VII Maratón de montaña “Integral del Valdecebollas” – Barruelo (Palencia) (31-Mayo-2015)

42, CIFRA MÁGICA que para la mayoría de la gente pasa desapercibida, pero que para otros no; reto, afán de superación, miedo e incluso obsesión, en cualquier caso para la gente que le gusta correr es un cifra que en algún momento le tocará pensar sobre ella, bien sea para enfrentarse a ella, para maldecirla, criticarla o ese batiburrillo de sentimientos varios que despierta estos números entre los corredores.

BAJANDOLa VII edición de la maratón de montaña, “Integral del Valdecebollas” ha sido la elegida para mi primera toma de contacto con esta distancia, 4400 metros de desnivel acumulado, con sendas entre bosques, praderías y cresteos por encima de 2000 metros de altitud.

Maratón celebrado en el corazón de la montaña palentina, en Barruelo de Santillán, ascendiendo al Valdecebollas, una mole de 2139 metros que corona la sierra de Cebollera en la Cordillera Cantabrica.

Espectacular, ese el adjetivo para definir el recorrido, lo mejor es que os arriméis hasta esta zona y ascendáis a la cima, podréis tocar los Picos de Europa con la punta de los dedos, observar el Cantábrico a lo lejos y perder vuestra vista entre valles y bosques, refugio de osos y los últimos urogallos de la zona, la carrera pasa por Brañosera (Braña=Osaria) primera Villa de España según dicen, Salcedillo y Valberzoso, pequeñas localidades típicas de la zona.

En cuanto organización, pues de diez alto, 24 euros para los no federados, con seguro incluido, comida y regalo, avituallamientos abundantes, perfectamente colocados a más de 2000 metros de altura, y sobre todo el club de la Montaña de la Escalerilla que lo organiza, apuesta por una carrera donde se mima al corredor, buscando su disfrute, circuito bien marcado con muchos voluntarios por medio.

SUBIENDOSobre la carrera pues una gozada, encima nos hizo sol y buena temperatura, en camiseta corta y saltando por neveros, no os digo más; en fin montaña pura y dura, sendas entre bosques de hayas, tejos, acebos, praderías en todo su esplendor, brezales en flor y bajadas técnicas que hacen las delicias de todos los que nos gusta la montaña, ojo, y subidas largas y duras.

La carrera la disfruté un montón, pena de una rodilla derecha maltrecha que no me dejó correrla con buenas sensaciones, pero la pude terminar trotando en las sendas, andando en las subidas fuertes y con mucho ojo en las bajadas porque la rodilla no me daba para más.

Está claro que el A TO TRAPO es conocido incluso a 800 km de Alicante, sobre el km 4 cuando un corredor (Raúl) identifica la camiseta de A TO TRAPO, me dice que viene desde Alicante para correr la carrera, que conoce el club, ya que conocido de Abel, saludos para él.

La carrera muy recomendable, AVISO, y dura también, a ver si alguno os da por venir, tan bonito que lo pongo, sale un día de niebla, lluvia o mucho viento, algo típico por aquí y os acordáis de mí, pero eso también es la montaña. FORZA A TO TRAPO.

Carlos Rodríguez

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Carlos R. SEN M 5:53:31 51 41

Stockholm Marathon (30-Mayo-2015)

Mi primera maratón – Estocolmo – Jordi Jimeno

Tras haberme iniciado el año pasado en la media de Madrid y tras una lúdico-festiva media maratón de Puente Genil –podríamos decir mejor “Puente Genial” porque fue un viaje estupendo-, llegó el momento de tomarse las cosas un poco más en serio y afrontar el reto al que, sinceramente, nunca pensé enfrentarme: correr una Maratón. Qué mejor compañía para esta primera aventura que Borja, Manolo, mi hermano Vicente y…¡sorpresa! Ignacio como fichaje de última hora –Manolo no sabía nada-. Así que el viernes por la tarde ya estábamos todos reunidos en Estocolmo, una ciudad a priori asequible para realizar una primera maratón.

IMG_1255He de confesar que el viernes por la noche, aunque costase, no salimos. Lo difícil, por tanto, estaba hecho. A las 00.00 ya estábamos en la cama –cada uno en la suya- y yo soñé con que las suecas que habíamos visto por la tarde estarían animándome por la mañana.

