11 km Ciudad de Cartagena (2-Marzo-2014)

Este domingo se celebró la media maratón de Cartagena y conjuntamente también la carrera de 10.5km (la mitad de la media).

A pesar de haber escuchado no muy buenos comentarios sobre esta carrera y su poca repercusión en la ciudad, finalmente decidí participar para formar un juicio propio.

Las razones fueron que este año parecía que iba a contar con mas participación que otras ediciones pasadas, ademas se mejoraría el circuito (un tramo recorrería la calle peatonal céntrica del ayuntamiento que va a parar al puerto) y la organización haría una paella gigante para los corredores y acompañantes por un precio simbólico (1 y 2 euros respectivamente). Además, había quedado con un amigo triatleta de Fuente Alamo al cual desde aquí le mando mis mejores deseos para su pronta recuperación de una lesión. Estas carreras tambien permiten conocer y hacer amistad con gente de otros sitios unidos por la fiesta deportiva.

1891558_605356552872067_1753849290_oUna vez allí y a pesar de una mala organización a la hora de dar dorsales (no había ni imperdibles) pude comprobar que poco a poco esta carrera gana participación y que sigue en la tónica general de todas las medias maratones de la zona, que poco a poco aumentan el número de participantes a pesar de que hay 3 o 4 carreras todos los fines de semana en un radio de 70 km. El precio fue de 11 euros, bastante razonable, teniendo en cuenta que por 12 euros corrías, comías y pasabas la mañana.

En lo deportivo, pues muy contento la verdad, la carrera salió muy rápida para los que participábamos en los 10.5 km y poco a poco fui remontando posiciones hasta coger al grupo que tenía el tercer puesto, ya que los dos primeros eran inalcanzables y uno de ellos marroquí para más ende. En los últimos metros pude arrebatar el tercer puesto a un junior finlandés (igual me dejó por respeto a los mayores, de todos modos nunca lo sabré, ya que me dijo algo recien terminada la prueba, pero de momento no domino el finés).

En la media maratón no hubo participación de marroquíes ni keniatas, pero si de corredores de la zona que hicieron unos tiempos más que aceptables para una prueba de este calado. Había gente conocida, como Alberto Costilla y su sombrilla y una nutrida representación de gente de los Clubs Mandarache y Cartagena que para más de uno de vosotros son conocidos y gente cercana.

En total fuimos unos 1100 corredores (700 para la media y 400 para la carrera corta) así que me puedo dar más que satisfecho por la posición obtenida.

La gente animó y estuvo en la calle ya que el día acompañó y además Cartagena es rica y dueña de un legado que se respira sobre todo cuando pasas cerca de la bahía por donde han entrado, vete tu a saber, cuantas civilizaciones, historias y religiones venidas desde muy lejos por lo que recomiendo ir y pasar el día allí.

Un abrazo y a seguir entrenando
Jorge Rodríguez Alonso

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Jorge R. SEN MASC 0:37:00 3 3

Carrera por Montaña Tavernes de la Valldigna, Liga FEMECV 2014 (2-Marzo-2014)

Tercera y última prueba de la mini liga organizada por la FEMECV, en una nueva y trepidante carrera de montaña que nos llevaba en esta ocasión a la localidad de Tavernes de la Valldigna en Valencia, una vez celebradas las de Alicante y Castellón en la Serra del Coto y Almenara, respectivamente.

Marzo 142Amanecía un día de sol radiante primaveral con ligeras rachas de viento, con cerca de cuatrocientos corredores que nos dábamos cita en el centro del pueblo empezando a calentar, tomar algún café, saludando a amigos y conocidos mientras esperábamos el pistoletazo de salida.

Alli me reuní con Jesús, Pepe y Lisardo de Atotrapo, amigos como Laura y Ferrete de Rojales, compañeros de batalla del Club Trail Villena entre otros, y Emilio y Miguel de Tibi que fueron mis compis de viaje.

Apenas pude preparar la carrera por trabajo y falta de tiempo (lo cual es y será siempre algo muy positivo), y por ello decidí tomármelo con calma y no abusar en exceso de mis fuerzas, que eran las justas para terminar la carrera y poco más.

Salimos del pueblo hacia la parte alta para meternos en sierra y senda, con los consiguientes y esperados tapones que en esta ocasión no me suponían ningún problema. En las subidas me dediqué a caminar sin forzarme, para correr en las bajadas y trotar en los tramos llanos. Así de simple fue mi estrategia.

Hasta el km 13 era casi todo subida, y dosificar era algo vital para poder continuar sin ningún contratiempo.

