. El tiempo está loco, llueve diez minutos y para diez minutos, sale el sol, vuelve a llover, quita chubasquero, pon chubasquero, … Otro cartel de propiedad privada en nuestro track. Esta vez el propietario se ha esmerado para evitar el paso. Sencillamente se ha cargado el camino, con zanjas y piedras de gran tamaño. Rodeamos por donde podemos y llegamos al área recreativa Casa Tápena en las afueras de Onil. Desde allí vemos que en La Replana y Despenyador está cayendo una buena. Le digo a Lisardo que prefiero no seguir, son casi doce horas con mal tiempo y pienso en el MaMuFi en dos semanas. En total han salido algo más de 62 km y unos 2.600 positivos.

Lástima no haberla terminado, aunque de todas maneras ha sido un buen entrenamiento. Decepción por el recorrido. Eso de que “no se le pueden poner puertas al campo” ha dejado de ser verdad, toda la jornada nos encontramos vallas, señales de “prohibido pasar”, “propiedad privada”, piedras, zanjas y un can, guardián de no se sabe qué. El track ni lo publico.

Pepe y Jesús suben a por nosotros y mientras nos tomamos algo calentito en Xirau, vemos como se cubre el Maigmó de nubes.

Rebeldes con causa

A todos nos ha ocurrido alguna vez, y es muy probable que en más de una ocasión. Sin embargo, a pesar de lo sorprendente del suceso, nunca constituye tema de conversación entre familiares, amigos o compañeros de trabajo. Ni siquiera se conoce denuncia alguna al respecto. Pero el hecho es ¿dónde diantre se meten los calcetines que misteriosamente desaparecen después de haberlos echado a lavar, dejando solos a sus pares?.

Se sabe que en cuanto se descubre la ausencia, en el momento de poner la colada a secar, se mira en el tambor de la lavadora por si hubiera quedado en su fondo. Revisión infructuosa. No sólo no está sino que el cilindro rotatorio no presenta ningún resquicio por el que pudiera haberse escabullido la prenda. Lo que se suele hacer a continuación es rastrear el corto trayecto entre la máquina y el cesto de la ropa sucia, quizás se cayó durante su traslado. Comprobación inútil. Por último se ojea minuciosamente el cesto de mimbre, incluso en el reverso de su tapadera, ante la posibilidad de que se hubiera enganchado en alguna de las hebras. Tampoco nada.

Sin más pesquisas que realizar se guarda el calcetín sobreviviente en espera de que en cualquier momento aparezca su pareja. No hay noticias de que esto haya ocurrido jamás.

Ante la evidencia empírica del extraño suceso, se constituyó un grupo multidisciplinar de científicos, en el que había desde físicos nucleares hasta parasicólogos, para investigar sobre el asunto. Lo primero que hicieron fue tratar de dimensionar geográficamente la magnitud del fenómeno y aunque estimaron que su alcance era mundial, detectaron determinados países de Asia y África en que la incidencia era muy baja. También es cierto, como poco después descubrieron, que en esos mismos países no se usan mucho las lavadoras y que sus habitantes suelen andar descalzos todo el día.

Hoy, tres años después del inicio de sus trabajos, el grupo de investigadores ha presentado sus primeras conclusiones, y son estas: los calcetines son seres (no se pronuncian sobre si vivos o en letargo) y como tales con sentimientos. Estos seres son los únicos a los que el sistema condena desde su nacimiento a compartir toda su vida con una misma pareja e idéntica a sí mismo. “Obsérvese que ni siquiera en la especie humana se impone tal exigencia a los hermanos siameses, para los que se buscan intervenciones quirúrgicas que los independicen” dijo el Director del equipo científico, añadiendo que “sólo calcetines con complejo de Narciso pueden sobrellevar la situación al comportarse como si llevaran siempre un espejo al lado”.

Naturalmente, concluyen los investigadores, calcetines sin ese complejo y con marcada personalidad, sienten la frustración de una identidad compartida y de un destino desilusionante y, antes de caer en la depresión, optan por la huída hacia la búsqueda de la diversidad, del conocimiento de otros calcetines más altos o más cortos, de otros colores, de otros dibujos, de otras texturas, …. Los científicos mantienen la teoría de que existe la Gran Ciudad de los Calcetines en la que se refugian todos los que han conseguido desertar de su destino. Ahora trabajan en averiguar la localización de esa gran ciudad y el modo en que consiguen llegar a ella.

La investigación continúa.

Rafael Olivares

VII 10 KM NAUCOTUR “Villa del Campello” (6-Abril-2012)

Magnifico día para salir “escopeteado”, con muchas ganas de probarnos a unos ritmos mas elevados, buena temperatura 14ºC, el día empieza amenazando lluvia.

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Recojo a la familia y llego a El Campello siempre justo de tiempo para recoger el dorsal y calentar un poco.