Tras un generoso desayuno compuesto de pastazo, tostadas, frutos secos y café, nos dirigimos al Estadio, lugar donde comenzaría la carrera. Ante la amenaza de lluvia, Ignacio, buen meterólogo pero sin duda mejor persona, me tranquilizó comparándome la climatología sueca con la bilbaína: “Tranquilo Jordi, aquí no llueve, si acaso un poco de txiri-miri”. Decidimos dividirnos en dos grupos: Borja, Vicente y yo por un lado e Ignacio y Manolo por otro. Y comenzó la carrera.

Los primeros 15 km fueron una maravilla. Hacía una temperatura perfecta, íbamos los tres de palique e intentando chocar la mano a todos los niños que nos jaleaban con la palabra “heja”, que debía significar algo así como“venga chavales que lo estáis petando” –al final la acabé odiando, lo reconozco-. En el Km 18 todo cambió. Me di cuenta que estaba corriendo al ritmo de un iron man –Borja- y un maratoniano consagrado –mi hermano Vicente- y la rodilla izquierda se me empezó a cargar. Para colmo el tiempo cambió radicalmente y, aunque Ignacio fuese del mismo Bilbao, el txirimiri se tornó en una lluvia intensa que encharcó las calles de Estocolmo. Más o menos a la altura del Km 21 (lo hicimos en 1h 40min, ojo piojo!) dispensé a Borja para que fuese a su ritmo –no quería frenar su potencial- y Vicente hizo de liebre hasta el final de la carrera. Piano a piano si arriva lontano, pensé, así que, a pesar de los contratiempos físicos y las inclemencias meteorológicas, sabía que si corría con cabeza podía alcanzar la meta.

Pero la cabeza no lo es todo, también el “body” hace lo suyo y tenía que echarle algo para no quedarme a mitad de fuelle. Así que recurrí a los puestos de avituallamiento. Quizás era por gula pero pillé en todos. Pepinillo, plátanos, nueces, barritas energéticas,…sin darme cuenta no sabía si estaba corriendo una maratón o me había ido de tapeo bajo la lluvia por las calles de Estocolmo.

A partir del km 30 llegaron los calambres pero tenía claro que no quería pararme por nada del mundo. Me acordé de las palabras que dijo Chema Martinez en una entrevista hace poco en la prensa: “A partir del Km 30, el muro, no pienses, sólo corre”. Y eso hice. Con la ayuda inestimable de mi hermano intenté controlar la pisada en las subidas y luego descargar las piernas en las bajadas –por cierto, lo de que Estocolmo es llano habría que verlo-. Mi único objetivo era llegar. Ahora no me podía parar a mirar suecas ni a chocar la mano con los niños suecos, de hecho, si alguna se hubiera cruzado en mi camino se la hubiera amputado.

Hacía un frío del carajo, llovía a mares y tenía las manos para rallar parmesano pero daba igual. Por fin estaba entrando al estadio, cantando flamenco y adelantando al personal como si no hubiera mañana. Me sentí como Abel Antón en Barcelona 92. Y así fue, primera maratón completada.

Lo peor, todo hay que decirlo, fueron los momentos posteriores al final de la carrera. Seguía lloviendo a mares y comenzaron los síntomas de hipotermia. No podía ni quitarme el chip, ni cambiarme, ni caminar ni nada y llegar así al apartamento parecía complicado. Aprovechando que estaba más amarillo que los Simpson, sabiamente, fui con mi hermano a la enfermería. Allí unas suecas muy amables me cubrieron en mantas y me dieron agua caliente con azúcar hasta que entré en calor y ya conseguimos volver a casa.

Ahora, frente al ordenador, empiezo a ser consciente de que he superado un reto para el que quizás no estaba bien preparado. Estoy seguro de que, con la ayuda de la familia de Atotrapo, será el primero de muchos.

Un abrazo fuerte a todos

Jordi

También puedes leer la crónica de Naxete en “memorias garcia rato”.