En el km 10 dejábamos a nuestra izquierda la primera de las tres cruces del Alt de les Creus, en ese PRV-38 que cruzaba parte de la zona que corríamos nosotros en nuestro trayecto.

Segundo avituallamiento, preciosas vistas de la costa de Cullera, Gandía y las montañas de la zona, alguna bonita foto para el recuerdo, y a recorrer la parte alta de les Creus hasta el km 13, donde nos esperaba una bajada pronunciada y técnica made in FEMECV.

20140302_112732_1

En teoría lo más duro ya estaba hecho, aunque aún faltaba superar los diferentes desniveles restantes, parar en los avituallamientos para reponer fuerzas e incluso descansar un poco, y hacer una distancia extra de 1400 m que la federación modificó a última hora y nos regaló tan amablemente (pero que majos son ellos…), y así pues esa última bajada en zig-zag hasta el pueblo con mucha piedra, donde la pesadez de las piernas ya se hacía notar e impedía acelerar lo más mínimo, el calor empezaba a agotar, y la llegada a meta se hacía mucho pero mucho que desear….

Hay veces en las que los números son lo de menos, sabes hasta donde puedes dar, y lo importante es llegar, conocer tu cuerpo y mente, sentirte satisfecho contigo mismo, y acabar más o menos entero… pues cada carrera y cada día son todo un mundo. E insisto de nuevo en la importancia y gran diferencia entre entrenar y prepararte a conciencia para una carrera, o no hacerlo.

Pepe tuvo que abandonar en el km 11 con molestias, y Lisardo y Jesús entraron también a su ritmo, coincidiendo todos en que fue una carrera: ¡dura de cojones!

Mario Bonavista del GR33 Tottrail fue el vencedor absoluto de la competición en categoría masculina, y Silvia Miralles en la categoría femenina, del club Mur i Castell Tuga, tras una liga que ha sido apasionante y muy competitiva.

Por mi parte y tras las tres carreras disputadas, han sido 08:03:24 de tiempo empleado, 66kms recorridos con unos 6600m de desnivel total acumulado, quedando el 85 de la clasificación general y el 31 en mi categoría.

Un gran paso en mi trayectoria personal sin ninguna duda tras adentrarme en el mundo de las medias maratones por montaña en mi segundo año como corredor, y ganando así poquito a poco en experiencia, templanza para saber planear, decidir y también improvisar sobre la marcha y las circunstancias (como en la vida misma), y seguir en definitiva sumando kilómetros para ese running cv personal, que parece nunca deja de crecer y nos llevará sencillamente hacia adonde nosotros queramos ir.

Como me dijo un amigo hace algún tiempo, la vida es un gran regalo y por eso lo llaman presente.

Gracias a todos por permanecer en sintonía, seguimos compartiendo y disfrutando distancias juntos, nos vemos en la próxima!

Abel


Del blog de Abel “Diario de un corredor invisible

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Abel ABS-M 3:05:36 187
Lisardo MASTER-M 3:55:23 313 18
Jesús MASTER-M 4:03:22 327 21

[Puedes descargar este track en formato GPX y KMZ]

Este es el recorrido y el perfil registrado con un Garmin. Las marcas aparecen cada 3 kilómetros.

El perfil está dibujado con el programa Perfils. Haz clic sobre la imagen para ampliarlo.

XXX Maratón de Sevilla (23-Febrero-2014)

Conseguido, he pasado el trago, el sorbo no porque es más corto, y a la vez, las dos cosas bueno y malo, de estrenarme en una maratón. Esta crónica es difícil de explicar, ya que hay muchas circunstancias que me acontecieron en todo el tiempo que estuve “avanzando hacia delante”. Me pareció una carrera maravillosa, el ambiente, como estaba organizada, y sobre todo el recorrido y la disposición de la ciudad de Sevilla. Y concretamente, el apoyo y acompañamiento de la gente, imprescindible para tirar para al frente, coger ánimo, sobre todo al final, los últimos kilómetros.

IMG_0948Ya veía, desde el viernes que llegué, con mis compañeros, Familia Rato, Manolo, Nacho y Borja, que mejor que éstos para mi estreno en estas lindes, lo largo que iba a ser, por que tela lo que andamos, y los rincones donde estuvimos, preciosos por otra parte para conocer esta ciudad.

