1er. GRAN FONDO JAÉN “PARAISO INTERIOR”.

Carl Lewis lo hubiera hecho así.

Úbeda y Baeza son dos sitios patrimonio de la humanidad excepción del renacimiento en España que muestra su máximo esplendor fuera de su escenario más habitual, dos cajitas de bombones de fino ornamento.

El año pasado inició su andadura de la mano de ambas ciudades, al alimón como su destino siempre inseparables, una prueba de ciclismo con grandes aspiraciones y sin complejos, de ahí el nombre con que fue bautizada; “Clásica Jaén paraíso interior”, como reza el eslogan de la diputación provincial. A semejanza de otra que nació ya casi grande, la “Strade bianche” que discurre por tierras de la Toscana en la que Siena acoge la meta. Lo mismo que en la clásica española su belleza igual que su dureza estriba en las colinas rompepiernas, el constante subir y bajar que no da tregua al aliento y te castiga como un martillo pilón. En la provincia de Jaén no hay Toscana pero sí la comarca de la loma, un mar de olivos. La Yedra, Sabiote, Rus, Canena, Úbeda, Baeza, patrimonio histórico y olivarero, blasones, balcones en esquina y bóvedas vaídas, eso es renacimiento, eso son cerros, los de Úbeda y eso son caminos o sterrato como dice la jerga ciclista.

En su primer año la clásica de Jaén dejó un buen sabor de boca – y polvo en las gargantas – del pelotón internacional, su debut resultó a lo grande con lo más granado del ciclismo mundial y los mejores invitados. Las condiciones así solo podían augurar un éxito rotundo. Para este año, la organización decidió pasar del envite directamente al órdago a grandes y de este modo la jugada todavía ha sido más generosa en cantidad y calidad, prueba de ello ha sido la presencia y a la sazón victoria del dos veces ganador del Tour de Francia Tadej Pojacar. La clásica apuesta fuerte y si su hermana italiana en su corta historia ya aspira a ser declarada monumento – como se llama a las más grandes – a la “Jaén paraíso interior” monumentos no le faltan.

Otro detalle del brillante arranque de esta clásica es la diversificación, es decir, ampliar el espectro más allá de lo que se ve en la televisión, para eso en esta segunda edición se ha lanzado la versión “Gran fondo” que se celebró el día previo para ciclistas populares, en el mismo escenario, pero con un recorrido más ajustado.

Una gran fondo es una carrera de un día. Una gran fondo con “sterrato” es una carrera de un día donde se circula alternando asfalto y “sectores” de tierra, estos tramos son de terreno compactado, aunque a veces no tanto y hacen que la bicicleta recomendada a utilizar sea la tradicional de carretera con la única diferencia de la presión del neumático que dependiendo del riesgo de pinchazo que se quiera asumir será menor o mayor. Si pinchas estás fuera de carrera, a menos presión más riesgo pero más agarre, ahí está la gracia, es como una ruleta rusa.

Primer sector de sterrato: Carl Lewis era corredor.

Carl Lewis era un corredor rápido, muy rápido.

La salida del Gran fondo fue fresca, con apenas 2º de temperatura y como ya he podido experimentar en otras pruebas de ciclismo, la gente sale como si no hubiera un mañana, rápido, mucho. Al principio cuesta coger el ritmo y circular a gran velocidad entre decenas de bicicletas. Algo así impresiona, máxime cuando te sientes fuera de tu medio natural. En seguida entramos en el primer tramo de tierra que nos sirve como toma de contacto y no resulta ser demasiado duro, en tiempo, dentro de los cortes y experimentando con la superficie hasta la vuelta del asfalto.

Segundo sector de sterrato: Carl Lewis era muy duro.

Carl Lewis no se achicaba ante nadie, no temía a las adversidades y era un competidor imbatible.

El segundo tramo no era el más largo, pero sí el más duro. La organización con idea de allanar el terreno había extendido superficies de gravilla que te hacían bailar sobre la flaca como el rabo de una lagartija recién cortado. En la parte final del segmento se entra en Úbeda por la puerta de Granada, desde donde Antonio Muñoz Molina de incógnito mira a Mágina. Según se acercaba este momento me venían a la cabeza las imágenes del año pasado de Alexéi Lutsenko retorciéndose sobre su bicicleta subiendo la rampa del 18 % en que no puedes plantarte hasta los últimos 20 metros de cemento porque pierdes todo el agarre, todo es cuestión de piernas y concentración, duro, muy duro.

