Hamburgo 2025

Para terminar un Ironman se tiene que dar todo muy bien. Siempre decimos que lo primero es llegar a la línea de salida y esta vez el destino parece que no quería.

Quedarme sin transporte de bici 3 semanas antes, no estaba en mis planes. Pasar 24 horas sin dormir dos días antes de una prueba así no estaba en mis planes. A veces las cosas vienen como vienen y hay que adaptarse a las circunstancias. Problema -> Solución y siempre una actitud positiva.

Además… la noche anterior, la organización nos dijo que estuviéramos atentos a las redes sociales porque la climatología era muy adversa. Así que me fui a dormir intranquilo. Al levantarme a las 4:00 de la mañana, nos avisaron de que la salida se retrasaba. Yo miraba por la ventana de nuestro hotel y veía los rayos y escuchaba los truenos, con una lluvia intensa que me hacía temer lo peor. Estaba seguro de que nos suspendieran el Ironman, pero eso es porque todavía no conocía el clima cambiante de Hamburgo. Cada media hora estamos en una estación diferente. Finalmente la salida se retrasa 1h y todo sigue en pie.

En la salida junto a Luis y José Escudero nos preparamos para lo que llevamos entrenando 9 meses. Me lanzo al agua e intento controlar esa ansiedad inicial del segmento de natación. Noto que algo no va bien, los primeros 2.000m no me encuentro cómodo. Se me hacen eternos. Me quitan las gafas de una patada, me pasan por encima un par de veces, me dejan sin respiración… pero de repente empezamos los 1800 finales y parece que la ansiedad desaparece y disfruto un poco del agua. Al salir miro el reloj y mis temores se confirman. Muy mal segmento de natación, 10min más que en Vitoria. No le encuentro mucha explicación, pero da igual. Toca seguir luchando y olvidarse del Ironman perfecto planificado.

La transición es como un 5k! Larguísima. La hago lo más rápido posible y me monto en la bici, me acoplo y empiezo con el segmento de ciclismo, el más largo y más metódico. Me centro en controlar vatios, frecuencia cardiaca y alimentación. Teniendo claro que si te pasas te lo pierdes. En la primera vuelta veo a los mejores supporters animando: Miguel, José y Silvia. Al final 180km a 32 km/h incluyendo una penalización de 3 minutos por un supuesto drafting a 5km de meta.

Otra vez la transición, y cambio de zapatillas. ¡Qué ganas tenía de correr! Empiezo mentalizado de no hacer un Vitoria, salgo intentando controlar mucho el ritmo. Entre árboles y edificios el reloj va loco y no me ayuda. Solo sé el ritmo que llevo al acabar cada km. Primero, 5:10, mierda, tengo que ir más lento, a 5:30 aprox. Me vuelvo a obligar a bajar el ritmo, pero me encuentro tan bien que es difícil. A los 3km empieza a llover, pero no llover normal, parece que se ha abierto una presa y el agua y el viento nos arrastra. Me da lo mismo, nada va a desconcertarme de hacer una maratón non stop running. La maratón son 4 vueltas a un circuito. Y sobre el km 10 veo a mi equipo Ana y Dani, y a los supporters Miguel, Silvia y José. Los primeros 10km muy muy fáciles. Se me hace larga la vuelta porque me auto motivo esperando ver mis amigos y eso pasa cada hora más o menos. Paso la segunda vuelta bien, pero sin alardes. La tercera ya se nota el cansancio y toca sufrir, quizá es la más dura, porque ya estoy muy cansado y sé que todavía queda una vuelta más. Y por fin la última vuelta, ya muy muy cansado, con ganas de andar, pero me acuerdo de Fede y digo que ni de coña doy un solo paso.

En meta oigo a Silvia, ¡no llores David! ¡No llores! En este Ironman ya es demasiado tarde. Para el próximo entraré con una sonrisa, en este ya no es posible.

Entrenar un Ironman es muy solitario, pero a su vez es un trabajo de equipo. Un equipo muy grande que ha venido conmigo de una u otra forma y me gustaría mencionar.

En primer lugar el responsable de mi “buen” rendimiento es Adrián Peris, mi entrenador. El que le da sentido al entrenamiento de cada día, en el que delego la responsabilidad de aprovechar al máximo el tiempo del que dispongo para mejorar año a año. Profesional, que no me deja despistarme, y que se guarda mis errores para soltarlos en el mejor momento.