Adelantándome al sol, con el estimable gran apoyo de mi escudero en Sevilla, mi hermano Enrique. Me dirigí al Estadio Olímpico, dónde habíamos quedado la familia de A To Trapo pero que debido a los tiempos de preparación, objetivos y demás y a la masa ingente de personas existentes, unos dejando ropa, otros tarde por la espera en los aseos, estiramientos, últimos de detalles (vaselina más de lo habitual)… no nos pudimos encontrar.

Me dirigí, al cajón marrón, y aunque a pesar del gentío, en seguida pude correr cómodo, sin aprietos de los demás corredores. A mi parecer, y por mi falta de experiencia, demasiado, quizás con un ritmo alto. En el maratón te aconsejan empezar con prudencia, regular tus fuerzas, y yo creo que hice todo lo contrario, sobre todo por la alegría de estar corriendo la carrera que había preparado, y que por fin estaba aquí.

Los primeros kilómetros, cayeron sin darme cuenta, sin antes descargar por necesidades fisiológicas algo de peso, aunque después me di cuenta que era algo normal, por lo que observé.

Con las distintas referencias que había estudiado de hacer la maratón en cuatro horas y 15 minutos, empecé casi mejor de lo esperado. Pasé por la zona del río, y por la mítica puerta del Príncipe, pensando que esa mañana se tendría que abrir para mí (iba a completar mi primera maratón de mi vida) casi en el centro de la ciudad y donde no pudo ser (me encontraría con Manolo, acompañamiento que hubiera sido excepcional, por su experiencia, consejos y llevarme casi en brazos hacia el km 30) ya vi que esto no iba a poder ser, que me encontraría solo. Iba pasando, calles, avenidas, adoquines, la avenida donde está la Giralda, fantástica ya que en cada una de éstas me servían como referencia para dar un poco mas de mí, ya que mis fuerzas muy pronto me abandonarían. Es en la mitad de la carrera, la media maratón, y es donde ya se me notaron los primeros síntomas de desgaste. Después empiezan a hacerse más duros los kilómetros; rápidos parecían que ya no pasaban los kilómetros, ahora parecen no tener fin. El famoso MURO, el penúltimo tramo de la carrera es lo que tiene y me decía todo el mundo, la barrera física y mental que, si existe no es una leyenda, sobre todo porque a partir del kilómetro 35 empiezan a verse muchos corredores andando, atendidos por los servicios sanitarios, y otros en condiciones no muy agradables…

IMG_0976

Entré en una parte de la carrera no muy agradable pero que había que sobreponerse y seguir, estábamos aquí para esto, y no quería que me lo contase nadie quería vivirlo y sentirlo.

Increíble, Nacho que volvía, su tiempo y ritmo espectacular, como no con el premio de una cerveza en la mano, eso siempre, sus ánimos como siempre y consejos en dos minutos, y con la crónica de los otros compañeros. Es a partir del kilómetro 39, y con la suerte de poner tu nombre en el dorsal, como la gente que anima, te ayuda a situarte en la ciudad y a pensar que te queda poco.

Es a partir del kilómetro 41, con un ambiente realmente espectacular, como la gente te anima y te grita lo que estas haciendo, ya que con la reserva a mínimos, bueno nulos, no era consciente de todo esto.

La entrada, de la oscuridad de la sombra del estadio a la luz del sol tan maravilloso, me resulta complicado de poder explicar, todos los sentimientos, pensamientos, sensaciones…tocaba el tartán, no podía parar, tenía que seguir corriendo, 400 metros, una vuelta completa, que era eso después de 42 Km, ¿un mundo?, todos esos metros mis brazos no pararon de estar levantados

Creo que, con el pensamiento de lo conseguido, y con la “chapa” que en estos días voy a dar a todo el mundo, familia, amigos, conocidos, incluso a la mujer que esta mañana estaba en la cola de la panadería esperando a comprar los bollos para sus hijos/as, y que me decía que eso era mucho ¿no?, es como ir a la Roda y más allá.

Supongo que me quedaré con todo lo vivido, y con “mas allá”, hasta la próxima de hacerlo mejor, bueno en tiempos por que mejor ya lo he hecho.

En cuanto al resto de componentes de A To Trapo, mencionar a la incombustible Pili que anotó “otro” más en su haber, esta vez haciendo de liebre, lo que es siempre de agradecer para el que le sigue… Carlos que se estrenó igualmente en este kilometraje y aguantó gran parte del recorrido al lado de nacho, para terminar con un tiempazo en sus primeros 42.195. Asimismo, aparición estelar de Diego Rivas que aparece en todas las carreras interesantes por territorio andaluz representándonos como es debido

Postdata: Mis agradecimientos, como siempre a esos compañeros, Los Rato, esta vez al completo.

