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Acerca de Fele

Ni corre rápido ni megadistancias, y la verdad es que debe dar pena verlo trotar, pero ¡mira!, parece que es el único que corrió las 25 ediciones de la Marathon de Benidorm, además de otras 32 más por diversos lugares. Aunque no presume de ello, simplemente permite que los amigos, de vez en cuando, lo recuerden. Seguirá en A to Trapo mientras nadie se dé cuenta de que lo desprestigia.

Rara Avis

No se sabía mucho de ella salvo que era un ave nocturna y que habitaba los frondosos bosques de Europa Central. Se suponía que se alimentaba de pequeños roedores y reptiles que cazaba en la oscuridad.

Rodrigo llevaba varios años estudiándola y su curiosidad inicial se transformó en interés antes de acabar de convertirse en obsesión. Aquella era sin duda una rara avis, nunca mejor dicho. Ningún museo de la naturaleza en el mundo, por importante que fuera, podía presumir de contar en sus salas con un ejemplar disecado.

Los escasos avistamientos que se habían registrado, poco más de una decena en los últimos veinte años, habían ocurrido siempre poco antes del amanecer. Sin duda por eso, también eran pocas las imágenes de que se disponía. Todas en vuelo y borrosas por falta de luz, pero permitían colegir que podía alcanzar los tres metros de envergadura con las alas abiertas.

Sin embargo, sí se contaba con una grabación de sonido de más de dos horas. En ella se podía apreciar un canto, entre silbido y gorjeo, que los expertos interpretaban como la llamada de cortejo del macho en época de celo.

Durante seis meses estuvo acudiendo Rodrigo a sesiones con un foniatra, hasta que logró reproducir de forma casi idéntica la llamada de aquél ave.

Preparó con minuciosidad el viaje eligiendo fechas y lugares con mayor número de avistamientos para contar con la mayor probabilidad de éxito. Consiguió aquella munición especial que causaba la muerte de la pieza sin más huella ni daño que el pequeño orificio de entrada en el cuerpo. Limpió y engrasó la carabina de repetición con visor telescópico nocturno y compró ropa de camuflaje adecuada. Habilitó un amplio espacio sobre la vitrina de trofeos del salón de caza, reservando el lugar preferente para la pieza soñada.

Después de dos noches baldías, a la tercera, sus labios perfilados se contraen de nuevo para dejar escapar el silbido corto tantas veces ensayado. Agudiza el oído en espera de idéntica respuesta, pero nada oye.

Sería una lástima, piensa. Después de tanto esfuerzo e ilusión sería una lástima que no apareciese y tuviera que volver de vacío. Repite el silbo pasados unos segundos.

Cuatro meses tardaron en curar las graves heridas de garra en la espalda y los picotazos en el cuello producidos por el ataque de una feroz rapaz en celo de la que no se sabía mucho, salvo que era un ave nocturna y que habitaba los frondosos bosques de Europa Central.

Apalabrados

La partida estaba avanzada y ya iban quedando pocas letras por jugar. Le estaba presentando seria resistencia al rival -cargo importante en el grupo parlamentario y en la propia organización del partido-, y una victoria le reportaría, sin duda, su admiración y probablemente su consideración de cara a la designación de algún nuevo cargo con el que seguir alimentando su lícita, por supuesto, ambición.

Lo que trataban en la tribuna, algo de hospitales y de casinos, no logró distraerlo. Su ocupación era encontrar con las seis letras disponibles la forma de enlazar esas dos palabras paralelas y largas que le reportarían más de ochenta puntos y decantarían a su favor la partida.

Tan concentrado estaba que no oyó dos “click” consecutivos con origen a sus espaldas, algo más arriba.

Al final no encontró la deseada palabra y tuvo que dar la partida por perdida. Sin embargo la palabra existía. Con sus seis letras disponibles y las dos de enlace con las palabras paralelas se podía componer la palabra DECENCIA que le habría dado la victoria.

Si además de conocerla la hubiera practicado es seguro que su vida no sería la misma. Ni estaría allí, ni ganaría lo mismo, ni tendría que disculparse y prometer que no lo volverá a repetir. ¿Cuándo hemos oído esto antes?.

Rafael Olivares

Otro año, otra bañá

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Como el turrón en Navidad o las uvas en Nochevieja, la bañá del uno de enero de ATT es ya una tradición que se cumple año tras año. Y 2013 no iba a ser la excepción. Así qué a la hora habitual -7:45-, en el sitio habitual -punto de encuentro oficial de ATT en San Juan-, concentración de 10 de los nuestros que, superando sueño y resaca, emprendemos el trote hacia el mar.

Llegamos a la playa al mismo tiempo que lo hace el sol, así que con la exquisita educación que nos caracteriza le dedicamos nuestro saludo coordinado y colectivo y le deseamos un año sin sobresaltos.

Reemprendemos la marcha hacia el punto de baño y se van incorporando nuevos corredores hasta alcanzar la cifra de 20, que con Antoñito, Juanma y Ramonet, que nos esperan con pancarta y cámara preparadas, completan la bonita cifra de 23. Sin esperar a contar hasta tres, ya estábamos en las cálidas (por los huevos) aguas mediterráneas. Aullidos, imprecaciones y pa fuera que la promesa ya estaba cumplida.

Las nueces, los turrones, los mazapanes, los rollos y el brindis con cava y sidra completan el programa oficial del día. También se reparten las piruletas enviadas por el Presidente que, aunque ausente, ha estado con nosotros en todo momento.

La vuelta en el Ave-Patera de El Pesca pone el colofón al evento ya clásico con el que empezamos cada año.