En segundo lugar, este año se ha unido al equipo Leticia Bravo, mi Nutricionista, que ha cambiado y dado sentido a mi forma de comer, ha hecho que me quite vicios innecesarios, y me ha ayudado con la suplementación.

A mis compañeros de aventura los hermanos Escudero, con lo que no solo compartí la prueba, sino un viaje, una noche en un suelo del aeropuerto, entrenamientos, risas y complicidad.

A María Torres y al KULT Bar, que se ha ocupado de alimentarme sanamente semana a semana, con esa nutrición saludable.

David Molina, con el que he compartido series en las pistas y con el que ya planifico nuevos retos, si se deja. Gracias por mantener el contacto y darle sentido a muchas cosas.

Jo Trott, finisher of the Hamburg Ironman, with whom I have spent many hours on the bike and also improved my English. Sin su amabilidad mi bici no hubiera llegado a Hamburgo. Enhorabuena ironwoman!

Cuchi, Rodri y Ana, los fisios que me han atendido con mis pequeñas sobrecargas y me han hecho llegar en perfectas condiciones.

Pablo, mi mecánico, que me ha enseñado a montar y desmontar la bici, a meterla en una caja, y la ha cuidado como si fuera la suya. Además de prestarme otras cosas necesarias y darme mucho power!

A Elisa, my Sunday Friend, que siempre ha estado dispuesta a poner su granito de arena para que yo llegara con kilómetros en llano suficientes a Hamburgo. Siempre con una sonrisa y con fuerzas al final de la etapa suficientes como para obligarme a no decaer. Como odio tus arreones en las subidas en el km 140!

A Juanmi, que él no, pero sí su sillín, fue un apoyo imprescindible para la prueba.

A Javi Embid, por ese último entrenamiento en bici, que tanta seguridad me ha dado para Hamburgo.

A Silvia, Miguel y José, por su esfuerzo, generosidad y apoyo. Por sus ánimos, risas y compañía. Por ese vídeo de meta y esos gritos, los de Silvia, que dan para correr más kilómetros y ese VA-MOS, pausado y sereno de Miguel, VAS-BIEN. Por la acogida en su pequeña gran familia.

A Dani y Ana que recogieron lo que quedaba en meta de mí, abrigaron y ayudaron y con los que he pasado una semana estupenda de vacaciones.

A mis amigos del trail, los que dicen que este deporte no está a la altura del suyo, pero que sé que me quieren, me admiran y en el fondo quieren ser como yo, un deportista versátil no estancando en dar saltitos sobre piedras.

A todos esos amigos, que me han llamado o mandado un mensaje para animarme o darme la enhorabuena. Incluso gente lejana que te aprecia y en cierto modo admira estos retos a los que me expongo.

A mis padres, que presumen de hijo por ahí, y que esperan con paciencia esa llamada en meta, de “estoy bien”.

A mis hijos, que se enfrentan a sus competiciones con la misma madurez y miedos que su padre. A los que admiro por cómo lo hacen a su temprana y en los que pienso cuando me faltan las fuerzas. A los que trato de servir de ejemplo. Todo esfuerzo tiene su recompensa, sea la que sea, y aprendes a disfrutar del camino, sin prisa, con paciencia y constancia. Sin atajos, con trabajo duro, positivismo y disciplina.

Y por supuesto a Belén, sin la que esto no sería posible, y que casi comprende lo que hago. Apoyo imprescindible en el día a día.

Gracias equipo, porque todos y cada uno de vosotros habéis hecho que esto sea posible, poniendo un granito de arena.

Maratón de Roma de 2025

Como preparación para mi segundo Ironman, que será el 1 de junio en Hamburgo, decidí correr la Maratón de Roma. Me junté con el Arena Running Team, ya que estoy entrenando con ellos de vez en cuando y varios también van a hacer el mismo Ironman.

Roma no es una maratón para hacer marca, al menos sobre el papel, pero sí una maratón recomendable. No se corre siempre entre monumentos tan impresionantes como el Coliseo, ni se pasa por la plaza del Vaticano, entre atractivos.

Según mi entrenador Adrián Peris, mi tiempo previsto estaba entre 3:05 y 3:10, pero como he dicho antes, es una maratón dura, no es el mejor sitio para intentar hacer marca personal, ya que te encuentras con dos elementos en contra por lo menos: cuestas y adoquines. Y en esta ocasión no fueron los únicos.