Primeras caras conocidas Fernando, pero vestido de calle, he venido a daros ánimos nos dice, enseguida me encuentro con Juan Enrique, nos falta por encontrar a Rafa, Juan Carlos y a José Antonio, mucha gente pero enseguida nos encontramos todos e intentamos hacer la foto grupal, imposible … . El resto de los compañeros se dirige a inmortalizar una jornada muy agradable.

Nos dirigimos a la línea de salida y nos agrupamos en función de los tiempos que prevemos podemos hacer, siempre vigilados y animados por Fernando, en un primer grupo Juan Carlos y Juan Enrique, en otro grupo más rezagados José Antonio, Rafa y un servidor.

Sale el sol con fuerza para animar la salida y en dos minutos trazamos la táctica de la carrera con José Antonio, el cual me dice que ya lleva 12km en las piernas, como entreno para el maratón de Madrid, le digo de salir a 5:00 min el km y en el segundo 5.000 m apretamos si hay fuerzas.

Son dos vueltas a un circuito de 5.000 m, salimos como locos a todo lo que dan las piernas, tras unos primeros metros de mucha gente, intentamos coger un ritmo de 4:30-4:40 y lo mantenemos bastante bien (pasamos olímpicamente del plan), van cayendo los km y sin darnos cuenta nos metemos en los segundos 5.000, nos cruzamos con Juan Carlos, Juan Enrique y mas tarde con Rafa, a partir del km 7 se me escapa José Antonio e intento mantener el ritmo hasta la meta que llega sin darme cuenta.

Llegamos a la meta y poco a poco nos reencontramos todos para comentar la jugada, todos contentos y con nuestros objetivos cumplidos, el primero en darnos la bienvenida Fernando y luego nos reencontramos con nuestras familias, hoy en gran número se han acercado al El Campello en un día que al final ha sido espectacular.

Después de la carrera de los mayores han empezado la de los niños, A to trapo ha estado muy bien representado en varias categorías, en fin hay que intentar inculcar hábitos sanos…..

Y esto es todo por hoy, un fuerte abrazo a todos y hasta la próxima carrera.

Enlaces sobre esta prueba

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Juan Carlos VET B 0:37:29 47 12
Juan Enrique VET A 0:39:49 107 22
José Antonio VET A 0:45:30 359 70
Xavi VET B 0:46:13 387 68
Rafa S. VET C 0:53:10 671 50

Circular Sierra el Caballo y Rabosa (6-Abril-2012)

Aún no había salido el sol a las 7.00 hrs y ya estábamos los tres preparándonos para hacer no sabíamos bien cuantos kms. La mañana empezó fresquita y bastante nublada y así cogimos camino hacia la sierra el Caballo, pasando por Buenos aires y aguarios hasta llegar al comienzo de la senda de subida a la cima de la sierra el Caballo, donde nos esperaba una densa niebla que no nos dejaba ver a más de 10 metros de distancia. Juanma nos asustó al principio con una ritmo militar que su GPS le iba dictando sin piedad. Afortunadamente poco después el hombre se impuso a la maquina y no dejó que nos controlara.

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Desde la cima bajamos hacia el cruce de L’Avaiol por sendas y pistas. Desde allí pusimos rumbo a la Casa Castalla donde encontramos restos del Titanic, sí, el Titanic. Allí estaban Edu Di Caprio y su amado desafiando el horizonte desde la proa de lo que parecían los restos del famoso Barco. Inmortalizado el momento seguimos hacia La Agurrama y de allí al Pantanet donde la lluvia y el fuerte viento nos hizo cambiar la ruta que teníamos pensada por la crestería del frare y seguimos por la senda hacia la Casa de la Administración, un bonito barranco donde vimos pozos, antiguas fincas en ruinas y algún que otro nevero.

Desde allí subimos a la ermita de Catí donde repusimos fuerzas con naranjas, barritas y dátiles. Allí cesó la lluvia, empezamos a ver los primeros clareos en el cielo y con ellos nos dirigimos hacia la Forada siguiendo los postes que señalan perfectamente una senda bonita y divertida donde Edu puso en práctica su excelente técnica de bajada, ritmo endiablado que nos llevo a una pista de la cual nos desviaríamos más adelante para coger la senda hacia Rabosa.

Conforme nos acercábamos el olor de las chuletas y gachamigas nos atraía hacia allí, que deliciosos manjares preparaban los paisanos siguiendo la tradición pascual … Supimos resistirnos y, cuando Edu terminó de saludar a conocidos y allegados, seguimos nuestra ruta entre las miradas escrutadoras de los paisanos -¿Que hacen estos tres aquí corriendo entre chuletas y gachamigas?-. Mucho miraron pero no nos ofrecieron avío, que de buena gana nos habríamos ido con una chuleta en la boca cada uno y un trozo de pan en la mano… en fin mejor así, ¡a dieta!