Nombre Categoría Tiempo Puesto General Puesto Categoría
Borja YOB89 3:23:01 1607 817
Vicente G. YOB87 3:42:30 3720 1756
Jordi G. YOB89 3:42:43 3748 1773
Naxete YOB76 4:16:40
Manolo YOB46 4:16:40 7583 57

Galería de personajes. 5.

El pintor alemán.

Arrastrando los pies y buscando con unos ojos que apenas saben que sirven para ver se va desplazando al ritmo pesado de los paquidermos. Ojos que han sido maestros en la observación de la luz y del color, ojos hábiles plasmando esos colores percibidos en el lienzo, ojos expertos en el secuestro del azul mediterráneo del cielo y el mar. Su figura imponente, titubeante, adquiere un tinte triste, desconcertado. Fuera del cuadro y el pincel se encuentra extraño en el mundo que lo rodea. Hoy, casualmente, he entrado a un bar, no es lo casual que entre o salga de un bar, eso lo hago bastante a menudo, quizá más de una vez al día, quizá más de lo que desearía mi amante esposa, no, lo de casualmente lo digo porque le he enseñado la portada del periódico al dueño del bar. Ahí aparecen dos imágenes, una del escultor suizo Alberto Giacometti, “El hombre que señala”, símbolo de la fragilidad del ser humano según la visión de la filosofía existencialista de entreguerras, y otra del pintor malagueño Picasso, “Las mujeres de Argel”, recreación al modo cubista del famoso cuadro pre-impresionista de Delacroix, pintado a raíz de su viaje como miembro de una misión diplomática francesa a Argel el año 1832, donde tuvo el raro privilegio de visitar un harén que lo dejó impresionado por su color, sensualidad y clasicismo. Parece que exclamó: “¡Qué belleza! Como en época de Homero”. La primera obra, por eso es noticia de primera página, vendida en la galería Christie´s de Nueva York por 126 millones de euros y la segunda por 160. Estos dos artistas ya tuvieron mucho éxito en vida, pero suele ocurrir que autores de obras valiosísimas han muerto en la miseria, como es el caso de Van Gogh. Tras mostrarle las imágenes del periódico, Paco me ha dicho: “Si, muchos de ellos viven en la miseria y mueren en la abundancia, como le ocurrió al pintor alemán afincado en San Juan, Pablo Lau. Su situación económica no era precisamente muy boyante. Un día me dijo: “Si me compras un cuadro, te regalo la decoración de las puertas de los aseos del bar”. Más que por amor a su pintura, de cuyo valor yo no tenía ni tengo aún criterio formado, por ayudarle en su situación económica, le dije que sí. Y en 2001 le compré un paisaje ya por 250.000 pesetas. Ese que está ahí colgado en el comedor. Y me pintó las puertas del aseo para mujeres y para hombres. Una sirena con los pechos al aire y un pirata tuerto con pata de palo y con garfio. En ambos casos con una leyenda en la parte de atrás de la puerta”.

Para mí, que estaba escribiendo un retrato del pintor al que yo solo conocía de vista sin haber cruzado jamás una sola palabra con él, fue toda una sorpresa la valiosa información que me acababa de proporcionar, sin pretenderlo, el dueño del bar. Inmediatamente me fui al salón-comedor del bar y contemplé y fotografié el paisaje al óleo entre cubista y naif. ¡Cuántas veces había bebido y comido en aquel salón sin haber apreciado el cuadro! Enseguida, y sin necesidad fisiológica alguna, más bien estética, fui a los servicios o aseos o toilette o retrete (que ya no sabe uno cómo llamarlos) y volví a contemplar y fotografiar también esas puertas que tantas veces había visitado y en las que, llevado por la urgencia, ni siquiera había reparado. Efectivamente una sirena y un pirata con sendas leyendas en el reverso sobre las relaciones inteligentes entre las parejas para conseguir la difícil felicidad. El azar me había ayudado a completar el retrato del pintor.

San Juan, 15 de mayo de 2015. José Luis Simón Cámara.

Llegar al trabajo a la carrera

  • La bici y el running se imponen para acudir a trabajar de forma sostenible y ahorrar dinero

  • Quienes los practican destacan su bienestar, que evitan atascos y que no tienen que aparcar

2015-06-01 16.16.21


(Noticia publicada en el Diario Información de Alicante de 1 de Junio de 2015)