Este año la salida es desde el Coliseo. Es realmente sorprendente salir de un lugar así, la historia se te viene encima y le da una épica especial.

La maratón empieza con pequeños sube y baja, pero con la adrenalina inicial y las fuerzas intactas se llevan bien. Salgo con 4 compañeros del Arena, al ritmo previsto 4:25. Sobre el km 10 pillamos al globo de 3:10, así que pensando que siempre salimos con un par de minutos de retraso en la salida, estábamos en un tiempo de 3:08 que era mi mejor marca en una maratón, el año anterior en Barcelona, como preparación para el IM de Vitoria.

El grupo con el que iba decide quedarse ahí. Yo iba manteniendo el ritmo y sintiéndome muy cómodo. Aguanto hasta el km 18 a ese ritmo, pero el flipadito que llevo dentro y recordando las palabras de Carlos Ramos, “A las pruebas se va a competir”, decido arriesgarme bajando el ritmo 5 segundos e intentar ir a por marca.

En varios puntos del recorrido estaba Belén dándome ánimos, lo que me ayuda a desconectar un poco la cabeza y coger fuerzas.

Empiezo mi andadura solo y me pongo en modo trabajo. Mantener el ritmo, comer y beber, sin fallar en nada. Gel cada 6km de 25gr alternando cafeína y sin cafeína, un poco de agua en cada avituallamiento y pastilla de sales cada hora. Sigo el plan previsto por mi nutricionista Leticia Bravo.

La cosa no estaba fácil, empieza a soplar el viento en contra y del km 18 al 30 se hace duro. Pero todavía quedaba lo peor. A partir del 35 empieza a llover, a ratos con intensidad, y llegamos a la zona centro, que es donde más adoquines hay. Adoquines y lluvia… no es el mejor agarre.

Voy mirando el reloj, el ritmo y veo que es posible. Aprieto los dientes y sufro bastante en los últimos 5km, que para más inri acaban con una subida corta, pero fuerte, para luego bajar al circo máximo y cruzar la meta.

Tiempo: 3:06:00 MMP

David Gil

Ironman Vitoria 2024

Después de más de 10 años de carreras de larga distancia en montaña, mi cabeza me dijo que necesitaba un cambio, lo tenía 100% claro. Decidí cogerme una excedencia indefinida del trail y buscar otros retos.

Ya había tonteado con el triatlón, haciendo varios cortos y un medio Ironman, pero el Ironman entero eran palabras mayores. Preguntando a los expertos, me recomendaron el Ironman de Vitoria para debutar en esta disciplina. Así que lo primero que hice fue apuntarme y luego organizar todo lo demás, ya no había vuelta atrás.

Recuerdo esa sensación de cuando la gente hablaba de que hacía Ironmans y yo lo veía como algo imposible. Recuerdo alucinar cuando Fede, que tiene mucha culpa de esto, venía a hacer ultras por montaña entrenando solo para el Ironman. Y así, sin darme cuenta, sin pensarlo demasiado, sin compañer@ de viaje, ahí estaba yo, apuntado a un Ironman.

Una cosa tenía muy clara y es que entrenar un Ironman requería un cambio en mi forma de entrenar. Hay que dedicarle más tiempo porque son tres disciplinas, por lo que necesitaba un entrenador para optimizarlo y tener claro que cada entrenamiento tenía sentido. Pregunté y encontré a Adrían Peris que ha sido sin duda el mejor compañero de viaje para esta aventura. Como dicen en la peli… “Profesional, muy profesional”. Después de mi década de entrenamiento anárquico, de vaya mierda de Z2, de yo salgo a divertirme, ahí estaba yo haciendo más caso a mi entrenador que a nadie antes en mi vida.

Del Ironman sabía una cosa: son 3,8km nadando, 180km en bici y 42,2km corriendo, pero no os lo creáis, yo os voy a decir los números reales, mis cifras.