Tras esto, pavés, adoquines y cantos rodados pegados al suelo, el traqueteo es tal que pareces sentir como los ojos se mueven solos como los de una muñeca Nancy y cómo casi se te saltan los empastes.

Tercer sector de sterrato: Carl Lewis era corredor de velocidad pero no tanto. Todo el mundo cree que Carl Lewis era un gran corredor de 100 metros, pero un verdadero aficionado sabe que lo era mejor en 200 m.

El tercer tramo de sterrato vino tras un llaneo, una serie de pequeñas subidas y bajadas y un descenso a casi 75 km./h. Era el más largo y el más pesado, no por su dureza sino por la longitud, unos 20 km. de tierra entre olivos en un constante subir y bajar.

Cuarto sector de sterrato: Carl Lewis es el mejor saltador de longitud de la historia. Si fue bueno en 100 m. y mejor en 200 m. no hay quien pueda igualarlo en el salto horizontal. En la final de Tokio 91, donde Powell batió el récord del mundo con 8.95, Lewis saltó 8.91 (que superaba también el récord de Beamon), 8.87, 8.84, 8.83, 8.68 y un nulo muy largo, nadie ha hecho jamás un concurso así. Lo de Powell puede decirse que fue un golpe de suerte.

En el tramo que se iniciaba el firme era el peor de todos, corto, pero intenso, de firme irregular y bacheado, un saltar constante sobre la bicicleta que a estas alturas era justo lo que necesitaban las posaderas.

Quinto sector de sterrato: Carl Lewis lo hubiera hecho así.

Carl Lewis no tenía una salida de tacos especialmente buena, pero sabía suplir esa carencia con una segunda parte de la carrera donde no tenía rival. Sabía que su éxito residía en la velocidad resistencia, o lo que es lo mismo, resistir cuando sus rivales entraban en reserva.

A estas alturas yo iba tan tocado y tan justo de tiempo que al pasar por el avituallamiento decidí no parar, así me aseguraba el dejar atrás a una docena de ciclistas que allí estaban parados, pensé que si hasta ahí había llegado a base de agua y nada más, así me iba a conformar, el quinto sector resultó ser fácil, el firme estaba mejor y no me costó.

Sexto sector y último: Carl Lewis era el hijo del viento.

Llegando a Ibros, tras una carretera en constante ascenso, empezó a soplar el viento, el cual me acompañó hasta la meta, viento y polvo, como el que levantaba el de Alabama cada vez que caía tras su elegantísimo “tres y medio”. Tocado ya, cansadísimo y mirando de vez en cuando atrás buscando el coche escoba que no llegó, compartiendo ruta con los profesionales que pasaban como balas a mi lado mientras reconocían el terreno para el día siguiente. Resultó ser una sensación increíble.

Final en Baeza.

No sé si puede haber un escenario más bonito. A estas alturas ya no me importaba el traqueteo del suelo antiquísimo. Esta ha sido sin duda una de las mejores experiencias que he sentido haciendo deporte, mi familia conmigo, el contacto directo con los mejores ciclistas del mundo que te animan cuando durante unos instantes comparten su aliento contigo subiendo aquella loma.

Carl Lewis no era corredor de fondo ni ciclista, era un señor que nos hizo pasar buenos momentos, buenos ratos y no os equivoquéis, de eso se trata amigos míos.

Julián Moya, 12 de febrero de 2023.

Y este 12 de febrero del 2023, sumamos 186 entre los tres JJR

Seguimos sumando años, trotando y soñando, cada uno con su objetivo, cadencia y singularidad. Este año sumamos 186 entre los tres: Roberto, Juanma y Jesús, de menor a mayor, nuevamente lo celebramos e invitamos al grupo, acude como siempre quien quiere y puede, siempre nos complace compartir esos momentos con los compañeros de A TO TRAPO. Roberto se nos va a Lisboa para acompañar a su MariPaz en la Media Maratón, Juanma a su Maratón pendiente de Tokio y en mi caso, por no ser menos, espero acudir este año a la Ruta de las Fortalezas, así que más que satisfechos nos damos por dichos regalos, así como los que nos entregan los compañeros de ATT en manos de Martina.