Así la vieron también Jaime y Michel

I Carrera Navidad Sant Joan d’Alacant (23-Diciembre-2012)

Quizás por esa obsesión por los recortes, el Ayuntamiento de Sant Joan organizó el 23 de Diciembre la denominada “I Carrera …”, pretendiendo cargarse de un plumazo las ediciones anteriores organizadas por otros equipos de gobierno. Vano intento; nuestras vitrinas y cajones están repletas de trofeos y recuerdos de ediciones anteriores y el Alzheimer aún no ha podido con la memoria de quienes somos habituales en estas pruebas. En fin, son como … políticos.

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Pero a lo nuestro. Siguiendo escrupulosamente las instrucciones de nuestro Presidente, convaleciente de su equilibrado de neumáticos, y capitaneados por Antoñito “el pesca”, allí estábamos colocando la pancarta, recogiendo dorsales y preparándonos para la foto antes de la salida. Pronto empiezan los problemas: nadie lleva máquina fotográfica, Gerardo que no tiene dorsal, etc., etc. Al final todo se va solucionando y los corredores de los 5 y de los 10 km, unos mil, tomamos juntos la salida unos minutos después de las 10, de un domingo soleado con un punto de frescor que hacía el día inmejorable para correr y disfrutar.

Algunos disfraces de Papas Noël que nos recordaron a nuestro Presidente, con la lógica diferencia en cuanto a gracia y salero.

El equipo de A To Trapo siguió su estrategia habitual: distribución de sus corredores por los distintos tramos del pelotón -cabeza, intermedio y cola- controlando discretamente al resto de corredores para un mejor conocimiento de sus características y evolución, no se sabe muy bien con qué finalidad.

No faltó durante el recorrido el ánimo de otros miembros de A To Trapo que prefirieron este día asistir como espectadores. Eduardo, Manolo, José Enrique, … vivieron la carrera vestidos de civiles.

Al final, y como viene siendo costumbre, copamos podios sin llegar al abuso. Manu Jurado, Martina, Juan Carlos y Antoñito subieron al cajón reiteradamente el nombre de A To Trapo.

En definitiva, buen día para correr, buena organización y excelente actuación de nuestros corredores, que desean a quienes lean esta crónica una muy Feliz Navidad y un 2012 + 1 libre de supersticiones.

Enlaces sobre esta prueba

Clasificación 10 km

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Elisardo VETERANO A 0:39:55 59 15
Antonio VETERANO E 0:40:41 73 3
Martina VETERANA D 0:49:05 263 1
Rafa O. VETERANO F 0:50:31 294 6
David L. PROMESA MASC 0:50:38 301 7
Julián VETERANO B 0:50:38 302 57
Conchi VETERANA C 0:58:48 453 9

Clasificación 5 km

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Manuel SENIOR MASC 0:16:21 6 3
Juan Carlos VETERANO A 0:16:49 11 3
Lillo VETERANO B 0:30:31 110 8

Expresión mutante

Los alumnos de aquél curso ya conocían todas las leyes estadísticas y estaban familiarizados con conceptos como probabilidad, nivel de confianza, varianza, desviación o error muestral.

Semanas atrás habían profundizado en la materia de estudios de campo y en técnicas para la preparación y realización de encuestas. Hicieron pequeños ejercicios prácticos tomando como población a los alumnos del centro o a los propios familiares. Así, llegaron a determinar los gustos mayoritarios de estos pequeños colectivos sobre productos de consumo o las preferencias en alternativas de ocio.

Después, sobre resultados de encuestas que se publicaban en revistas y periódicos, trataban de determinar y concretar los criterios que habían servido de base para el estudio: universo, tamaño de la muestra, sistema de selección de la población, distribución geográfica de la muestra, cuestionario de preguntas, etc.

De especial utilidad resultaron, para este trabajo, las encuestas publicadas por distintas agencias de sondeos de opinión, sobre las intenciones de voto de los ciudadanos o sobre el nivel de popularidad de los principales líderes políticos.

Sin embargo, en la búsqueda por los medios de comunicación de referencias estadísticas sobre las que poder realizar sus tareas, los alumnos tropezaron con algunas para las que no podían deducir cuáles habían podido ser las premisas del estudio para llegar a las conclusiones que se publicaban. Valga de ejemplo cuando aquél Ministro de Trabajo dijo que el 72% de los desempleados no querían trabajar y, por tanto, no aceptarían ningún trabajo que se les ofreciera; o cuando el de Hacienda manifestó que con aquella amnistía fiscal aumentaría la recaudación en 2.500 millones de euros.

Los alumnos se devanaban los sesos tratando de entender bajo qué circunstancias una persona en paro iba a confesar ante un encuestador desconocido sus intenciones de no trabajar. Pero todavía alucinaban más cuando intentaban colegir de qué base de datos se podía obtener una muestra de defraudadores y cómo se les podía sonsacar su intención de aflorar lo distraído, … ¡y la cuantía!.

En su legítimo afán de aprender lo más posible, los estudiantes expusieron al Catedrático sus dudas y solicitaron sus sabias enseñanzas que les permitieran salir del atolladero en que se encontraban.

El Catedrático, ante la atención expectante de toda la clase, meditó durante unos segundos su respuesta con los ojos cerrados y afirmó muy despacio y enfatizando cada palabra:

– El 96,35% de las citas estadísticas que se utilizan para reforzar una idea o una actuación son falsas y, por tanto, indemostrables, …

Al tiempo que los alumnos tomaban nota del dato, esbozaban una mueca de satisfacción del tipo “me lo suponía”. La mueca mutó a confusión cuando el profesor terminó la frase:

… incluida esta misma, naturalmente.