9 meses de entrenamiento (Octubre a 14 de Julio)
333 sesiones de entrenamiento, una media de 35 al mes
412 horas de entrenamiento una media de 43 al mes, una media de 11 a la semana, las semanas de más carga 17h.
5.662 kilómetros (en las 3 disciplinas)
1.334 kilómetros corriendo
3.677 kilómetros en bicicleta
182 kilómetros nadando
60 horas de gimnasio

Y solo hay un secreto, disciplina, esfuerzo, constancia y como dice ELIUD KIPCHOGE, Vitamina “N” https://www.youtube.com/watch?v=yy–MP94bzs

Además me gustaría acuñar una frase, aunque seguramente alguien la habrá dicho antes… El Ironman no son 3 disciplinas, el Ironman son 5: Natación, Ciclismo, Carrera y… Nutrición y Descanso. Hay que entrenar todas con igual de compromiso.

Finalmente, después de tantos meses de entrenamiento, de haber disfrutado como nunca del camino, de un poco de miedo en las últimas semanas por posibles lesiones o el acechante COVID, llegó el gran día. Tenía claro que estaba preparado para hacerlo, pero quería hacerlo bien y cumplir con lo que mi entrenador me había dicho.

La logística de un Ironman es complicada, por lo que es imprescindible estar un par de días antes en el lugar de la prueba. Hay que recoger chip, dorsal, bolsas, dejar la bici en un sitio, la ropa de correr en otro… un poco de estrés añadido a la emoción de la prueba. No es complicado, pero no te puedes equivocar.

Llega el día. 5:30 en pie, desayuno y cogemos un autobús para Landa. Reviso la bici, que había dejado allí el día anterior y me pongo en la línea de salida con el grupo de Arena Alicante, en nuestro tiempo previsto de natación: 1h 15 min.

Segmento natación

La natación en el lago es una pasada, el lago es una pasada, 21 grados, casi no hacía falta el neopreno, boyas grandes, sin olas… todo perfecto. Diseño mi estrategia hablando con Juanmi, que fué salir alejado de la gente, a unos 10-15 a la derecha de las boyas, para no pelearme con nadie y poder nadar tranquilo. Salgo un poco fuerte, lo noto, pero poco a poco voy ajustando el ritmo. Todo iba perfecto, sin peleas, las gafas limpias, sin que me entre agua… llego al primer giro, miro el reloj y son unos 1600m. Al acercarme a la boya, empiezo ya a “pelarme” con más gente, así que levanto la cabeza y busco un hueco limpio. Llego al segundo giro, vuelvo a mirar el reloj y veo que ya solo quedan 1000 m de vuelta. Siento que todo ha salido perfecto, pero nadando es difícil saber si es una sensación o una realidad.
Llego a “meta” y al salir del agua voy super mareado, dando tumbos, me acuerdo de cuando en las películas decían que los marineros se mareaban al pisar tierra, pues tal cual… Miro el reloj y veo 1h 11 minutos. ¡WOW! Una sensación de felicidad y trabajo bien hecho se apodera de mí. Tenía previsto nadar a 2:00 el 100, lo que sería hacer 1:15 o 1:20, así que las sensaciones que tenía eran ciertas. Primera disciplina terminada, la que más asusta, la que más nervioso pone a la gente, porque quieras o no, no es nuestro medio natural.

T1
La primera transición o T1 es el paso de la natación al ciclismo. Vitoria tiene todo meticulosamente organizado, banquitos, bolsas… Me quito el neopreno, gafas y gorro, cojo calcetines, zapatillas, casco, gafas… voy a mear y empiezo a Pedalear.