GRACIAS y quedamos emplazados para el 12 de febrero del 2024, fecha en la que sumaremos 189. Desde YA, quedáis invitados 😊

Roberto, Juanma y Jesús

MARATÓN DE MURCIA 2023

Y llegó el día de mi maratón n°12.
El día de que no hiciera viento, que no pisara una botella, de no tener que salirme al baño, y de no más lloros. Tenía muy claro cuál era la estrategia y todo salió perfecto. Nada de muros, nada de venirse abajo, fue disfrutar de la carrera los 42 km 195 m y esa sensación me hace pensar que aún hay margen de mejora!! Como siempre contando con el apoyo de mis chicas que vienen a verme, no hay mejores animadoras! Os quiero! Y ahora a pensar donde vamos ahora???

Tiempo 2h 58m

Tomas

Enlace Clasificación: https://www.maratonmurcia.com/sites/default/files/archivos/CLASIFICACION%20MARATON-06022023822.pdf

Integral Sierra de Albatera, 35k marcha. 5 Febrero 2023

Ayer el día empezó con el despertador a las cuatro de la mañana, a las cinco nos íbamos camino de Albatera Juanfran Pérez y Raquel Espuch Garcia. Llegamos al Pabellón Deportivo Municipal “Santiago Sanz”, donde nos esperaban Pedro Martinez Serna, Rafael Romero Jaén y Piedad Martínez para comenzar otro entrenamiento bueno, para los 100 km que se nos avecinan a este grupo el 25 de febrero.

No éramos muchos los inscritos y a las 6.30 de la morning comenzamos a caminar, acompañados por gente de la organización. Pronto salió el sol y el frío se fue con la luna. La ruta en sí, no voy a decir que fue fácil, tuvo momentos complicados que no difíciles. La primera subida al Monte Alto (que creo son unos 600 metros de altura) no estuvo mal, pero la segunda con casi 20 km en las patas, al Monte Picacho, también conocido como Pico de San Cayetano, con sus 816 metros de altura (segundo punto más alto de la Sierra de Crevillente), fue de esas subidas que vas cogiendo aire para ver el final 🤪. Pero lo bueno venía después, la bajada, una pedrera que para mí fue como una pista de patinaje. Me reía por no ponerme a llorar (y mi rodilla rezaba todo lo que se sabía, para que aguantar hasta el final). Culo a tierra más de una vez, mi consuelo, era ver que no era la única que de vez en cuando iba de culo directa 😂😂😂, en fin, esas bajadas que les voy a coger hasta cariño. 💟

Llegamos así al último avituallamiento, para coger fuerzas, nos quedaban 6 km para la meta. Estos trascurrieron por una zona que le llaman la Rambla, un camino lleno de piedras con su pequeño riachuelo, para terminar de nuevo en el asfalto que nos devolvió a la meta en el Polideportivo.

Un recibimiento diez, un trofeo de lo más original, una escoba, algo muy emblemático en este pueblo. Nos esperaba una mesa enorme para hacernos una rica ensalada, un buen plato de paella (que está muy rica) y unos quintos de cerveza bien fríos. vamos un broche final de DIEZ.

¡¡Agradecida al Club de deportes de montaña y escalada de Albatera, por la calidad humana de todo el personal y por toda su organización!!

Tenemos una provincia tan desconocida, como bonita, ¡¡y la ruta de ayer es PRECIOSA!!

Aranzazu Garcia Espinosa, La Bellea.


Enlaces : https://albateraactualidad.es/llega-la-primera-marcha-senderista-integral-sierra-de-albatera-de-35-km/

(Cosas tan sencillas)…y tan complicadas!