Desde Rabosa subimos hacia Castellarets donde cogimos la senda de bajada al Perrió, pasando por el refugio del Centro Excursionista y dirigiéndonos hacia la Rambla de Puça que nos llevaría directamente al coche. Por fin, cansados y contentos el equipo Ñ alcanzó sus últimos objetivos, la salida había terminado y la incógnita se había descubierto, 30 kms y 4h15min

[Puedes descargar este track en formato GPX y KMZ]

Este es el recorrido y el perfil registrado con un Garmin Forerunner 210. Las marcas aparecen cada cinco kilómetros.
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El perfil está dibujado con el programa Perfils. Haz clic sobre la imagen para ampliarlo.

II Mitja Marató de Muntanya COMPAC Carrícola (1-Abril-2012)

Carrícola es un pueblecito pequeño y coqueto en la ladera norte del Benicadell rodeado de huertos de naranjos, olivos y vides.  Sus pocos más de 90 habitantes valoran su patrimonio y han conseguido añadir algunos atractivos para los amantes de la naturaleza. En los alrededores de la villa se ha creado un espacio de arte donde el trabajo de algunos artistas de la comarca queda expuesto e integrado con el entorno y permite contemplarlo al mismo tiempo que se disfruta de un paseo entre árboles y riachuelos.

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Con el mismo esmero, el Club d’atletisme “El Gatell”  ha organizado una carrera de montaña de la que teníamos muy buenas referencias tras su primera edición del año pasado. Con ello no fue extraño que las 400 plazas de este año se agotaran mucho antes del plazo previsto aunque el precio de la inscripción fuese un poco elevado para este tipo de carreras.

A la entrada del pueblo y aún siendo temprano se acumulan los coches y los voluntarios van dirigiéndolos hacia las zonas de aparcamiento en las afueras que enseguida quedan colapsadas. Se aparca donde se puede, por suerte para algunos la benemérita hace la vista gorda.

En la recogida de dorsales no hay colas aunque la plaza del trinquete está abarrotada de gente, eso de que el chip vaya adherido al dorsal con velcro es un buen invento, estos de mychip saben de que va el asunto. Mucha gente conocida, los previos de la carrera siempre dan para unos momentos de charla alegre y distendida. Se nota que somos veteranos y los nervios de antes de la salida hace tiempo que quedaron atrás, bueno, a veces no, pero aquí estamos de tertulia, incluso algunos toman un café con pastas que ofrece la organización.

Mañana primaveral, sin nubes y calurosa para ser las diez de la mañana. Tomamos la salida 363 corredores, callejeamos un poco para salir enseguida del pueblo y dar una vuelta a su alrededor. Estos primeros kilómetros estiran el pelotón y permiten tomar las primeras sendas estrechas sin los típicos atascos. Vemos algunas de las esculturas del espacio de arte antes de abordar las primeras rampas que nos llevan hasta la torre vigía desde la que se aprecia bien la Vall d’Albaida y al fondo el embalse de Bellús. Hay carteles que marcan cada kilómetro y también carteles que ha puesto la organización en aquellos lugares de interés: un pozo de nieve, una fuente o unas ruinas de un antiguo caserío. Una buena y curiosa forma de dar a conocerlos y que a más de uno hará volver para visitarlos más tranquilamente.

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Muchos avituallamientos bien nutridos y muchos voluntarios en cada uno de ellos, ni el agua ni el isotónico se escatima y se agradece porque a media carrera el sol da de plano. Unos sube-y-bajas por la ladera de la sierra y nos adentramos en su interior. En Fontanars cogemos la senda que lleva a la cumbre, suave pero continuo ascenso hasta el collado, la parte más alta del recorrido, 916 m. Es el km 12 y giramos para ir cerrando el circuito. Vamos alternando sendas con pistas, la última se hace larga, más de dos kilómetros en subida, “falso llano” que dirían algunos, pero la vista no engaña y las piernas tampoco se dejan engañar. En la Font Freda iniciamos un divertido descenso por una senda en zig-zag que nos lleva hasta la meta.

En la zona de llegada nos espera un avituallamento con todos los detalles: bocadillos a elegir, bizcochos, dulces de calabaza asada, bebidas, zumo de sanguinas recién exprimidas, … y una bolsa del corredor bien surtida. Las chicas se llevan además una flor de vidrio soplado. Hay servicio de masajes y duchas.

Al solecito recuperamos fuerzas, charlamos y esperamos a la entrega de trofeos. A los ganadores de cada categoría les esperan unos bonitos trofeos diseñados para el evento.

Estupenda carrera, muy bien organizada, un diez en atención al corredor, antes, durante y después de la carrera. Recomendable al cien por cien. Sólo un par de detalles a mejorar: adelantar el horario de la salida un poco para que el calor no apriete tanto y alguna categoría más de veteranos a ver si algún año pillamos un trofeo de esos tan chulos 😉

[Puedes descargar este track en formato GPX y KMZ]

Este es el recorrido y el perfil registrado con un Garmin Forerunner 210. Las marcas aparecen cada cuatro kilómetros.
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El perfil está dibujado con el programa Perfils. Haz clic sobre la imagen para ampliarlo.