Segmento ciclismo


180 km, previstas 6h. Al cambiar de disciplina lo primero que haces es ubicarte, colocarte bien en la bici, buscar el ritmo, comer algo, beber y empezar la jornada de trabajo. Desde el inicio no tenía buenas sensaciones. Las pulsaciones iban 5-10 por encima de lo previsto, aunque la sensación de esfuerzo era correcta. No conseguía ir cómodo acoplado, tenía pequeños dolores por todos lados. Pero no quedaba otra que pedalear.
El circuito son dos vueltas y media, algunos tramos muy bonitos, otros no tanto con unas carreteras en buen estado y un continuo sube y baja. Solo hay una pequeña subida con algo más de desnivel, el resto es un falso llano continuo que al final suman 1000 metros de desnivel positivo. Empieza a subir la temperatura hasta hacerla insoportable, me siento un poco atontado por el calor y algo desanimado. Aún así me obligo a seguir el ritmo y a no olvidarme de la nutrición e hidratación que tenía marcada.
Al empezar la segunda vuelta me pilla Juanmi, ¡qué alegría!, conversamos un poco y decidimos acompañarnos en la distancia, ya que en los Ironman no se puede ir a rueda. Encontrarme con él cambia mi estado de ánimo, y aunque el calor sigue apretando, ya lo afronto con otra actitud. Seguimos pedaleando, viendo como nos doblan los primeros con sus bicis perfectas, sus cuerpos perfectos, su ropa perfecta, su acople perfecto, su ritmo increíble de 45 km/h, todos con sus cascos de astronautas y sus perneras. Los vemos pasar a nuestro lado, pero desaparecen en seguida. Se nos queda esa mirada de admiración de cuando un niño ve a su padre hacer alguna “proeza”, pero también esa sensación de qué pequeño soy. En fin, a nosotros, los humanos, nos toca seguir pedaleando a cámara lenta, sufriendo, ellos parece que no lo hacen, para ir acercándonos poco a poco a los 180 km de carrera.
Como ya estaba previsto, sobre las 14:00 bajaba la temperatura de golpe, unos 5-6 grados, lo que nos hace un poco más fácil la última parte. Los últimos kilómetros son por el centro de Vitoria, miro el reloj, 180 km 30 km/h. Exactamente el ritmo deseado y previsto, a pesar del sufrimiento, de lo largo que se hizo, de las malas sensaciones, segmento de ciclismo pasado con nota, ¡van 2 de 2!.

 

T2
La segunda transición o T2 es el paso del ciclismo a la carrera. La transición más dura y la que más miedo da. Después de 6h de estar moviendo unos músculos, ahora toca cambiar a otros, teniendo en cuenta el cansancio acumulado. Otra vez la organización increíble, llegamos y le damos la bicicleta a un voluntario, que se encarga de dejarla donde toca. Corremos con las calas hasta otro banquito, nos quitamos el casco, cambiamos las zapatillas y en pocos minutos ya estamos corriendo.

Segmento carrera


Empecé el segmento de la carrera con una sensación de miedo y euforia. Al principio miedo porque no sabía cómo iba a responder después del exigente y largo segmento de ciclismo y luego euforia porque los primeros kilómetros me sentía fuerte, descansado y muy cómodo en el ritmo establecido. Empiezo con Juanmi, que pronto me dice que el ritmo era demasiado para él y yo aún a sabiendas de que iba demasiado fuerte, incumpliendo las intrucciones de mi entrenador… digo, hemos venido a jugar, así que me la juego. Mantengo el ritmo más o menos a 5:00 cuando lo previsto era 5:30.
El recorrido son 4 vueltas a un circuito, lo que te permite cruzarte con tu familia o acompañantes en cada vuelta, además está lleno de gente que te anima o que te mira con cara de, estás puto loco.
Paso la primera vuelta y le digo a mis hijos que voy demasiado fuerte, que lo voy a pagar, pero sigo, porque me encuentro bien… Pero a partir del km 16 aproximádamente, se me cierra el estómago, trato de ingerir un gel pero casi lo tiro y de repente las fuerzas se van! el ritmo se hace insufrible y empiezo poco a poco a bajarlo. Me cruzo otra vez con mi familia y les digo que ya no voy tan bien, aunque mi cara ya lo dice… paso la segunda vuelta y pienso ¡Dios mio” dos más! Me acuerdo de Fede y su frase alentadora “A intentar no andar en la maratón” y me obligo a correr, pero cuando paso por las avituallamientos, ando mientras bebo y como trozos de naranja que es lo único que me entra. Y cada vez el ritmo es más lento y el sufrimiento mayor. Me la jugué y no salió del todo bien, pero había que intentarlo. Tirando de experiencia de las ultras y de orgulllo, corro hasta el final, donde oigo los gritos de Belén y mis hijos aunque sin entender nada, ya que me aboserve esa sensación de felicidad extrema e incomparable de acabarar una carrera, de haber cumplido, de acabar con el sufrimiento, de después de 9 meses y como dice el sparker… DAVID YOU ARE AN IRONMAN.

Gracias
A todos los que habéis estado conmigo cuando os he necesitado.

¿Y ahora qué?
Estoy buscando pareja de baile para IM Lanzarote 2025, ¿te vienes?