Porque si me pongo a hablar de otros asuntos, de lo que pasa por la calle, por ejemplo, o de lo que se habla en las tertulias de la radio, de la televisión, incluso de esas conversaciones discontinuas, informales que se escuchan en los bares donde un parroquiano dice desde una punta de la barra “A esos los metía yo en verea” y otro desde la otra punta le responde “Querrás decir en cintura, pero a estas alturas eso ya no es posible”, todo esto como si no hablaran entre ellos, pero dejando su sentencia ahí, bien clara, como un Aristóteles o un Sócrates cualquiera que se deja por un momento su clase de filosofía para echar un “vale”1 y tomarse un cafetito en el bar de la esquina.
Por no ponernos a hablar de los políticos. ¿Qué dirían, por cierto, de nuestros políticos, aquellos personajes de la antigüedad citados, 2.500 años después de que escribieran los primeros tratados sobre la política, cuyo origen viene, ya sabéis, de “polis”, “ciudad” y “político”, el que se ocupa de la ciudad y de los ciudadanos?
¿Quién lo diría cuando, con contadas excepciones, vemos el desprestigio de que, la mayoría de las veces con razón, disfrutan los que se dedican a ese, en teoría, digno arte de gestionar los intereses de los ciudadanos? Cuando vemos una y otra vez cómo incumplen compromisos, cómo abandonan programas, cómo rompen acuerdos, cómo abusan del poder, cómo, incapaces de reconocer errores, actitud propia de sabios y prudentes, se empecinan orgullosos en mantenerlos aun a costa del bien común que tanto reivindican.
Porque no vayáis a pensar, volviendo al cafelito, que aquellos filósofos, aquellos antiguos amantes de la sabiduría, se pasaban la vida solo dándole vueltas a la cabeza, ni mucho menos, también, para eso eran filósofos, se juntaban un rato con sus amigos, paseaban, como Horacio, entre la engañosa multitud, echaban de vez en cuando alguna cana al aire, divertían su vista contemplando las caderas de aquella hermosa joven o empinaban el codo, si hacía falta, y eso siempre hacía falta. No, no solo lo hacía Epicuro, él es el que crio la fama y se echó a dormir en el huerto donde plantaba los rábanos y los tomates. En este mundo que rodea el Mediterráneo y todavía más allá, en realidad por todas partes, la gente, incluso aquellos que se consideran a sí mismos incultos porque no han ido a la Universidad o porque apenas saben leer o simplemente porque no leen aunque sepan, saben diferenciar entre lo que se piensa y lo que se hace, entre la teoría y la práctica, no siempre coincidentes, pero tampoco contrapuestas siempre.
Imposible no recordar a mi ya desaparecido amigo “El Chalao” cuando aquella mañana junto a la carretera me recogió en su destartalada camioneta, como recogieron a Elías en el carro de fuego, y fuimos al monte de caza, lo de caza es un decir porque escopeta en bandolera solo disparábamos palabras mientras liebres y perdices campaban a sus anchas entre la maleza. Él trataba de convencerme, tropezando con piedras y sorteando matorrales, de su incultura porque apenas leía nada.
–Eres hábil, le respondía yo, en el manejo del hacha para cortar las ramas de los árboles y echárselas como pasto al ganado que pasturas. Conoces el vuelo y el rumbo de las águilas y como ellas acechan buscando comida para sus polluelos así tú has ido por esos mundos en busca del pan de tus hijos.
–Eso es verdad, pero no quita…
–Apenas has leído nada en los libros, le interrumpía, pero has sabido leer la realidad, observar el comportamiento de la gente, las lecciones de la naturaleza, sus ciclos. ¿Qué sino eso es lo que hacen los escritores para plasmarlo en sus libros? Tú lo lees directamente en todo lo que te rodea. No me digas más que eres inculto. ¿Acaso era la gente inculta hasta que se escribió el primer libro? ¿Y fueron capaces de inventar algo tan difícil como la palabra primero y luego de encontrar los símbolos para ponerla por escrito? ¿Eran acaso incultas aquellas gentes?
Sin disparar apenas la escopeta y conversando sobre estos y otros temas nos sentamos sobre unas piedras y devoramos unos trozos de bacalao con un tomate cada uno y algún trozo de pan, un rato antes de regresar con las alforjas vacías en busca de la camioneta que habíamos dejado al final de la serpenteante vereda que nos acercó hasta la falda de la montaña. El sol se alejaba enrojeciendo las elevadas cumbres de Sierra Espuña.

Difícil tarea la de los humanos, siempre oscilando entre lo sencillo y lo complejo.

También escrito en El Siscar, junto a la vieja estufa. 21 de enero de 2023.
José Luis Simón Cámara.