Y así lo vio Nacho en memorias garcia rato

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Nacho VM-35 3:05:38 870 262
Carlos VM-35 3:17:54 1720 486
Diego VM-50 3:24:27 2250 120
Pili VF-45 3:35:15 3322 17
Santi VM-45 5:00:02 7778 1821

Sueños

Había salido siguiendo el vuelo de un pájaro no identificado pero de tamaño mayor que el de un gorrión, incluso que el de un mirlo y hasta que el de una urraca, bastante frecuentes ahora por esta zona próxima al mar. Atravesando huertas, unas cultivadas, otras abandonadas y con abundancia de hierbas silvestres, llegué hasta una hilera de árboles en el costón de una acequia sin agua. Allí vi que se había cobijado el pájaro. En la cruz de una morera así como a algo más de dos metros de altura. Veía asomar trozos de paja y barro. Me hizo pensar que se trataba del nido. Sin hacer ruido cogí una rama de las que había por el suelo, seguramente desde la poda anterior, y tanteé con ella sobre la cruz del árbol. De inmediato el aleteo de un pájaro volando, se trataba de un búho, ahora sí lo había visto de cerca. Segundos después lo siguió otro pájaro de vuelo más lento y corto. Lo seguí con la vista y aterrizó unos metros más adelante. Parecía de más envergadura. Cuando quise acercarme vi cómo con un movimiento de las alas ponía en el suelo a un polluelo que llevaba sobre sus espaldas. Y lo hostigaba picándole en la cola para que se alejara. Fue como empujándolo varios metros hasta que la cría emprendió el vuelo, seguida, supuse que por la madre. Se perdieron en la tarde, ya oscureciendo. Yo regresé junto al árbol y, encaramándome sigiloso, vi que aún quedaba algún polluelo. No lejos de los árboles había una vieja construcción, de las que abundan en la huerta, donde los agricultores suelen tener algunos animales, a veces, caballerías y utensilios de labranza, algún cerdo, gallinas, conejos y también alguna cabra. Como ya oscurecía y el vuelo del pájaro me había alejado bastante de casa pensé pasar la noche bajo aquel cobertizo, donde siempre suele haber paja para alimento y cama de los animales. No sería la primera vez que iba a dormir en esas condiciones. Ya lo había hecho en la infancia, con alguno de mis tíos, y mi padre me contaba que los chicos varones de su casa, que eran nueve, todos dormían en la cuadra. Y también recordaba aquel viaje por el camino de Santiago, en el paso de Cebreiro, donde hubimos de empujar la puerta de una palloza abandonada para pasar allí la noche, rodeados de paja, cartones y plásticos. No solo no me inquietaba sino que me ilusionaba volver otra vez a repetir esa experiencia de los hombres primitivos. Dormir junto a los animales, sin zapatillas ni sábanas ni almohadas. Me acomodé como pude apoyando la cabeza en un saco de pienso y, mirando las estrellas por el hueco de las tejas y las ramas, me dormí profundamente.

– ¡Qué hace Vd. aquí si se puede saber!

– ¡Eh! ¿Cómo? ¿Qué dice Vd.? Mire, perdone, se me hizo tarde por estos lugares y he pasado la noche aquí. Espero que no le moleste.

– ¡Hombre, con todas las cosas que están pasando!, ¿qué quiere Vd. que le diga?

– Mire, vine siguiendo a un pájaro, se me hizo muy tarde y pensé que no hacía ningún daño quedándome a dormir sobre la paja; además quería marcharme muy temprano antes de que pudiera venir nadie, pero he dormido tan plácidamente, que me ha sorprendido Vd.

Era un campesino bastante más joven que yo. Pasados unos minutos bajaron del coche una señora, también bastante joven y dos niños de entre 6 y 9 años.

– Ahí, en esa morera, vi el nido de los búhos, le dije.

– ¡Que nos lo enseñe, papá! Gritaron los niños al unísono.

El campesino, que no me quitaba ojo de encima, ya más condescendiente, me preguntó si quería enseñarles el nido a los niños. Yo cogí al más pequeño en brazos y lo subí hasta por encima de mi cabeza diciéndole que se asomara en silencio.

– ¡Hay varios pajaritos!

No pudo contener la emoción. A continuación levanté a su hermano. La mujer, silenciosa y sonriente, contemplaba la escena. Me marché con protestas de los niños y, con el paso de los años, nos hemos seguido viendo de tiempo en tiempo junto a la morera con el nido de los búhos.

José Luis Simón Cámara. San Juan, 23 de enero de 2014