 

Crónica Maratón de Barcelona 2024

Después de las buenas sensaciones en la media maratón de Santa Pola y teniendo como objetivo el IronMan de Vitoria en julio, me tomé la Maratón de Barcelona como un test para ver mi estado real de forma después de 5 meses de entrenamiento no específico. Barcelona no era el objetivo, el entrenamiento está dirigido al Ironman (Gimnasio, Nadar, Ciclismo y Correr), aunque sí que es cierto que las últimas semanas nos habíamos centrado en preparar específicamente la maratón.

Sobre todo tenía ganas de ponerme a prueba y de demostrarme a mí mismo que Santa Pola no había sido cuestión de suerte. Estaba al 99,9% seguro de que todo iba a salir bien, porque si vas a competir con el objetivo que te proporciona el entrenamiento, solo variables externas pueden hacer que falles. El tiempo previsto era de 3:10 – 3:15 y no era cuestión de arriesgar.

Después de un sábado lluvioso, el domingo amaneció soleado y frío, todo perfecto para correr (Pablo ya tiene excusa). Me despido de Jota deseándole suerte y agradecido por la acogida del día anterior y la comida con él y su hija, y me sitúo en la línea de salida. Me pongo los cascos, le doy a la Playlist de Viva Suecia y a correr.

Empiezo intentando no pasarme ni por arriba ni por abajo del ritmo previsto, 4:30 min /km. Centrado completamente en la carrera y no dejando que nada me despiste. Sigo la pauta de alimentación, gel cada 6 km alternando cafeína y sin cafeína y una pastilla de sales cada hora, bebiendo un poco en cada avituallamiento. Para la próxima, la pauta de alimentación debo sincronizarla con los avituallamientos que al principio eran cada 5 km, así puedo beber después de tomarme el gel.

Pasan los kilómetros y me entra algo de incertidumbre de si con la acumulación aparecerán síntomas de fatiga, pero al igual que en Santa Pola, todo sigue bien y no aparecen. A partir del km 30 empiezan a aparecer “cadáveres” por las calles y yo sigo cómodo a mi ritmo (en la segunda media maratón adelanté a 800 personas). Una vez ya en el km 38-39 y viendo que esto ya estaba hecho, aumenté un poco el ritmo porque las sensaciones seguían siendo buenas.

Al final 3:07, muy contento y agradecido a mi entrenador Adrián Peris y a mi mismo por la constancia y disciplina a pesar de los malos momentos.

Consejito de señor mayor…

Márcate un objetivo y no dejes que nada ni nadie te separe de él. Busca un entrenador profesional que te guíe y hazle caso. Sé constante y disciplinado, no tengas prisa por correr más o más rápido, todo llega con pequeñas mejoras semanales.

David Gil

CARRERA DE LOS CASTILLOS ALICANTE 2022

Pues volvimos a nuestros orígenes, en esta carrera hace 6 años empezó mi andadura en esto de correr.

Domingo 16 de enero nos presentamos en la salida 4 corredores de Atotrapo. Juan Carlos ( Mufy), Tiki, el trompeta Ménde y un servidor El tractor ( poquita gente para ser una carrera en casa, es una carrera que por su orografía no sabes que puede pasar.

La primera subida hacia San Fernando no se hace muy pesada, luego te dejas caer hasta Alfonso El Sabio donde giras hacia la izquierda para ya empezar a subir primero por los bombero y tras un giro a derechas las “ adorables rampas “ de nuestro querido castillo de Santa Barbara, una vez coronados nos dejamos caer hasta el ayuntamiento donde sin querer te das cuenta que esto pica hacia arriba( eso si son rampas comodas), una vez llegamos a Luceros giramos a General Marva para volver a Luceros y ya desde la estación dirección a meta ( con la querida cuesta de San Blas) donde veis a la gente un poquito cansada y podias ir avanzando a la vez que animas que esto se estaba acabando.

Carrera muy bonita por nuestros castillos de Alicante y recomdable, seguramente volveremos

www.carreradeloscastillosalicante.com

Pto Dorsal Atleta Tiempo
54 430 JUAN C DE CABO BLASCO 0:43:47
92 300 FRANCISCO MARTINEZ CORBALAN 0:46:30
10 116 TOMAS MÉNDEZ CARRASCO 0:47:19
294 27 JOSÉ A MÉNDEZ CARRASCO 1:00:36